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Movidas políticas, polémicas por la capacidad de pago de la capital y dudas sobre la ejecución de los recursos son algunos de los peros que tiene la reciente solicitud del cupo de endeudamiento que hizo la administración de Claudia López, pero poco se ha hablado de qué pasará en las alcaldías futuras si se le aprueba este “préstamo” a Bogotá.
La mandataria aclaró que la capital cuenta con un flujo económico importante, que le permitiría asumir la deuda de los 5,84 billones de pesos solicitados, y que, además, la ciudad tiene la autorización de endeudarse hasta en un 40 % de su capacidad de ahorro (hoy solo está usando el 4 %), así las cosas, las dudas entonces no serían cómo enfrentar la deuda, sino qué vendría después de adquirida la misma.
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En realidad, lo que preocupa a diferentes sectores políticos es qué tan condicionados quedarían los futuros alcaldes de Bogotá para desarrollar sus proyectos y responder antes las necesidades que surjan durante sus mandatos. Pues creen que la intención de la administración actual, además de dejar grandes obras y transformar a la ciudad, sería cobrar en futuros certámenes políticos estos avances.
¿En qué se utilizaría el cupo de endeudamiento?
El pasado 2 de mayo, López hizo la solicitud oficial, indicando que el dinero obtenido se distribuiría de la siguiente manera: 1,08 billones de pesos serán para financiar la construcción de 25 colegios, que tendrán 23.895 cupos escolares; 1,4 billones de pesos serán para garantizar cerca de 56 mil becas de educación superior para jóvenes y mujeres.
Otros 2,81 billones serán usados para la segunda línea del Metro, que está proyectada desde Suba hasta Engativá; siguiendo con temas de movilidad, 0,3 billones de pesos se emplearán en el desarrollo de la obra y entrada en operación de del Cable Aéreo de San Cristóbal y con los últimos 0,24 billones de pesos restantes se construirá el Centro Deportivo de Alto Rendimiento Gibraltar, que favorecería a las localidades de Kennedy y Bosa.
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Diferentes voces desde el Concejo de Bogotá aseguran que el proyecto se escucha prometedor y está orientado a una renovación que disfrutarán todos los ciudadanos, pero, por ejemplo, para el concejal Humberto ‘Papo’ Amín, Centro Democrático existe una preocupación la cual no deben pasar por alto.
“Nos preocupa todo el tema de soportes técnicos, jurídicos y financieros que preliminarmente ha presentado la Administración. Por ejemplo, todavía no nos queda claro ¿cómo se integra técnicamente este cupo con el cupo anterior? Y cómo este nuevo cupo podría afectar financieramente las siguientes alcaldías, ¿tendrán inconvenientes para ejecutar nuevos proyectos de infraestructura?”, argumentó Amín.
Una duda similar planteó el concejal Rolando González, Cambio Radical, quien dejó sobre la mesa, y para el debate, la pregunta de qué maniobrabilidad tendrían los gobiernos futuros al momento de pedir otro cupo de endeudamiento.
“Si el próximo gobierno, cuando saque su plan de desarrollo, y vengan a pedir un cupo en el Concejo, en el 2023 y 2024, por cuánto valor podrá hacerlo, de acuerdo a las proyecciones de pago que nos especifiquen eso de manera puntual”, dijo González.
En contexto:
Para Diana Diago, concejal por el Centro Democrático, el nuevo cupo de endeudamiento que presentó Claudia López, junto con el que se le había habilitado en 2020, y que juntos suman un poco más de $16 billones, sería la deuda más grande de la historia de la ciudad, “asumida por una administración que hoy ha mostrado ligereza en la ejecución del presupuesto”.
“En el año 2020 la alcaldesa Claudia López contó con un cupo de endeudamiento por $10,8 billones, y año y medio después solo se ha ejecutado un 42 % de los recursos. Esto no se trata de si la ciudad tiene o no la capacidad de endeudarse, lo que hoy pide la ciudad es que los recursos se ejecuten, que las obras se vean, que se genere empleo y, lo más importante, que la ciudad avance. Esta administración ha sido de muchas promesas y pocas realidades”, sostuvo la Cabildante.
A pesar de que buena parte de los concejales coinciden en tener la duda de si quedarán o no condicionadas las administraciones futuras con este nuevo cupo de endeudamiento, los expertos no opinan igual.
El economista Isidro Hernández, propone que los alcaldes venideros no quedarían maniatados porque “tampoco se puede subir el endeudamiento por encima de los indicadores que la ley exige”, lo que significa que en futuras alcaldías se podrían solicitar nuevos cupos de endeudamiento, eso sí no tan altos y siempre y cuando existan estrategias óptimas de recaudar impuestos.
“El cupo no va a ser un gran peso, estamos hablando de más o menos 16.5 billones de pesos (si se aprueba el cupo de los 5.84 billones de pesos), pero es a 30 años, el presupuesto es aproximadamente de $235 millones anuales, el peso del costo financiero no va a ser un problema, siempre y cuando la Secretaría de Hacienda sepa salir a tomar la deuda, a buenas tazas de interés sacándole provecho a la buena calificación que tiene la ciudad”, agregó.
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