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Uno de los temas más visibles del proyecto de Plan de Ordenamiento Territorial (POT) es, sin duda, el cambio de las localidades. El documento no solo plantea cambiar el nombre a Unidades de Planeación Local (UPL) sino crear más, con el fin de que ninguna supere los 250.000 habitantes, dado que hoy algunas como Kennedy o Suba son más densas que ciudades como Bucaramanga y Barranquilla. Esto nos involucra a todos, pues de las veinte localidades solo tres se mantendrán como están. El resto se dividirán o, en el caso de La Candelaria, Mártires y Santa Fe, se unirán en una sola. Pero, vamos despacio.
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Cambiar la organización de las localidades en Bogotá es algo que un mandatario puede solicitar ante el Concejo en su primer año de gobierno. Pero en este caso, la reciente reforma en el Congreso al estatuto orgánico de la ciudad permite la creación de nuevas localidades y la consolidación de otras nuevas rurales, a través del plan de ordenamiento. Esto facultó a la alcaldesa López para incluir la propuesta en su proyecto. De entrada, esto generó discusión sobre su pertinencia, dado que el POT es un instrumento de organización territorial y estas modificaciones implican cambios administrativos, que merecen una discusión aparte para definir sus condiciones.
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Pese a ello, el Distrito lo incluyó en el proyecto del POT. La propuesta crea 33 UPL, de las cuales tres serán rurales (Sumapaz, Cerros Orientales y Cuenca del Tunjuelo); ocho entre rurales y urbanas, y 22 urbanas. Su organización se basó en la distribución de las UPZ, aunque en algunos casos se separaron barrios por sus condiciones territoriales o sociales. Ante esto, por ejemplo, Kennedy quedará dividida en tres nuevas UPL; Suba, en seis, y Usaquén, en tres. Además, una parte de Chapinero entra al Centro Histórico, mientras que los cerros orientales serán una sola unidad y Usme se redefine, de tal forma que no tendría zonas rurales. Por otro lado, hay UPZ que se convierten en UPL, como ocurre con el Rincón, Tibabuyes y Suba Oriental.
“Como lo que queremos es generar entornos de proximidad, ciudades de treinta minutos, caminables, tocaba pasar de 112 a, por ejemplo, 33 UPL. Se definieron teniendo en cuenta esos criterios de proximidad y unas realidades objetivas de los territorios en términos de conectividad física; uno de búsqueda de mayor equivalencia poblacional, con lo que estamos obteniendo UPL entre 180.000 y 250.000 habitantes, y hubo un análisis del Instituto de Patrimonio Cultural, para verificar que estuviéramos teniendo en cuenta aspectos identitarios y patrimoniales, y un poco de la historia de la ocupación; es decir, que no estemos partiendo a dos barrios con el mismo origen”, dijo María Mercedes Jaramillo, secretaria de Planeación.
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En otros términos, lo que se hizo fue tomar la denominada distancia Manhattan, para evaluar la proximidad. Es decir, si tomamos un punto de partida y uno de llegada, la lógica indica que la línea recta será la ruta más corta, pero en la lógica de las ciudades esto no es así, porque las calles suelen organizarse por cuadrículas y en medio hay obstáculos como construcciones, calles cerradas, vías arteriales o estructura ecológica principal, por lo que el destino más corto es el que se trace teniendo en cuenta esos factores.
“Son realidades objetivas de los territorios, pero también oportunidades de proximidad. Por ejemplo, es obvio que el aeropuerto separa a Fontibón de Engativá, por lo que uno no se va a comprar el pan a la otra localidad. Lo mismo ocurre en otros sectores con autopistas: uno no manda a su hijo a hacer un mandado al otro lado de esa vía. Eso mismo ocurre con límites naturales como Entrenubes, que separa a Usme de San Cristóbal”, indicó Jaramillo.
Pese a esto, hay varios a los que no les agrada esta nueva categorización. En Usme, el edil Eduardo Quijano ha advertido que también se estaría fragmentando la ciudad en estratos altos y bajos. “Es una visión segregacionista. Estos elementos que transforman la ciudad desconocen la historia de los barrios, su tejido social, así como la agenda climática”. En esto mismo coinciden grupos comunitarios en Ciudad Bolívar, quienes sostienen que se desconocen los trabajos ambientales y sociales que se realizan entre lo que ahora serían las UPL de Arborizadora y Lucero”.
Otra discusión similar es la del Centro Histórico. Allí los cuestionamientos están en la integración de localidades disímiles. “No estamos de acuerdo, porque el espíritu de crear la localidad de La Candelaria fue darle un realce al centro histórico y esto no puede quedar reducido a un barrio más. Merece un tratamiento especial y debe considerarse como tal. Si en cuarenta años, las tres localidades no han logrado resolver sus grandes problemas, mucho menos podrán hacerlo ahora en una sola administración; por eso estamos recogiendo firmas y creamos un comité para llevarlas a la comisión del Concejo, para que se den cuenta de que mayoritariamente rechazamos esa propuesta”, afirmó Juan Camilo Castellanos, edil de La Candelaria.
Del otro lado, Cristian Martínez, edil de Mártires, aunque considera oportuna la creación de nuevas UPL para que la gente se sienta más cercana a la administración local, concuerda en que las tres localidades tienen diferentes objetivos y cree que se pueden arraigar algunas diferencias. “Tristemente, la ciudad ha crecido desordenadamente y homogeneizar las localidades es bueno, que tengan conceptos de población similares, para lograr la ciudad de treinta minutos. No obstante, creo que ya ocurre que una persona de Santa Fe usa los servicios de Mártires sin necesidad de que sean una misma división administrativa. El tema electoral va a ser complicado, porque cada uno se va a centrar en sus territorios y seguramente los de Mártires y Santa Fe se coman a los de Candelaria, porque los primeros están ganando con 1.600 votos y los segundos con cerca de 200”.
El Distrito señala que socializó la conformación de las nuevas UPL y que, de hecho, a partir de los procesos participativos se decidió crear una localidad que abarque solo los cerros orientales, así como se vinculó la UPZ Marco Fidel Suárez a Rafael Uribe Uribe, debido a su vínculo histórico, así como se determinó que la cuenca del Tunjuelo se dejaría completamente rural.
Desde el Concejo, ya se plantea debate al respecto, pues además de las condiciones administrativas que se dejan para la siguiente alcaldía, hay bancadas que no apoyan la ampliación del número de localidades. A la par tendrán que escuchar las apreciaciones ciudadanas, por lo que restará esperar las propuestas que presenten los ponentes y qué tanto el Distrito está dispuesto a negociar la conformación de estas figuras.