De sobremesa con Noé Jitrik
Jitrik fue testigo de la indignación de los colombianos por el asesinato del bebé Luis Santiago Lozano. En su visita encontró la ciudad desordenada y a los capitalinos insatisfechos con el actual alcalde.
Mónica Sarmiento Duque/ Especial para El Espectador
En un país violento como el nuestro, Noé Jitrik, el escritor y crítico argentino que visitó esta semana Bogotá, pudo confirmar su fascinación por lo que llamó el lado amoroso de los colombianos, incluso cuando fue testigo de la indignación del país con la nefasta noticia de la muerte del bebé Luis Santiago. Todo esto ocurrió justo un día después de que su anfitrión Azriel Bibliowicz, director de este programa académico lo invitara a celebrar con él y su familia el año nuevo judío. Jitrik prefiere evocar a propósito de historias de bebés, una muy hermosa que relata conmovido de la forma como hace algunos meses una perra salvó la vida de un pequeño que fue abandonado por su madre adolescente en el campo a los pocos minutos de nacer. Ese animal se convirtió en héroe nacional en Argentina, porque trasladó al recién nacido a la morada que compartía con sus cachorros.
Sin duda, un contraste impresionante frente a la noticia del día en Colombia. Dan ganas de decirle al padre de esa criatura... “Por alguna vez en tu vida compórtate como un animal”, como era el lema de una campaña de publicidad española que resaltaba la amorosa relación de los animales con sus crías.
Sin embargo, prefiere no profundizar en un tema tan doloroso. Decide, en cambio, resaltar el lado amable de los habitantes de este país que lo han hecho sentir como un rey o en ocasiones como un discapacitado, anota con preocupación, por los dedicados cuidados y el sinnúmero de atenciones y muestras de afecto.
La conversación prosigue. Pero para qué hablar, si es mejor escuchar a un hombre sabio por las lecturas, por las experiencias de vida, por ese largo recorrido que lo lleva a justificar cada vez más la ausencia de fronteras a la hora de la creación literaria. Da igual de qué parte del mundo sale el escritor, lo importante es conectarse con la obra y tener una visión global, absolutamente alejada del provincianismo.
En los últimos meses su vida parece un periplo sin fin. Subir y bajar de aviones, hacer largas filas de inmigración, cambios de horario, desajuste de su cuerpo. Se toma entonces una taza de agua de coca para ver si su cuerpo se repone de tantas escalas.
Nuestro encuentro se realizó un día antes de su viaje a Cartagena, donde tenía cita con otro escritor residente en La Heroica, Óscar Collazos. Antes de eso Noé Jitrik asistiría a una conferencia sobre Machado de Asís dictada por Juan Gustavo Cobo Borda. Una agenda muy literaria, que no obstante permite dedicar tiempo a la conversación y a consentir a Lennon, un cachorro fox terrier, en casa de un amigo fallecido, hablar con su hijo adolescente y hacer una pausa en una tarde soleada en Bogotá. Extraña a Moreno-Durán, una imagen para él íntimamente ligada a esta ciudad.
Para él Bogotá tiene un ritmo sorprendente, sin embargo, anota que en los últimos meses se han registrado cambios desfavorables. Se percibe desorden y ha constatado la insatisfacción que hay con el actual alcalde. Siente que Buenos Aires es una aldea gastronómica al lado de la capital colombiana donde la oferta de comidas es enorme y sorprendente. Almuerza en un restaurante francés atendido por su dueña, una mujer que si no es condesa, podría ostentar el título. Christine cambia el menú para ajustarlo a las necesidades de este comensal, hastiado de la comida de hotel. Siente nostalgia de su casa, de su mujer. Imposible no sentir nostalgia, la música de fondo es Edith Piaff.
Empieza la sobremesa. El café. Por supuesto que para un extranjero este es un tema de conversación obligado. Visita el supermercado, escoge unas variedades y se lleva el delicioso aroma del café de Mesa de los Santos para su hogar, para molerlo en casa, con egoísmo confiesa que lo tomará solo, sin compartirlo con las visitas. También empaca las guascas para preparar ajiaco. Siente curiosidad por el tamal empacado al vacío, pero no se atreve a incluirlo en su equipaje. En Buenos Aires lo espera Tununa Mercado, una escritora maravillosa, que es además la madre de sus dos hijos; una artista plástica y un físico, apasionado por el fútbol y por el tenis, quien reside en México, país que acogió a su familia durante el exilio en tiempos de ingrata recordación para los argentinos.
La política es, por supuesto, otro tema que domina. Manifiesta su desacuerdo por el espíritu vulgar que ha tomado la discusión en torno a su presidenta. Le parece increíble la mezquindad y la falta de estilo para referirse a la mandataria. Circulan por internet mensajes en cadena que distribuyen en la red con insultos permanentes hacia la figura de Cristina
Fernández. Contrasta entonces, como él lo afirma, con la popularidad del presidente Uribe, me pregunta por el tema, por Karina que era noticia de última hora en su reciente visita al país. Han pasado tantas cosas desde entonces, que esa parece una historia enterrada. Le llama la atención el papel de Yidis Medina, hablamos de aquellos votos que llegan a definir el destino de un país.
La soya, su crisis, el alza en los precios de este producto estrella de la economía argentina. Los impuestos… en fin, una muestra de lo que es un intelectual de tiempo completo. Menciones a la música clásica, que es su compañera de sueños, de su afición por las películas que ejemplifican lo mejor de la historia del séptimo arte. Habla de la fortuna que ha tenido en su vida de viajar y conocer, también de leer.
Gracias a su trabajo y a sus viajes ha podido compartir momentos maravillosos con diferentes artistas. En esta escala en Bogotá, para acoger la invitación de la maestría en escritura creativa, tuvo la oportunidad de acompañar a Doris Salcedo a recibir su título honoris causa que le concedió la Universidad Nacional recientemente. Le encanta Doris, siente orgullo de su discurso, de su arte y del reconocimiento a su obra, que es sin duda universal. Compartió con ella esta fecha, llena de citas de grandes pensadores en unas palabras lúcidas e impecables que pronunció en la ceremonia. También estaba ese día la maestra de Doris, Beatriz González, quien ha sido parte del grupo cercano con el que Noé Jitrik una vez más ha tenido oportunidad de compartir noches de comida, alguna copa de vino y lo mejor de la plástica colombiana.
Constató que las óperas prima de los estudiantes de maestría en escritura creativa de la Universidad Nacional van por muy buen camino. Le pareció una experiencia deliciosa leer los textos que los alumnos han preparado a lo largo de estos meses. Le encantó, de igual manera, disfrutar de la tertulia con estudiantes brillantes y excepcionales como seres humanos.
Así, con su hermosa sonrisa, se ilumina aún más su cabeza blanca donde se reflejan los años vividos, la experiencia de una existencia rodeada de libros, de una trayectoria en la literatura escrita en español. Los estudiantes colombianos y algunos periodistas somos afortunados de conocer intelectuales de prestigio que esta semana visitaron la academia colombiana para dictar cátedra, no sólo dentro, sino fuera del aula.
Gurú de la literatura
Reconocido crítico literario argentino. Nació en 1928 cerca de La Pampa. Desde 1939 vivió la mayor parte de su vida en Buenos Aires, el resto en Europa y en México, donde pasó años de exilio entre 1974 y 1987.
Es autor de numerosos ensayos sobre literatura e historia, crítica literaria, teoría y narraciones, cuentos y novelas. Entre ellos: El fuego de la especie (1972), Producción literaria y producción social (1975), La memoria compartida (1982) y Lectura y cultura. Tiene, además, varios textos narrativos como: La fisura mayor (1967), El ojo de Jade (1978), Fin del ritual (1980) y Evaluador (2002), su última novela.
Fue profesor e investigador en universidades de Buenos Aires, México y Francia. Ha recibido galardones como el de Chevallier des Arts et Des Lettres otorgado por el gobierno de Francia, y el Premio Xavier Villaurrutia, México, 1981.
Actualmente dirige la colección ‘La historia crítica de la literatura argentina’, de la Editorial Emecé de Buenos Aires y colabora en varios periódicos del continente. Dirige el Instituto de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y es Investigador Principal en el Consejo de Investigaciones Científicas y Tecnológicas argentino desde 1987.
En un país violento como el nuestro, Noé Jitrik, el escritor y crítico argentino que visitó esta semana Bogotá, pudo confirmar su fascinación por lo que llamó el lado amoroso de los colombianos, incluso cuando fue testigo de la indignación del país con la nefasta noticia de la muerte del bebé Luis Santiago. Todo esto ocurrió justo un día después de que su anfitrión Azriel Bibliowicz, director de este programa académico lo invitara a celebrar con él y su familia el año nuevo judío. Jitrik prefiere evocar a propósito de historias de bebés, una muy hermosa que relata conmovido de la forma como hace algunos meses una perra salvó la vida de un pequeño que fue abandonado por su madre adolescente en el campo a los pocos minutos de nacer. Ese animal se convirtió en héroe nacional en Argentina, porque trasladó al recién nacido a la morada que compartía con sus cachorros.
Sin duda, un contraste impresionante frente a la noticia del día en Colombia. Dan ganas de decirle al padre de esa criatura... “Por alguna vez en tu vida compórtate como un animal”, como era el lema de una campaña de publicidad española que resaltaba la amorosa relación de los animales con sus crías.
Sin embargo, prefiere no profundizar en un tema tan doloroso. Decide, en cambio, resaltar el lado amable de los habitantes de este país que lo han hecho sentir como un rey o en ocasiones como un discapacitado, anota con preocupación, por los dedicados cuidados y el sinnúmero de atenciones y muestras de afecto.
La conversación prosigue. Pero para qué hablar, si es mejor escuchar a un hombre sabio por las lecturas, por las experiencias de vida, por ese largo recorrido que lo lleva a justificar cada vez más la ausencia de fronteras a la hora de la creación literaria. Da igual de qué parte del mundo sale el escritor, lo importante es conectarse con la obra y tener una visión global, absolutamente alejada del provincianismo.
En los últimos meses su vida parece un periplo sin fin. Subir y bajar de aviones, hacer largas filas de inmigración, cambios de horario, desajuste de su cuerpo. Se toma entonces una taza de agua de coca para ver si su cuerpo se repone de tantas escalas.
Nuestro encuentro se realizó un día antes de su viaje a Cartagena, donde tenía cita con otro escritor residente en La Heroica, Óscar Collazos. Antes de eso Noé Jitrik asistiría a una conferencia sobre Machado de Asís dictada por Juan Gustavo Cobo Borda. Una agenda muy literaria, que no obstante permite dedicar tiempo a la conversación y a consentir a Lennon, un cachorro fox terrier, en casa de un amigo fallecido, hablar con su hijo adolescente y hacer una pausa en una tarde soleada en Bogotá. Extraña a Moreno-Durán, una imagen para él íntimamente ligada a esta ciudad.
Para él Bogotá tiene un ritmo sorprendente, sin embargo, anota que en los últimos meses se han registrado cambios desfavorables. Se percibe desorden y ha constatado la insatisfacción que hay con el actual alcalde. Siente que Buenos Aires es una aldea gastronómica al lado de la capital colombiana donde la oferta de comidas es enorme y sorprendente. Almuerza en un restaurante francés atendido por su dueña, una mujer que si no es condesa, podría ostentar el título. Christine cambia el menú para ajustarlo a las necesidades de este comensal, hastiado de la comida de hotel. Siente nostalgia de su casa, de su mujer. Imposible no sentir nostalgia, la música de fondo es Edith Piaff.
Empieza la sobremesa. El café. Por supuesto que para un extranjero este es un tema de conversación obligado. Visita el supermercado, escoge unas variedades y se lleva el delicioso aroma del café de Mesa de los Santos para su hogar, para molerlo en casa, con egoísmo confiesa que lo tomará solo, sin compartirlo con las visitas. También empaca las guascas para preparar ajiaco. Siente curiosidad por el tamal empacado al vacío, pero no se atreve a incluirlo en su equipaje. En Buenos Aires lo espera Tununa Mercado, una escritora maravillosa, que es además la madre de sus dos hijos; una artista plástica y un físico, apasionado por el fútbol y por el tenis, quien reside en México, país que acogió a su familia durante el exilio en tiempos de ingrata recordación para los argentinos.
La política es, por supuesto, otro tema que domina. Manifiesta su desacuerdo por el espíritu vulgar que ha tomado la discusión en torno a su presidenta. Le parece increíble la mezquindad y la falta de estilo para referirse a la mandataria. Circulan por internet mensajes en cadena que distribuyen en la red con insultos permanentes hacia la figura de Cristina
Fernández. Contrasta entonces, como él lo afirma, con la popularidad del presidente Uribe, me pregunta por el tema, por Karina que era noticia de última hora en su reciente visita al país. Han pasado tantas cosas desde entonces, que esa parece una historia enterrada. Le llama la atención el papel de Yidis Medina, hablamos de aquellos votos que llegan a definir el destino de un país.
La soya, su crisis, el alza en los precios de este producto estrella de la economía argentina. Los impuestos… en fin, una muestra de lo que es un intelectual de tiempo completo. Menciones a la música clásica, que es su compañera de sueños, de su afición por las películas que ejemplifican lo mejor de la historia del séptimo arte. Habla de la fortuna que ha tenido en su vida de viajar y conocer, también de leer.
Gracias a su trabajo y a sus viajes ha podido compartir momentos maravillosos con diferentes artistas. En esta escala en Bogotá, para acoger la invitación de la maestría en escritura creativa, tuvo la oportunidad de acompañar a Doris Salcedo a recibir su título honoris causa que le concedió la Universidad Nacional recientemente. Le encanta Doris, siente orgullo de su discurso, de su arte y del reconocimiento a su obra, que es sin duda universal. Compartió con ella esta fecha, llena de citas de grandes pensadores en unas palabras lúcidas e impecables que pronunció en la ceremonia. También estaba ese día la maestra de Doris, Beatriz González, quien ha sido parte del grupo cercano con el que Noé Jitrik una vez más ha tenido oportunidad de compartir noches de comida, alguna copa de vino y lo mejor de la plástica colombiana.
Constató que las óperas prima de los estudiantes de maestría en escritura creativa de la Universidad Nacional van por muy buen camino. Le pareció una experiencia deliciosa leer los textos que los alumnos han preparado a lo largo de estos meses. Le encantó, de igual manera, disfrutar de la tertulia con estudiantes brillantes y excepcionales como seres humanos.
Así, con su hermosa sonrisa, se ilumina aún más su cabeza blanca donde se reflejan los años vividos, la experiencia de una existencia rodeada de libros, de una trayectoria en la literatura escrita en español. Los estudiantes colombianos y algunos periodistas somos afortunados de conocer intelectuales de prestigio que esta semana visitaron la academia colombiana para dictar cátedra, no sólo dentro, sino fuera del aula.
Gurú de la literatura
Reconocido crítico literario argentino. Nació en 1928 cerca de La Pampa. Desde 1939 vivió la mayor parte de su vida en Buenos Aires, el resto en Europa y en México, donde pasó años de exilio entre 1974 y 1987.
Es autor de numerosos ensayos sobre literatura e historia, crítica literaria, teoría y narraciones, cuentos y novelas. Entre ellos: El fuego de la especie (1972), Producción literaria y producción social (1975), La memoria compartida (1982) y Lectura y cultura. Tiene, además, varios textos narrativos como: La fisura mayor (1967), El ojo de Jade (1978), Fin del ritual (1980) y Evaluador (2002), su última novela.
Fue profesor e investigador en universidades de Buenos Aires, México y Francia. Ha recibido galardones como el de Chevallier des Arts et Des Lettres otorgado por el gobierno de Francia, y el Premio Xavier Villaurrutia, México, 1981.
Actualmente dirige la colección ‘La historia crítica de la literatura argentina’, de la Editorial Emecé de Buenos Aires y colabora en varios periódicos del continente. Dirige el Instituto de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y es Investigador Principal en el Consejo de Investigaciones Científicas y Tecnológicas argentino desde 1987.