Los establecimientos esperan que con el Decreto 070 la seguridad sea un factor garantizado en los espacios públicos. / Gustavo Torrijos
Foto: GUSTAVO TORRIJOS
Bogotá a Cielo Abierto (BACA) fue un programa piloto que surgió en el punto más crítico de la pandemia. El sector de la gastronomía, por ese entonces, fue el más afectado. Al 15 de enero del 2021 ya habían cerrado 11.000 establecimientos. En medio de la angustia y el rebusque, desde la Alcaldía se pensó en programas que dieran un respiro en la emergencia, no solo sanitaria sino económica, que al final iban de la mano, pues no se podía reactivar la economía sin pensar en los protocolos de bioseguridad.
Por Sara Caicedo
Periodista de la universidad Politécnico Grancolombiano. Escribe para El Espectador sobre planeación, hábitat, comercio informal, espacio púbico, desarrollo económico, hacienda y ambiente.@sara_caicedoscaicedo@elespectador.com
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