Déficit de Transmilenio no cesaría ni con un pasaje de $3.100
El aumento del pasaje no deja de ser impopular en un sistema que es usado principalmente por la población de estratos 1, 2 y 3. Sin embargo, influyen los costos detrás de su operación.
Juan Camilo Parra
El costo del pasaje para el otro año ya empieza a inquietar a algunos sectores de la capital, que se sorprendieron al conocer los cálculos que proyectan el precio para el 2024. El panorama afectaría en mayor medida a la población vulnerable, para la cual pagar más de $6.000 por dos recorridos diarios resulta adherirle a su costo de vida una suma considerable a lo que gastan a diario. De acuerdo con el concejal Óscar Ramírez Vahos, del Centro Democrático, teniendo en cuenta el presupuesto del otro año que se aprobó este 29 de noviembre en comisión de hacienda en el Concejo de Bogotá, el pasaje de buses troncales se incrementaría de $2.950 a $3.100, y los zonales, de 2.750 a $2.900.
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El costo del pasaje para el otro año ya empieza a inquietar a algunos sectores de la capital, que se sorprendieron al conocer los cálculos que proyectan el precio para el 2024. El panorama afectaría en mayor medida a la población vulnerable, para la cual pagar más de $6.000 por dos recorridos diarios resulta adherirle a su costo de vida una suma considerable a lo que gastan a diario. De acuerdo con el concejal Óscar Ramírez Vahos, del Centro Democrático, teniendo en cuenta el presupuesto del otro año que se aprobó este 29 de noviembre en comisión de hacienda en el Concejo de Bogotá, el pasaje de buses troncales se incrementaría de $2.950 a $3.100, y los zonales, de 2.750 a $2.900.
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“Transmilenio vislumbra gastos de $6 billones para el otro año, y teniendo en cuenta que el 49 % debe venir de la tarifa y el otro 51 % del Fondo de Estabilización Tarifaria (FET), para compensarlo, el pasaje debe aumentar y además se destinarán más de $2 billones al FET del presupuesto, dejando a la ciudad con menos inversión para otras áreas importantes”, mencionó el concejal.
Pero detrás de la decisión de aumentar o no el pasaje, por más impopular que sea, hay variables como los gastos de operación del sistema y lo que se conoce como la tarifa técnica; es decir, lo que cuesta transportar a los pasajeros en comparación con el cobro del pasaje.
En lo que respecta a los buses troncales (rojos), al sistema le cuesta $3.273 llevar un pasajero, lo que no dista mucho del valor de la tarifa; diferencia que sí se marca en el caso de los zonales (azules), al que le cuesta $5.549; es decir, vale casi el doble llevar cada pasajero en esos vehículos, según pudimos constatar. Por otra parte, cabe anotar que los buses troncales son la flota más usada por los capitalinos. El componente troncal reportó, en su informe más reciente, 2′061.033 validaciones de pasaje y el componente zonal 2′026.957.
“El Fondo de Estabilización Tarifaria (FET) se alimenta con los impuestos de todos los ciudadanos quienes utilizan o no Transmilenio. El Distrito aumentó a $2,25 billones lo destinado para este fondo, es decir más impuestos para el déficit del transporte y adicional le vamos a subir a la tarifa a los que utilizan Transmilenio, es un doble golpe para los ciudadanos”, añade Vahos.
José Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad de la U. Nacional, anota que los sistemas de transporte público generalmente son deficitarios; ya que se les dificulta lograr el equilibrio entre costos e ingresos. “El tema del precio del pasaje en Transmilenio debe de pasar por una revisión de la tarifa técnica y subsidios a población necesitada. Aunque económicamente es necesario el aumento, políticamente es impopular, y socialmente tendría efectos en la evasión, la cual posiblemente se aumentaría a menos que haya subsidios bien focalizados”.
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Aumentan precios, aumentan gastos
El valor del pasaje también se mide teniendo en cuenta una serie de precios que tienden a variar cada año y comprometen los gastos de operación del sistema.
Por ejemplo, el costo del combustible diésel, teniendo en cuenta que más del 60 % de la flota lo emplea; los salarios de los más de 25.000 operadores de los servicios, que aumentarán también, le dejan pocas opciones al sistema de seguir cobrando lo mismo.
“No se puede esperar que el transporte siga inmóvil porque refleja todos los movimientos en la economía, los movimientos inflacionarios de los últimos tres años han sido fuertes y el descontento ciudadano también ha hecho que las personas se bajen de Transmilenio en los últimos años. El 80 % ya paga el pasaje, pero eso se ve reflejado en un modelo que privilegió otros aspectos como los nuevos torniquetes a apostarle a calidad”, analiza Alejandro Bernal, experto en movilidad.
Estratos 1, 2, y 3, los más afectados
Al final las cuentas terminarían afectando a los más pobres de la capital. Esto, a pesar de los subsidios de transporte para población vulnerable. Y es que el sistema contempla tarifas especiales para adultos mayores, personas con discapacidad y usuarios del Sisbén. Para ellos, con estas tarifas, el servicio troncal queda en $2.500 y el zonal, en $2.250.
Para Stalin Rojas, “sigue siendo costoso para la población más pobre. Se requiere una mejor focalización para que el aumento del pasaje no afecte a quienes más lo usan”. Esto, teniendo en cuenta que el estrato 2 agrupa el 44,7 % del total de la demanda del sistema; seguido del estrato 3, aportando el 38,7 %, y del estrato 1 con el 10,2 %.
“El llamado es a adelantar un cambio en la visión y contar con un modelo que gestione, con eficiencia y calidad en el servicio, las necesidades de movilidad de los bogotanos, en un escenario que mitigue la carga que representa para Bogotá y sus contribuyentes sostener la financiación del Fondo de Estabilización Tarifaria”, agregó el concejal.
Finalmente, los expertos coinciden en que habrá que analizar los costos operacionales del operador La Rolita, con respecto a los costos operacionales de los privados, para ampliar este debate que a diario representa un gran peso para el bolsillo de los capitalinos.
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