Dentro del Comando Nocturno, la apuesta para mejorar la seguridad en las noches de Bogotá
Alrededor de 250 policías y funcionarios de la Alcaldía se tomaron el pasado 31 de marzo el barrio San Bernardo como parte de la estrategia. ¿Será suficiente para mejorar la seguridad en el centro de la capital del país?
Fernan Fortich
Transcurría la noche del viernes 31 de marzo y en la improvisada recepción de un pagadiario, en el sector de San Bernardo (centro de Bogotá), se vivía una escena de desespero y frustración: Yulieth Suárez, en pijama y haciendo una llamada con el celular en altavoz, le notificaba a su jefe del arribo de una decena de policías y funcionarios de la Alcaldía al establecimiento para verificar si tenían los papeles en regla para operar.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Transcurría la noche del viernes 31 de marzo y en la improvisada recepción de un pagadiario, en el sector de San Bernardo (centro de Bogotá), se vivía una escena de desespero y frustración: Yulieth Suárez, en pijama y haciendo una llamada con el celular en altavoz, le notificaba a su jefe del arribo de una decena de policías y funcionarios de la Alcaldía al establecimiento para verificar si tenían los papeles en regla para operar.
Mientras ella le explicaba a su ‘patrón’ que la falta de estos documentos podría significar el cierre temporal del sitio, en el fondo del corredor, donde se contaban cerca de 20 habitaciones, algunos inquilinos asomaban sus cabezas ante el remezón. Otros sencillamente permanecían sin reaccionar ante algo que, aseguran, se ha vuelto costumbre.
Lo invitamos a leer: Se pausa ejecución de Regiotram de Occidente por suspensión de licencia ambiental
A las afueras del sitio también había movimiento. Más de 250 policías y empleados de diferentes secretarías realizaban requisas, verificaban permisos de otros establecimientos, limpiaban calles y retiraban, con el uso de fuerza y atención, a 30 habitantes de calle que ocupaban el espacio público, al frente de uno de los lotes que intervino hace dos años el Distrito.
El protagonista de este revuelo era el nuevo Comando Nocturno, el cual, con operativos constantes, en zonas tradicionalmente azotadas por la delincuencia (como las del centro), busca generar un ambiente más seguro.
“El centro es una de las zonas priorizadas este año, al identificar factores como el tráfico de estupefacientes, líos con los pagadiarios y la cantidad de personas en condición de habitabilidad de calle”, explicó Óscar Gómez Heredia, secretario de Seguridad. Su objetivo es claro: reducir las cifras de inseguridad, particularmente en delitos de alto impacto, como el homicidio, las lesiones personales y la violencia intrafamiliar y contra la mujer. Pero, ¿cómo funciona? ¿Será suficiente?
Los pagadiarios
En esta oportunidad, el objetivo del Comando Nocturno fue un polígono de cuatro cuadras hacia el occidente, desde la carrera 10 con calle 3, en inmediaciones del Parque Tercer Milenio, en la localidad de Santa Fe.
La intervención era más que justificada no solo por las calles oscuras, así como el deterioro de vías, inmuebles y espacio público (marco perfecto para la inseguridad), sino porque, según cifras oficiales, es uno de los sitios donde más hurtos se presentan en la ciudad, después de Corabastos (en Kennedy) y el sistema de transporte público.
Si se mira con atención las edificaciones del barrio San Bernardo, aún es posible ver los trazos de la arquitectura del siglo XXI, en las casas que alguna vez ocuparon las clases pudientes de la época y que abandonaron tras la explosión del Bogotazo.
Hoy este histórico lugar refleja el deterioro que se han vivido en muchos sectores de la ciudad tomados por la delincuencia. Detrás de sus fachadas funcionan los denominados pagadiarios, que si bien constituyen refugio para muchos, también sirven de madriguera para otros. Cada cual tiene sus reglas y sus desafíos.
La intervención de las autoridades en esos establecimientos fue de contrastes. Algunos inquilinos salieron tranquilos y a otros los tuvieron que ayudar a salir. “A mí vinieron y me preguntaron si tenía cuchillos. Les dije que solo el de cocina, así que me revisaron la ropa y se fueron. Estoy acá hace seis meses, precisamente porque es tranquilo. Es de las pocas casas en el sector en la que uno puede tener cierta calma, pero también hay reglas estrictas”, asegura John Clavijo, de 41 años, inquilino en uno de los sitios inspeccionados.
Podría interesarle: Relleno Doña Juana: crece la tensión “ad portas” del fallo arbitral
Otra escena menos tranquila se vivió en la habitación contigua a la de Clavijo. Allí la policía y el administrador del lugar tuvieron que golpear con violencia la puerta. Momentos después abrió un hombre completamente desorientado, el cual necesitó ayuda de los uniformados para salir de la habitación.
Así intervinieron varios hospedajes del sector, de los cuales tres fueron sellados temporalmente y no podrán recibir nuevos inquilinos en los próximos días. Según las autoridades, estos sitios se encuentran priorizados en la estrategia de seguridad, debido a que frecuentemente son espacios en lo que conviven la vulnerabilidad y las actividades criminales.
“Hay pagadiarios que, desafortunadamente, están asociados con actividades ilegales, por ejemplo en el tema de la trata de personas, o de mujeres y niños, y también son resguardos de criminales”, manifestó Felipe Jiménez, secretario de Gobierno de Bogotá.
De esta manera, según cifras de la Alcaldía Local de Santa Fe, en todo el sector fueron incautadas en un período de seis horas alrededor de 60 armas blancas, 50 pipas de bazuco y cerca de 200 gramos de estupefacientes. Esto sin contar las casi 42 toneladas de basura que recogieron del sector.
Licor y apuestas
En San Bernardo existen dos tipos de establecimientos comerciales disponibles en horario nocturno: los expendios de licor y las casas de apuestas. Allí se concentra la estrategia de las autoridades para reducir los casos de asesinatos producto de riñas, los cuales han generado un incremento este año del 28 % en las cifras de homicidios en la localidad de Santa Fe.
A pesar de esto, los empleados de estos negocios son escépticos frente al impacto de las medidas en el sector. “Por acá los viernes en la tarde son tranquilos. Luego, por la noche, sí es más pesadito. Con estos operativos todo cambia, pero solo por el momento. Ya estamos acostumbrados”, manifestó la empleada de una tienda del barrio, mientras atendía la inspección de la Secretaría de Salud.
Por su parte, en uno de los sitios de apuestas, con una serie de máquinas tragamonedas donde una decena de personas probaban suerte, uno de los empleados, que atendía por primera vez uno de estos operativos, aseguró que “a veces los clientes se ponen un poco pesados, pero ellos saben que aquí se paga por jugar y se le paga al que gana, por lo que no suelen haber muchos problemas”.
El Distrito afirma que ejercer vigilancia en estas zonas apunta a controlar uno de los factores que parece estar disparando las cifras de homicidios en la ciudad: los casos de intolerancia. “Este tipo de intervención no es de ornato, pero son de sostenibilidad en el largo plazo. Se están arreglando las calles y entregando oferta social y económica para los establecimientos comerciales. Logramos destrabar el plan parcial de la zona, con lo que buscamos mejorar la seguridad con la renovación urbana del sector”, agregó el secretario de Gobierno.
¿Han funcionado los Comandos de Seguridad?
Después de un año histórico como 2022, en el que se registró la tasa de homicidios más baja en los últimos 60 años, con 12,8 asesinatos por cada 100 mil habitantes, el arranque de 2023 no ha sido el mejor, debido al aumento de este delito en diferentes zonas de la capital. La tendencia, de acuerdo con las autoridades, se debe a la reconfiguración de las bandas criminales, así como el incremento de casos intolerancia en la ciudad.
Para enfrentar estas cifras, la Alcaldía creó este año siete comandos de seguridad, priorizando temas puntuales en la estrategia de seguridad: Corabastos, Centro, Nocturno, Ambiental, Púrpura, Transmilenio y Bogotá Limpia. Tras su creación, cada semana se realizan operativos de este tipo, en los que se han priorizado los principales corredores de la capital del país.
Incluso, en lo corrido del año, el Distrito ha dispuesto de una mayor cantidad de funcionarios, para aumentar la cobertura y mejorar la atención de las denuncias de la ciudadanía, por lo que se espera que esta estrategia reduzca todos los delitos de este año.
“Durante esta administración se han desmantelado más de 498 bandas delincuenciales. Y se tiene identificadas 31 estructuras multicrimen, que serán impactadas este año. Con la focalización de zonas críticas en la ciudad esperamos, en primer lugar, contener y luego reducir los delitos en la ciudad”, indicó el secretario de Seguridad, Óscar Gómez Heredia.
Aunque las cifras de la Secretaría de Seguridad señalan que en sus primeros tres meses de operación la estrategia ha dado resultados positivos, como una reducción del 35 % de los delitos en Corabastos y el 40 % del hurto en los buses y estaciones de Transmilenio, para algunos expertos su efectividad al largo plazo no es clara del todo.
“El reto sigue siendo que la policía y las autoridades estén 24 horas patrullando y vigilando en los territorios, lo que impide aplicar justicia. Además, las cifras de los operativos, por ejemplo, en el caso de capturas, no deja claro cuántas de estas realmente terminaron en procesos penales”, manifestó Stella Baracaldo, experta en seguridad.
Por ahora los Comandos Nocturnos siguen a prueba. Resta esperar cómo evolucionan, se afianzan y se hacen más frecuentes en lo corrido del año y si la próxima administración les da continuidad. De hacerlo, podría convertirse en una medida que, en el mediano plazo, podría dar resultados desplazando a la delincuencia. De lo contrario, la inseguridad en algunas zonas deterioradas será difícil de desterrar.
Nota recomendada: Corredor Verde: Personería advierte líos y pide aplazar la licitación
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.