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Cada vez son más las voces que confirman la presencia de grupos al margen de la ley, como el ELN y las Disidencias, en Bogotá. Después de que la Defensoría hiciera hincapié en este asunto, en contra vía de lo expresado por las autoridades locales, la denuncia de un concejal regresó la discusión al radar público.
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Julián Espinosa, de la bancada Alianza Verde, reveló una serie de datos alarmantes sobre la huella criminal en la ciudad, durante un debate de control político en el cabildo. Durante su intervención, el concejal reveló que en la ciudad hay un total de 55 bandas y organizaciones criminales, una cifra que ha ido en aumento los últimos años.
Durante el debate, Espinosa destacó que los sistemas de alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo han registrado un preocupante aumento en la expansión territorial de estas bandas en la mayoría de las localidades. El concejal, con base en el último estudio que efectuó la organización PARES, afirmó que en la capital del país también hay presencia de grupos como el Clan del Golfo, las Disidencias de las FARC y el ELN.
Asimismo, en la capital están asentados grupos de delincuencia grganizada (GDO) como el Tren de Aragua, los Paisas y los Boyacos, y Grupos de delincuencia común organizada (GDCO) como Los Espartanos, Los Pelados y Los Motorratones, entre otros. En total, el estudio de Pares identifica 55 grupos criminales en la ciudad, que no solo subcontratan entre sí, sino que también están en constante guerra por el control territorial, afectando a la ciudadanía.
“En Bogotá, todas estas bandas criminales ejercen el multicrimen de diversas formas. Primero, se disputan los territorios por el control de las economías ilícitas a través de tres ejes fundamentales y corredores estratégicos: la frontera nororiental, principalmente en Suba y Usaquén, con capacidad de expansión hacia los municipios de la sabana; la frontera occidental, en Engativá, Fontibón y parte de Suba; y el suroccidente, en Bosa, Ciudad Bolívar y Kennedy, con un nodo central en Corabastos, conectando también con Usme, San Cristóbal y municipios vecinos” afirmó el concejal.
Espinosa señaló que existen dos delitos que alimentan a estas bandas criminales: el hurto a personas y la extorsión, ambos en aumento desde 2021. Sin embargo, lo más preocupante es que de acuerdo con las proyecciones, utilizando metodología estadística con base en la información de la Policía Nacional entre 2010 y 2023, se prevé un incremento exponencial en 2024, 2025 y 2026 si no se toman medidas urgentes para contrarrestar el crimen en Bogotá.
Por ejemplo, de seguir así, para 2026, el hurto a personas incrementará un 39,8 %, pasando de 158.748 casos denunciados en 2023, a 221.975. Para el caso de la extorsión, también para el mismo periodo de tiempo, el aumento será del 28 %, por lo cual este índice delictivo pasaría de los 1.527 casos en 2023, a los 1.956.
“Debemos concentrar nuestras capacidades de inteligencia, investigación y judicialización en una ‘burbuja de inteligencia’ para identificar a los delincuentes, conocer sus ubicaciones y métodos de operación. Es crucial una intervención estructural en los mercados ilícitos, como la receptación de celulares, autopartes y drogas, para erradicar estas actividades ilegales. Asimismo, es fundamental implementar procesos que faciliten la identificación y captura de los responsables, mediante un sistema de recompensas e incentivos sociales”, enfatizó el concejal Espinosa.
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