Suicidio: tabú del que hay que hablar para prevenirlo
En 2022 van 17 suicidios infantojuveniles y más de 190 casos de adultos en Bogotá. Analizamos la situación en la ciudad y consultamos a expertos en el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.
Cristian Camilo Perico Mariño
Abordar el suicidio en charlas cotidianas, dentro de la academia o en los mismos medios suele ser un tema sensible e, incluso, indecible en contextos cerrados. Aún está presente la creencia de que al hablar de este tema se pueden alentar comportamientos que desencadenen en el aumento de los casos.
Lea también: Acoso escolar en colegios de Bogotá.
Sin embargo, expertos como Jaime Carmona Parra, doctor en Psicología Social, reconocen que es indispensable afrontarlo como una problemática de salud pública en todo el país y es clave dar a conocer el apoyo y el acompañamiento que deben recibir las personas con tendencia suicida.
“La misma Organización Mundial de la Salud (OMS) lo cataloga como un problema de salud pública, porque no solo afecta la salud mental, también la física por las secuelas que puede dejar un intento. En la actualidad hay un enfoque más comunitario que busca concientizar que todos tenemos una labor en temas de prevención”, afirma el experto, que ha publicado más de seis libros en torno a esta materia.
El panorama en la capital es diciente. De acuerdo con cifras de la Secretaría Distrital de Salud, la tasa de muerte por suicidio en Bogotá en 2021 fue de 4,3 por cada 100 mil habitantes; 0,8 puntos por debajo de la tasa nacional, que fue de 5,1, según el Centro de Referencia Nacional sobre Violencia del Instituto Nacional de Medicina Legal. No obstante, de acuerdo con las métricas anuales se presenta una disminución en los suicidios consumados en la ciudad, teniendo en cuenta que en 2019 la tasa estaba en 5,1.
Hasta junio de 2022 se tenía el reporte de 190 muertes por suicidio en la capital: el 71,1 % (135 casos) corresponden a hombres y el 28,9 % (55) a mujeres. Lo que representa un aumento del 7,4 % en comparación con el mismo período de 2021, cuando se reportaron 176 casos.
Cabe señalar que esta cifra solo evidencia los suicidios consumados y no la tentativa de suicidio, la cual, de acuerdo con el Subsistema de Vigilancia Epidemiológica de la Conducta Suicida (Sisvecos) de la Secretaría de Salud, está en aumento. Desde 2019 se han registrado 19.318 intentos de suicidio reportados. Solo en 2021 se tiene registro de 6.074 casos versus 3.773 reportados en 2019. Es decir, tras la pandemia se aprecia un incremento del 37,9 %. A su vez, el 65,3 % de los intentos se presentaron en mujeres y el 34,7 % en hombres.
El listado de localidades que concentran la mayor cantidad de casos lo encabeza Suba con el 13,4 % (2.595), seguida por Kennedy con 12,4 % (2.398), Ciudad Bolívar con 9,8 % (1.893) y Bosa con 9 % (1.731). Estas localidades concentran el 44,6 % de los casos para el período citado.
Al analizar los reportes por rangos de edad se encuentra que el 42,4 % corresponden a jóvenes entre 18 y 28 años; el 25,8 %, a adultos de 29 años o más, y el 27,2 %, a adolescentes de 11 a 17 años. Adicionalmente, la sección Bogotá de El Espectador logró identificar que van 17 suicidios de niños y jóvenes en la ciudad en lo que va corrido del año. El último ocurrió el pasado 2 de septiembre, cuando una menor de 12 años se quitó la vida tras, presuntamente, haber sido víctima de acoso escolar en un colegio de Ciudad Bolívar.
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Aspecto en el que Laura Molina Ayala, psicóloga y magíster en Familia, invita a los padres y acompañantes a estar atentos a los signos de alarma. “En algunos casos se presentan autolesiones, como cortes en las piernas o las muñecas. Esto puede ser un síntoma de que prefieren sentir dolor en vez de afrontar las situaciones que están viviendo”, detalla la profesional.
Agrega que el bullying tiene una injerencia real en el desarrollo de la identidad y la autoestima en la pre y adolescencia: “En esta etapa buscamos aprobación y sentido de pertenencia con grupos sociales. El acoso escolar alimenta los pensamientos de ‘no puedo, no soy capaz, no soy suficiente’. Esto crea un contexto de renuncia ante la vida y se puede percibir que el suicidio es la única salida para frenar el malestar emocional”, afirma.
Aportar a la prevención
Frente a estas cifras, Alba Reyes, fundadora y directora de la Fundación Sergio Urrego (organización creada en honor a su hijo, quien se suicidó tras ser víctima del acoso escolar), invita a entender que la salud mental debe ser prioridad en todos los ámbitos, incluyendo los amorosos, familiares, laborales y académicos.
“En la fundación le apostamos a la prevención y asistencia de quienes necesiten ayuda. No queremos que más jóvenes terminen acabando con sus vidas porque no tienen quien los escuche. En nuestra Línea Salvavidas hemos recibido llamadas por problemas de bullying, ideación suicida (pensamientos, deseos y conducta), episodios de ansiedad y depresión”, detalla.
Y agrega: “Estas situaciones están relacionadas con entornos familiares, que rechazan las diversidades, sentimientos de soledad, la reducción de la importancia de la salud mental dentro de los hogares, malas relaciones interpersonales, una baja red de apoyo, comportamientos evitativos e incluso conductas machistas y violentas”.
Escenario en el que los profesionales, tanto Carmona como Molina, concuerdan con lo planteado desde la fundación: “es indispensable crear entornos seguros dentro de los hogares y fuera de ellos, para que todas las personas tengan una red de apoyo para pedir ayuda”.
Tarea en la que ya se emplea el término de gatekeepers para hablar de quienes estén dispuestos a acompañar en momentos de desesperación a quienes presenten episodios de ansiedad o desánimo, invitando siempre a consultar a especialistas.
Mucho falta para avanzar en la priorización de la salud mental en el día a día. Sin embargo, de acuerdo con los expertos, reconocer las emociones y la necesidad de pedir apoyo, es el primer paso para aliviar la carga.
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Conozca las líneas de ayuda que tiene el Distrito en caso de crisis
A la fecha, el Distrito tiene en Bogotá cinco líneas de escucha y orientación para quienes estén buscando ayuda. Entre ellas está la Línea Psicoactiva 018000112439, la Línea Púrpura 018000112137, la Línea Calma 018000423614, la Línea Diversa 3108644214 y Línea 106, que cuenta también con un chat en el Whatsapp 3007548933.
Esta última está enfocada en intervención psicosocial y el soporte en crisis no presencial. Es atendida por un equipo de 22 profesionales en psicología que brindan orientación y apoyo emocional a personas de cualquier edad. Funciona todos los días, las 24 horas.
Según el Sistema de Información de la línea, desde 2011 y hasta la fecha se han realizado en total 368.985 intervenciones. En 2021 se realizaron 69.364 reportes, sigue 2020 con 55.647 y 2019 con 34.819. Hasta el 31 de julio de este año, según la Secretaría Distrital de Salud, se han atendido 39.401 llamadas, lo que daría un promedio de más de 186 atenciones al día.
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Abordar el suicidio en charlas cotidianas, dentro de la academia o en los mismos medios suele ser un tema sensible e, incluso, indecible en contextos cerrados. Aún está presente la creencia de que al hablar de este tema se pueden alentar comportamientos que desencadenen en el aumento de los casos.
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Sin embargo, expertos como Jaime Carmona Parra, doctor en Psicología Social, reconocen que es indispensable afrontarlo como una problemática de salud pública en todo el país y es clave dar a conocer el apoyo y el acompañamiento que deben recibir las personas con tendencia suicida.
“La misma Organización Mundial de la Salud (OMS) lo cataloga como un problema de salud pública, porque no solo afecta la salud mental, también la física por las secuelas que puede dejar un intento. En la actualidad hay un enfoque más comunitario que busca concientizar que todos tenemos una labor en temas de prevención”, afirma el experto, que ha publicado más de seis libros en torno a esta materia.
El panorama en la capital es diciente. De acuerdo con cifras de la Secretaría Distrital de Salud, la tasa de muerte por suicidio en Bogotá en 2021 fue de 4,3 por cada 100 mil habitantes; 0,8 puntos por debajo de la tasa nacional, que fue de 5,1, según el Centro de Referencia Nacional sobre Violencia del Instituto Nacional de Medicina Legal. No obstante, de acuerdo con las métricas anuales se presenta una disminución en los suicidios consumados en la ciudad, teniendo en cuenta que en 2019 la tasa estaba en 5,1.
Hasta junio de 2022 se tenía el reporte de 190 muertes por suicidio en la capital: el 71,1 % (135 casos) corresponden a hombres y el 28,9 % (55) a mujeres. Lo que representa un aumento del 7,4 % en comparación con el mismo período de 2021, cuando se reportaron 176 casos.
Cabe señalar que esta cifra solo evidencia los suicidios consumados y no la tentativa de suicidio, la cual, de acuerdo con el Subsistema de Vigilancia Epidemiológica de la Conducta Suicida (Sisvecos) de la Secretaría de Salud, está en aumento. Desde 2019 se han registrado 19.318 intentos de suicidio reportados. Solo en 2021 se tiene registro de 6.074 casos versus 3.773 reportados en 2019. Es decir, tras la pandemia se aprecia un incremento del 37,9 %. A su vez, el 65,3 % de los intentos se presentaron en mujeres y el 34,7 % en hombres.
El listado de localidades que concentran la mayor cantidad de casos lo encabeza Suba con el 13,4 % (2.595), seguida por Kennedy con 12,4 % (2.398), Ciudad Bolívar con 9,8 % (1.893) y Bosa con 9 % (1.731). Estas localidades concentran el 44,6 % de los casos para el período citado.
Al analizar los reportes por rangos de edad se encuentra que el 42,4 % corresponden a jóvenes entre 18 y 28 años; el 25,8 %, a adultos de 29 años o más, y el 27,2 %, a adolescentes de 11 a 17 años. Adicionalmente, la sección Bogotá de El Espectador logró identificar que van 17 suicidios de niños y jóvenes en la ciudad en lo que va corrido del año. El último ocurrió el pasado 2 de septiembre, cuando una menor de 12 años se quitó la vida tras, presuntamente, haber sido víctima de acoso escolar en un colegio de Ciudad Bolívar.
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Aspecto en el que Laura Molina Ayala, psicóloga y magíster en Familia, invita a los padres y acompañantes a estar atentos a los signos de alarma. “En algunos casos se presentan autolesiones, como cortes en las piernas o las muñecas. Esto puede ser un síntoma de que prefieren sentir dolor en vez de afrontar las situaciones que están viviendo”, detalla la profesional.
Agrega que el bullying tiene una injerencia real en el desarrollo de la identidad y la autoestima en la pre y adolescencia: “En esta etapa buscamos aprobación y sentido de pertenencia con grupos sociales. El acoso escolar alimenta los pensamientos de ‘no puedo, no soy capaz, no soy suficiente’. Esto crea un contexto de renuncia ante la vida y se puede percibir que el suicidio es la única salida para frenar el malestar emocional”, afirma.
Aportar a la prevención
Frente a estas cifras, Alba Reyes, fundadora y directora de la Fundación Sergio Urrego (organización creada en honor a su hijo, quien se suicidó tras ser víctima del acoso escolar), invita a entender que la salud mental debe ser prioridad en todos los ámbitos, incluyendo los amorosos, familiares, laborales y académicos.
“En la fundación le apostamos a la prevención y asistencia de quienes necesiten ayuda. No queremos que más jóvenes terminen acabando con sus vidas porque no tienen quien los escuche. En nuestra Línea Salvavidas hemos recibido llamadas por problemas de bullying, ideación suicida (pensamientos, deseos y conducta), episodios de ansiedad y depresión”, detalla.
Y agrega: “Estas situaciones están relacionadas con entornos familiares, que rechazan las diversidades, sentimientos de soledad, la reducción de la importancia de la salud mental dentro de los hogares, malas relaciones interpersonales, una baja red de apoyo, comportamientos evitativos e incluso conductas machistas y violentas”.
Escenario en el que los profesionales, tanto Carmona como Molina, concuerdan con lo planteado desde la fundación: “es indispensable crear entornos seguros dentro de los hogares y fuera de ellos, para que todas las personas tengan una red de apoyo para pedir ayuda”.
Tarea en la que ya se emplea el término de gatekeepers para hablar de quienes estén dispuestos a acompañar en momentos de desesperación a quienes presenten episodios de ansiedad o desánimo, invitando siempre a consultar a especialistas.
Mucho falta para avanzar en la priorización de la salud mental en el día a día. Sin embargo, de acuerdo con los expertos, reconocer las emociones y la necesidad de pedir apoyo, es el primer paso para aliviar la carga.
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Conozca las líneas de ayuda que tiene el Distrito en caso de crisis
A la fecha, el Distrito tiene en Bogotá cinco líneas de escucha y orientación para quienes estén buscando ayuda. Entre ellas está la Línea Psicoactiva 018000112439, la Línea Púrpura 018000112137, la Línea Calma 018000423614, la Línea Diversa 3108644214 y Línea 106, que cuenta también con un chat en el Whatsapp 3007548933.
Esta última está enfocada en intervención psicosocial y el soporte en crisis no presencial. Es atendida por un equipo de 22 profesionales en psicología que brindan orientación y apoyo emocional a personas de cualquier edad. Funciona todos los días, las 24 horas.
Según el Sistema de Información de la línea, desde 2011 y hasta la fecha se han realizado en total 368.985 intervenciones. En 2021 se realizaron 69.364 reportes, sigue 2020 con 55.647 y 2019 con 34.819. Hasta el 31 de julio de este año, según la Secretaría Distrital de Salud, se han atendido 39.401 llamadas, lo que daría un promedio de más de 186 atenciones al día.
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