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Es difícil imaginar a la capital sin carros particulares y sin motos, sin congestión en las horas pico y, de manera general, con una movilidad fluida y sin el caos cotidiano que se vive a diario en las principales vías. Ese respiro, que incomoda a miles de conductores, solo se vive en el Día sin Carro y sin Moto, que luego de dos años regresa oficialmente para reflexionar sobre el tránsito y el medio ambiente.
La jornada, que será mañana y a la que se sumarán los municipios de Chía y Mosquera, busca sacar de circulación por un día a casi 1,8 millones de vehículos particulares y casi 470 mil motocicletas para incentivar a los capitalinos a alejarse de los vehículos particulares y acercarlos a otras formas de movilidad y al transporte público. Aunque tradicionalmente la actividad es en febrero, en esta ocasión se hará en el marco de la jornada mundial (en la que participarán 2.000 ciudades, en 46 países), que apunta a abordar las preocupaciones en torno al transporte, a mejorar la equidad en la movilidad y visibilizar los beneficios de los medios alternativos para la ciudad y el medio ambiente.
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“Lo que queremos es incentivar los desplazamientos a pie, en bicicleta, patineta o transporte público, porque optimizan el espacio público y contribuyen a disminuir la huella de carbono que producen los combustibles fósiles. Así, en el largo plazo, se espera mejorar la calidad del aire y reducir la congestión vehicular y los tiempos de viaje”, explicó la Secretaría de Movilidad.
Sin embargo, esta iniciativa pedagógica, que se viene realizando desde fechas tan tempranas como 1970 y de manera más consistente desde el año 2000 (cuando una consulta popular oficializó la fecha), sigue siendo objeto de debate. Para algunos su efectividad sigue siendo cuestionable y para otros le falta ambición en sus esfuerzos por reconceptualizar la movilidad bogotana.
Un nuevo Día sin Carro
Otra de las novedades de este Día sin Carro y sin Moto en la capital es su alcance regional. En esta ocasión se sumaron municipios aledaños como Chía y Mosquera, que aplicarán las restricciones todo el día. Y motivos para hacerlo hay de sobra: según cifras del Registro Único Nacional de Transporte (RUNT), cada año aumenta la cantidad de vehículos matriculados en la región. En Chía, por ejemplo, creció 52 % en el último año, mientras que en Bogotá y Mosquera el incremento fue del 29 y 17 % respectivamente.
No obstante, no todos los propietarios de vehículos tendrán que apagar motores. Habrá 19 excepciones, entre las cuales se encuentran vehículos de servicio público, de las Fuerzas Armadas y de servicios especiales. También los automóviles eléctricos o híbridos, como incentivo para el salto que, a futuro, se quiere dar: la movilidad sostenible.
A pesar de estas medidas, para expertos en la materia, el espacio inicialmente pedagógico no ha generado avances significativos, es un espacio que podría ser utilizado para realizar experimentos en modalidades distintas. “Hay que recordar que tres de cada cuatro personas en Bogotá todos los días tienen jornadas sin carro y sin moto, por eso es clave experimentar cómo se siente una ciudad con menos vehículos y visibilizar otras temáticas que de igual forma sirvan para la calidad del aire en la ciudad”, manifestó Germán Prieto, experto en movilidad.
Frente a esto, cabe señalar que la Secretaría de Ambiente calcula que la reducción del material particulado (PM, por su sigla en inglés) sería del 57 %. Para ratificarlo se tendrán siete puntos de control en vía y dos microsensores, de la nueva red de la entidad, en el corredor de la carrera séptima, con lo que esperan validar el efecto de la jornada de mañana en la ciudad. La red, de igual forma, dicen expertos, en caso de pretender innovar, serviría también para determinar el impacto en la calidad del aire del transporte de carga y de las motocicletas de dos tiempos, cuya actividad está relacionada con las partículas contaminantes más persistentes en el aire de la capital.
Lo que es claro, asegura el Distrito, es que esta actividad será un respiro para el ambiente y las mejoras de las experiencias de viajes de los ciudadanos, que según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el 90 % de la población urbana mundial vive en áreas donde las concentraciones promedio de partículas contaminantes finas superan los estándares permitidos.
El foco en Transmilenio
Otro de los objetivos de la iniciativa de la medida del Día sin Carro es promover el uso del transporte público que, según Transmilenio, aún no llega a los niveles de demanda antes de la pandemia. De esta manera, el sistema deberá soportar el aumento de viajeros, al sumarse parte de los que usualmente viajan en vehículos particulares.
Para esto, el sistema de transporte público organizará más de 4.300 servicios troncales y casi 3.000 rutas zonales para lograr la cobertura de los nuevos pasajeros temporales en la ciudad. Por su parte, para José Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad, esta es también la oportunidad de demostrar si han mejorado o no las capacidades de Transmilenio.
“El dato del recaudo ese día va a ser clave, ya que será la oportunidad de observar cómo funcionaría el sistema si desaparecen los bicitaxis en Bogotá y otros modos de transporte informal. También será clave la tasa de evasión, que podría ser fatal para el sistema durante esta jornada”, manifestó Rojas, experto en movilidad.
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Según indican estudios y expertos, este tipo de iniciativas se enfrentan al reto enorme de alejar a los ciudadanos de los carros y las motos, a partir de las cuales se ha construido la ciudad, y que aporta beneficios como comodidad, libertad de movimiento, entre otras. De esta manera se pondrán a prueba los avances que, asevera el Distrito, se han realizado en la calidad de los viajes, tanto para los usuarios de Transmilenio o para quienes decidan usar la bicicleta.
“El objetivo es que los conductores se bajen de su carro y se monten a Transmilenio y que no vea el sistema como un caos. De ser así, seguro preferirá quedarse en su vehículo, lo que sería, en general, contraproducente para los objetivos de la medida”, indicó Germán Prieto, experto en movilidad, comentó que los observatorios de movilidad de la ciudad indican que durante los próximos Días sin Carro y sin Moto se debería experimentar con la circulación de las rutas, la que aún puede mejorar.
Teletrabajo y cambiar la movilidad
Entre los anuncios faltantes del Día sin Carro está, para algunos expertos, una mayor coordinación con el mercado laboral, que representa gran parte de la congestión en la ciudad, pero que tras la pandemia ha presentado cambios que aún se desconocen. Frente a esto, el Distrito asegura que se viene avanzando en el diseño de Planes Integrales de Movilidad Sostenible (PIMS), que tratan de modificar los hábitos de los trabajadores y buscar formas más sostenibles para llegar al trabajo o al estudio. Cabe señalar que a la fecha solo se han inscrito 117 empresas a estos procesos.
“Los horarios flexibles de ingreso y salida del trabajo son una de las múltiples alternativas con las que las organizaciones cuentan para contribuir a la movilidad. Con la implementación del PIMS, las organizaciones tienen el acompañamiento de la Secretaría de Movilidad desde el primer momento. Su actualización se debe realizar cada dos años y anualmente la organización con las mejores prácticas será reconocida con el Sello de Calidad Oro”, aseguró el Distrito.
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De esta manera, quienes se han dedicado a estudiar este tema, creen que las herramientas adquiridas en la pandemia, como el teletrabajo, podrían utilizarse para hacer más efectiva estas fechas pedagógicas y construir una imagen positiva de la medida restrictiva. “El Día sin Carro surgió inicialmente para reflexionar sobre la contaminación en Bogotá, pero llevamos más de 20 años reflexionando y no se ha aprendido mucho. Es un día que las administraciones han aplicado como un día festivo o novedoso, pero no se ha aprovechado para implementar nuevas ideas en la ciudad”, agregó José Stalin Rojas.
En ese sentido, dentro de la discusión del tema, se ha planteado que la Alcaldía de Bogotá debe reforzar lo que se planteó desde principio de año, como el carro compartido y los ingresos escalonados a las empresas, para organizar la movilidad en la ciudad. Sin embargo, este proceso no es tan sencillo, ya que organizar en horarios a los empleados, dicen algunos detractores de la medida, sería una forma de cohibir la movilidad de los capitalinos.
Por el momento se espera que los resultados del regreso del Día sin Carro y sin Moto ratifiquen sus beneficios. No obstante, cabe la pregunta: ¿cómo lograr que esta jornada deje su carácter pedagógico y evolucione a acciones que mejoren la movilidad sostenible y el medio ambiente?
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