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El próximo jueves 21 de septiembre se llevará a cabo la jornada del Día sin Carro y sin Moto en Bogotá. Desde las 5:00 a. m. y hasta las 9:00 p. m no podrá circular ningún vehículo de uso particular. Solo se permitirá el rodamiento de buses, taxis y carros con matrícula blanca.
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Esta jornada, que está pensada para mejorar la calidad del aire en la ciudad, y disminuir el impacto ecológico que tiene la circulación de vehículos, tiene varias aristas para ser analizada.
Más allá de los beneficios comentados anteriormente, y de las disposiciones de la jornada, hay algunos impactos negativos. Uno de ellos tiene que ver con el comercio de Bogotá.
Debido a la restricción que tienen la mayoría de vehículos para transitar, hay algunas actividades económicas que se deben detener, lo que genera inevitablemente perdidas económicas.
Así se lo explicó a El Espectador El director de Fenalco Bogotá - Cundinamarca, Juan Esteban Orrego, luego del análisis que hizo el gremio sobre la actividad comercial en el Día sin Carro y sin moto.
Según Orrego, “las ventas de algunos sectores comerciales de la ciudad se disminuyen hasta en un 60%”. Lo anterior, dice él, se debe a la influencia que tiene el parque automotor en el transporte y cargue de algunas mercancías. “Todos aquellos que venden objetos de gran tamaño, colchones, electrodomésticos, todos estos productos de gran tamaño que no pueden ser transportados. De todos modos, aunque sea en menor medida, todo el comercio de la ciudad se termina por ver afectado”, apostilló.
A pesar de ello, el dirigente gremial recalcó que, por ejemplo, algunos comercios dedicados a la venta de repuestos, o actividades relacionadas con el arreglo y venta de bicicletas, podrían tener un pico significativo en sus ventas. Entre tanto, aunque el comercio se vea afectado por esta jornada, Orrego comentó que algunos comerciantes aprovechan este día para revisar sus cuentas e inventarios.
Adicionalmente, se destacó que gracias al diálogo entre Fenalco y el Distrito, se logró trasladar la jornada para mañana, y no para el viernes, lo cual hubiera sido aún más crítico para el sector de los restaurantes y entretenimiento nocturno en la ciudad. “Es una medida que puede tener unas ventajas, pero es de todos modos traumática para el sector”.
Estos impactos, dice Fenalco, se suman al contexto de desaceleración actual del comercio, y la economía bogotana en general. De acuerdo con el último reporte de Pro Bogotá, el sector comercial y manufacturero de la ciudad contrajo su índice de valor agregado, lo cual no sucedía desde 2020, el fatídico año de la pandemia.
De igual manera, Las consecuencias negativas de la desaceleración se concentran en dos puntos: en primer lugar, la reducción de ventas minoristas (cayeron 3% en los últimos meses) y en la industria manufacturera (cayó 4%), cuya tendencia a la caída está más pronunciada en la ciudad que la tendencia a nivel nacional; en segundo lugar, la generación de empleo seguirá siendo un reto el otro año si la economía sigue perdiendo el impulso.
Fenalco tiene la esperanza, que con el levantamiento de la ley de garantías, una vez pasen las elecciones, las cosas mejoren un poco. Mientras tanto, el gremio mira con preocupación las encuestas y las cifras sobre la actividad comercial, que no terminan de despegar.
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