Distrito busca poner en marcha planes urbanísticos para recuperar el Bronx
Por ahora, la Administración Distrital planea demoler lo que queda del sector, como una suerte de solución para que la barbarie no se reedifique sobre sus ruinas.
Redacción Bogotá
Ni siquiera los propios edificios del Distrito se salvaron del régimen de terror y de las cruentas escenas que, por años, hicieron del Bronx, en el centro de Bogotá, el sector más temido de la ciudad. Consumo de estupefacientes, prostitución infantil, juego ilegal, compra-venta de objetos robados e, incluso, los peores crímenes, eran el pan de cada día en la zona, ubicada a pocas cuadras del poder político del país. Por ello, la Administración Distrital contempla una serie de planes urbanísticos para renovar el sector. (Lea: Arquitectura criminal del Bronx: Torturaban hasta en edificios del Distrito)
Según el alcalde Enrique Peñalosa, tras la intervención de hace unas semanas –que le permitió a las autoridades hacerse al control del Bronx, pese a que los dueños del negocio ilegal no desaparecieron, sino que sólo migraron– se prevé demoler los edificios para darles paso a proyectos del calibre de la primera línea del metro.
"Lo que tenemos planeado es demoler este sector y hacer algunos espacios públicos y comercios, ya que este es un sector comercial (…) El metro que estamos haciendo con el Gobierno y Planeación Nacional pasa a dos cuadras del Bronx y, por esa razón, ese sector forma parte de los planes de renovación urbana del sistema”, manifestó el mandatario, quien además tiene pensado trasladar la Alcaldía Local de Los Mártires a este sector.
Tal como lo registró El Espectador el pasado domingo, el Bronx y toda su actividad creció en una zona cercana al Voto Nacional, en la localidad de Los Mártires, entre las carreras 15 y 15 bis y las calles 9 y 10, a siete cuadras de la Plaza de Bolívar. Allí hay 41 predios que, según la Oficina de Catastro, están avaluados en casi $9.000 millones. De ellos, 24 se concentran en el sector de la L, donde permanecían los habitantes de calle y operaban los principales expendios de estupefacientes.
Al consultar la información de los propietarios se encuentra que cuatro inmuebles pertenecen a entidades oficiales, como la Secretaría de Integración Social (3) y el Fondo para la Lucha contra el Crimen Organizado (1); uno está a nombre de la Lonja de Propiedad Raíz de Bogotá (en plena L) y 24 son de personas naturales. De 12 no hay registro. Según la Fiscalía, de todos los predios del Bronx, 15 están en proceso de extinción de dominio.
Entre las personas naturales con varias propiedades y que tienen la mayor extensión en la zona resaltan Jorge Eliécer Herrera Silva (con 2 predios en la carrera 15 bis con calle 9), dueño de la empresa Tractobendix, dedicada al comercio de autopartes; Rosalba Martínez (con propiedades sobre la carrera 15 bis con calle 9A), de la cual no se tienen mayores datos, y Álvaro Duarte Romero (con 2 predios en la carrera 15 bis con calle 9), propietario de una empresa de reciclaje de la zona.
A pesar de que las autoridades tienen versiones de que los capos del Bronx se dedicaron a comprar predios, al revisar los datos de los propietarios, en principio, ningún nombre está vinculado a alguna organización que operara en el sector. Excepto los cuatro inmuebles que están en manos de entidades oficiales luego de ser objeto de extinción de dominio, ningún propietario tiene antecedentes ni líos con la justicia.
Lo que sí es cierto es que, sin importar el propietario, muchos inmuebles estaban invadidos y los controlaban las organizaciones delincuenciales. Tan compleja era la situación que, por ejemplo, en el predio que aparece a nombre del Fondo para la Lucha contra el Crimen Organizado (carrera 15 bis N° 9ª-12) fue donde hace un año secuestraron y torturaron a dos agentes del CTI.
En los predios de los cuales este diario no logró obtener registro del propietario también se cometieron delitos. Algunos que funcionaban como hoteles, como el conocido “Rejas Negras”, servían para la explotación sexual infantil. En otros donde funcionaban bares, como el bar Millonarios, existían caletas con droga y túneles para permitir el escape de los jefes de las bandas.
Ni siquiera los propios edificios del Distrito se salvaron del régimen de terror y de las cruentas escenas que, por años, hicieron del Bronx, en el centro de Bogotá, el sector más temido de la ciudad. Consumo de estupefacientes, prostitución infantil, juego ilegal, compra-venta de objetos robados e, incluso, los peores crímenes, eran el pan de cada día en la zona, ubicada a pocas cuadras del poder político del país. Por ello, la Administración Distrital contempla una serie de planes urbanísticos para renovar el sector. (Lea: Arquitectura criminal del Bronx: Torturaban hasta en edificios del Distrito)
Según el alcalde Enrique Peñalosa, tras la intervención de hace unas semanas –que le permitió a las autoridades hacerse al control del Bronx, pese a que los dueños del negocio ilegal no desaparecieron, sino que sólo migraron– se prevé demoler los edificios para darles paso a proyectos del calibre de la primera línea del metro.
"Lo que tenemos planeado es demoler este sector y hacer algunos espacios públicos y comercios, ya que este es un sector comercial (…) El metro que estamos haciendo con el Gobierno y Planeación Nacional pasa a dos cuadras del Bronx y, por esa razón, ese sector forma parte de los planes de renovación urbana del sistema”, manifestó el mandatario, quien además tiene pensado trasladar la Alcaldía Local de Los Mártires a este sector.
Tal como lo registró El Espectador el pasado domingo, el Bronx y toda su actividad creció en una zona cercana al Voto Nacional, en la localidad de Los Mártires, entre las carreras 15 y 15 bis y las calles 9 y 10, a siete cuadras de la Plaza de Bolívar. Allí hay 41 predios que, según la Oficina de Catastro, están avaluados en casi $9.000 millones. De ellos, 24 se concentran en el sector de la L, donde permanecían los habitantes de calle y operaban los principales expendios de estupefacientes.
Al consultar la información de los propietarios se encuentra que cuatro inmuebles pertenecen a entidades oficiales, como la Secretaría de Integración Social (3) y el Fondo para la Lucha contra el Crimen Organizado (1); uno está a nombre de la Lonja de Propiedad Raíz de Bogotá (en plena L) y 24 son de personas naturales. De 12 no hay registro. Según la Fiscalía, de todos los predios del Bronx, 15 están en proceso de extinción de dominio.
Entre las personas naturales con varias propiedades y que tienen la mayor extensión en la zona resaltan Jorge Eliécer Herrera Silva (con 2 predios en la carrera 15 bis con calle 9), dueño de la empresa Tractobendix, dedicada al comercio de autopartes; Rosalba Martínez (con propiedades sobre la carrera 15 bis con calle 9A), de la cual no se tienen mayores datos, y Álvaro Duarte Romero (con 2 predios en la carrera 15 bis con calle 9), propietario de una empresa de reciclaje de la zona.
A pesar de que las autoridades tienen versiones de que los capos del Bronx se dedicaron a comprar predios, al revisar los datos de los propietarios, en principio, ningún nombre está vinculado a alguna organización que operara en el sector. Excepto los cuatro inmuebles que están en manos de entidades oficiales luego de ser objeto de extinción de dominio, ningún propietario tiene antecedentes ni líos con la justicia.
Lo que sí es cierto es que, sin importar el propietario, muchos inmuebles estaban invadidos y los controlaban las organizaciones delincuenciales. Tan compleja era la situación que, por ejemplo, en el predio que aparece a nombre del Fondo para la Lucha contra el Crimen Organizado (carrera 15 bis N° 9ª-12) fue donde hace un año secuestraron y torturaron a dos agentes del CTI.
En los predios de los cuales este diario no logró obtener registro del propietario también se cometieron delitos. Algunos que funcionaban como hoteles, como el conocido “Rejas Negras”, servían para la explotación sexual infantil. En otros donde funcionaban bares, como el bar Millonarios, existían caletas con droga y túneles para permitir el escape de los jefes de las bandas.