El colegio en Usme que, tras cuatro años y $28 mil millones, sigue en obra negra
Hasta la fecha, para la construcción del colegio Ciudad de Chengdu-Bolonia se han firmado dos contratos de obra por unos $30.000 millones, pero no ha sido entregado ni terminado. ¿Qué responde el Distrito? ¿Cuándo se entregará la obra?
En abril de 2018, con el anuncio de la construcción del colegio Ciudad de Chengdu-Bolonia, empezaba a materializarse el sueño de una nueva institución educativa pública, en la localidad de Usme, en donde hay 62 sedes distritales y una población escolar de 75.165 estudiantes. La Alcaldía de Bogotá proyectaba que se habilitarían 550 cupos para cuando entrara en funcionamiento el centro educativo.
En principio, el plazo de ejecución del contrato era de tres años, por lo que la institución educativa debía ser entregada en abril de 2021. Sin embargo, un año y cuatro meses después la obra no ha sido terminada y su avance de realización es del 65 %.
Recursos invertidos en el colegio
De acuerdo con la información reportada por la Secretaría de Educación de Bogotá en el Secop (Sistema Electrónico de Contratación Pública), para la realización del proyecto se han llevado a cabo dos licitaciones, con dos contratistas diferentes.
En contexto: La apuesta inconclusa por modernizar los colegios en Bogotá.
El primero se firmó el 5 de abril de 2018 y tenía como objeto construir “la nueva planta física y cerramiento del colegio Bolonia, ubicado en la localidad 5ª - Usme, del Distrito Capital, de acuerdo con los planos y las especificaciones entregados por la Secretaría de Educación del Distrito”. El valor inicial fue de $16.661’654.364.
El segundo se rubricó el 29 de diciembre de 2021 y el objeto de contrato era la “ejecución de la fase II de las obras de construcción de la nueva planta física y cerramiento del colegio (…)”. El valor de este fue de $12.883’493.005.
En esa misma fecha, la Secretaría de Educación firmó el contrato número 072 de 2021, para realizar la “interventoría técnica, administrativa, jurídica, financiera y ambiental”, al proceso de contratación anterior, por valor de $891’247.644.
Lea: Accesos a Bogotá: ¿cómo están actualmente y qué planes hay para su ampliación?
¿Cómo está la obra actualmente?
A pesar de que el plazo de entrega de la obra está proyectado para el 9 de febrero de 2023, actualmente, a cinco meses del término, continúa con el cerramiento con tejas de zinc, en el lote de la construcción, con las varillas de las columnas aún a la vista, las vigas en fundición y el material de la tubería en la zona.
Recientemente, la concejal de Bogotá, Diana Diago (Centro Democrático), denunció que el contratista encargado de la primera licitación, llamado Consorcio Obras Localidad 5, incumplió con sus obligaciones contractuales, pues “pasó el tiempo, se venció el contrato y el avance de ejecución solo llegó al 79 %”, contrario a lo que dice el Distrito, y que “ante la imposibilidad de terminar la obra, la Secretaría decidió impulsar una nueva contratación (…) cuando solo faltaba el 21 % del proyecto”. Asimismo, que la cartera de Educación lleva a cabo un proceso sancionatorio contra ese contratista, pero que no ha concluido y “sigue en veremos”.
¿Qué se debe hacer con estos procesos?
Para el profesor universitario y experto en contratación, John Jairo Morales Alzate, en este tipo de casos, en los que hay demoras en la entrega de las obras a las que las entidades públicas les asignan altos recursos para su ejecución, el interventor del contrato debe revisar con lupa el proceso, para que no haya un posible detrimento patrimonial.
Le puede interesar: “Las fiduciarias se han relajado identificando riesgos de las constructoras”.
“Ese escenario se daría, porque las obras salen más costosas de lo que se planearon y, en dado caso, debe haber una responsabilidad fiscal contra los servidores públicos, pues no estarían planeando bien el cumplimiento de las obras, así como la responsabilidad debe caer frente al supervisor (que es un servidor público, adscrito a la administración que vela por los intereses de esta) y al interventor (un tercero ajeno a la administración) de la obra”, aseguró.
Por otro lado, agregó que ante estas situaciones no hay que descartar que los organismos de control -como la Contraloría, la Procuraduría y la Personería- “indaguen para verificar qué pasó con esas demoras, para establecer “si hay responsabilidad contractual, disciplinaria y hasta penal”.
¿Qué responde el Distrito?
Por medio de un comunicado, la Secretaría de Educación de Bogotá le explicó a El Espectador que la actual administración recibió en 2018 la obra “con dificultades en su construcción”, debido a “las condiciones de inestabilidad encontradas en el terreno”, las que obligaron a “cambiar el sistema de cimentación, llevando a la necesidad de estructurar la obra en dos fases”.
Lea también: Gustavo Petro y Claudia López, una relación que Bogotá necesita para su desarrollo.
Por otro lado, señaló que la construcción avanza según los cronogramas establecidos, que tiene un “porcentaje de avance del 35 % en la segunda fase y un acumulado del 65 % del total”, y que proyecta su finalización en el primer semestre del próximo año.
Lo cierto es que la demanda por planteles educativos en Usme -la sexta localidad de Bogotá con más población en edad escolar, según la caracterización del sector educativo- y en la ciudad entera, está a la espera de que los $2,6 billones con los que cuenta el Distrito para el sector educación sean ejecutados y así la lista de 35 colegios del Plan de Desarrollo Distrital lleguen a feliz término, entre los que está incluido el colegio Ciudad de Chengdu-Bolonia y al que se le han invertido cerca de $30.436 millones.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
En abril de 2018, con el anuncio de la construcción del colegio Ciudad de Chengdu-Bolonia, empezaba a materializarse el sueño de una nueva institución educativa pública, en la localidad de Usme, en donde hay 62 sedes distritales y una población escolar de 75.165 estudiantes. La Alcaldía de Bogotá proyectaba que se habilitarían 550 cupos para cuando entrara en funcionamiento el centro educativo.
En principio, el plazo de ejecución del contrato era de tres años, por lo que la institución educativa debía ser entregada en abril de 2021. Sin embargo, un año y cuatro meses después la obra no ha sido terminada y su avance de realización es del 65 %.
Recursos invertidos en el colegio
De acuerdo con la información reportada por la Secretaría de Educación de Bogotá en el Secop (Sistema Electrónico de Contratación Pública), para la realización del proyecto se han llevado a cabo dos licitaciones, con dos contratistas diferentes.
En contexto: La apuesta inconclusa por modernizar los colegios en Bogotá.
El primero se firmó el 5 de abril de 2018 y tenía como objeto construir “la nueva planta física y cerramiento del colegio Bolonia, ubicado en la localidad 5ª - Usme, del Distrito Capital, de acuerdo con los planos y las especificaciones entregados por la Secretaría de Educación del Distrito”. El valor inicial fue de $16.661’654.364.
El segundo se rubricó el 29 de diciembre de 2021 y el objeto de contrato era la “ejecución de la fase II de las obras de construcción de la nueva planta física y cerramiento del colegio (…)”. El valor de este fue de $12.883’493.005.
En esa misma fecha, la Secretaría de Educación firmó el contrato número 072 de 2021, para realizar la “interventoría técnica, administrativa, jurídica, financiera y ambiental”, al proceso de contratación anterior, por valor de $891’247.644.
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¿Cómo está la obra actualmente?
A pesar de que el plazo de entrega de la obra está proyectado para el 9 de febrero de 2023, actualmente, a cinco meses del término, continúa con el cerramiento con tejas de zinc, en el lote de la construcción, con las varillas de las columnas aún a la vista, las vigas en fundición y el material de la tubería en la zona.
Recientemente, la concejal de Bogotá, Diana Diago (Centro Democrático), denunció que el contratista encargado de la primera licitación, llamado Consorcio Obras Localidad 5, incumplió con sus obligaciones contractuales, pues “pasó el tiempo, se venció el contrato y el avance de ejecución solo llegó al 79 %”, contrario a lo que dice el Distrito, y que “ante la imposibilidad de terminar la obra, la Secretaría decidió impulsar una nueva contratación (…) cuando solo faltaba el 21 % del proyecto”. Asimismo, que la cartera de Educación lleva a cabo un proceso sancionatorio contra ese contratista, pero que no ha concluido y “sigue en veremos”.
¿Qué se debe hacer con estos procesos?
Para el profesor universitario y experto en contratación, John Jairo Morales Alzate, en este tipo de casos, en los que hay demoras en la entrega de las obras a las que las entidades públicas les asignan altos recursos para su ejecución, el interventor del contrato debe revisar con lupa el proceso, para que no haya un posible detrimento patrimonial.
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“Ese escenario se daría, porque las obras salen más costosas de lo que se planearon y, en dado caso, debe haber una responsabilidad fiscal contra los servidores públicos, pues no estarían planeando bien el cumplimiento de las obras, así como la responsabilidad debe caer frente al supervisor (que es un servidor público, adscrito a la administración que vela por los intereses de esta) y al interventor (un tercero ajeno a la administración) de la obra”, aseguró.
Por otro lado, agregó que ante estas situaciones no hay que descartar que los organismos de control -como la Contraloría, la Procuraduría y la Personería- “indaguen para verificar qué pasó con esas demoras, para establecer “si hay responsabilidad contractual, disciplinaria y hasta penal”.
¿Qué responde el Distrito?
Por medio de un comunicado, la Secretaría de Educación de Bogotá le explicó a El Espectador que la actual administración recibió en 2018 la obra “con dificultades en su construcción”, debido a “las condiciones de inestabilidad encontradas en el terreno”, las que obligaron a “cambiar el sistema de cimentación, llevando a la necesidad de estructurar la obra en dos fases”.
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Por otro lado, señaló que la construcción avanza según los cronogramas establecidos, que tiene un “porcentaje de avance del 35 % en la segunda fase y un acumulado del 65 % del total”, y que proyecta su finalización en el primer semestre del próximo año.
Lo cierto es que la demanda por planteles educativos en Usme -la sexta localidad de Bogotá con más población en edad escolar, según la caracterización del sector educativo- y en la ciudad entera, está a la espera de que los $2,6 billones con los que cuenta el Distrito para el sector educación sean ejecutados y así la lista de 35 colegios del Plan de Desarrollo Distrital lleguen a feliz término, entre los que está incluido el colegio Ciudad de Chengdu-Bolonia y al que se le han invertido cerca de $30.436 millones.
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