El dilema de las basuras en Bogotá tras el fallo de arbitramiento
Se estima que el Centro de Gerenciamiento (CGR) dejará de operar el relleno Doña Juana en 2025. ¿Qué pasará entonces con las basuras y quién manejará los desechos? Le contamos lo que le depara al próximo mandatario en esta materia.
Cristian Camilo Perico Mariño
Ni lo uno ni lo otro. Esa fue la respuesta de los jueces que analizaron el laudo arbitral y que en la tarde del pasado martes, 11 de abril, revelaron el fallo que podría ser la solución del conflicto que existe entre el Centro de Gerenciamiento (CGR), operador del relleno sanitario Doña Juana, y la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) de Bogotá.
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Ni lo uno ni lo otro. Esa fue la respuesta de los jueces que analizaron el laudo arbitral y que en la tarde del pasado martes, 11 de abril, revelaron el fallo que podría ser la solución del conflicto que existe entre el Centro de Gerenciamiento (CGR), operador del relleno sanitario Doña Juana, y la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) de Bogotá.
Nota relacionada: Lo que tiene que saber para entender el litigio UAESP vs. CGR por relleno Doña Juana.
Esta rivalidad, que fue aumentando con los años, data del 2010. Momento en el que se adjudicó el contrato para la operación del relleno y el tratamiento de lixiviados (líquidos contaminantes de las basuras), debido a que el operador afirmó que la compensación económica pactada desde el inicio no cubría los gastos de las obligaciones adquiridas en el contrato.
Esta situación habría generado un déficit presupuestario, que se vio agudizado debido a que, adicionalmente, al parecer, hubo retrasos en los pagos en administraciones pasadas. Por ello pedían $1,2 billones, que tendrían que salir de los impuestos de los capitalinos, en compensación por el dinero que, según ellos, debieron recibir durante los 12 años que llevan al frente de la operación.
Sin embargo, la decisión de los árbitros (condensada en 1.345 páginas) reconoce que hubo incumplimientos de parte y parte. En consecuencia, el CGR tendrá que pagar $4.132 millones a la UAESP como cláusula pecuniaria por falta de mantenimiento entre 2019 y 2020. A su vez, la entidad tendrá que pagarle al operador $64.500 millones, por indemnizaciones y devolución de dineros.
Disposición que para el abogado Ricardo Herrera Carrillo, profesor de la Universidad Externado y experto en régimen de servicios públicos, denota que los ciudadanos de a pie tendrán que costear con sus impuestos las falencias de los funcionarios de la entidad:
“A la UAESP se la declaró como violadora de la ley y del contrato. El Distrito no salió bien librado, porque se estableció un incumplimiento. Claro, al contratista también le impusieron sanciones por lo mismo, pero el discurso de la alcaldesa Claudia López se enfoca en que la ciudad se salvó de pagar $1,2 billones, volteando la historia, sin reconocer que sí hubo una falta, una negligencia y, como consecuencia, se tocarán los bolsillos de los bogotanos, a través de lo que pagan en impuestos”, afirma Herrera.
Y es que, como afirma el litigante, el presupuesto de la ciudad para el 2024 se verá reducido porque se tendrán que reservar recursos para cumplir con la orden del pago, que reducirá las finanzas del próximo alcalde. No obstante, ya se tiene certeza de que el CGR culminará el contrato cuando finalice su licencia ambiental, que tiene vigencia hasta inicios del 2025. Pero ¿qué pasará entonces con las basuras y quién manejará los desechos?
De acuerdo con Herrera, tras el fallo, la UAESP tendrá innegablemente que establecer los requisitos que debe cumplir el próximo operador del relleno sanitario, que será elegido mediante un proceso de licitación, que se espera se abra el próximo año. Es decir, la tarea estará bajo la responsabilidad de quien asuma esta entidad, tras la elección del nuevo alcalde de Bogotá, en las próximas elecciones de octubre.
Punto en el que José Alejandro Martínez, docente de la Universidad EAN e integrante de la Asociación Mundial de Líderes Profesionales en Sostenibilidad, agrega que en el proceso no se debe abandonar la veeduría, para garantizar el cumplimiento por parte del CGR en lo que queda del contrato.
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“El panorama no es claro y así estaba incluso antes del fallo. Es por ello que hay tres puntos que se deben empezar a abordar: hacer seguimiento al actual concesionario frente a su operación en el relleno; empezar la solicitud administrativa para una nueva licencia ambiental, y fijar los términos de licitación a partir de las lecciones aprendidas en todos estos años”.
Y agrega: “En este último es clave que se deje el tiempo suficiente para observaciones de los potenciales contratistas e inquietudes de la comunidad aledaña que se está viendo afectada por la expansión del borde del relleno”, asevera.
En lo que coinciden los dos expertos es en que han pasado décadas y se siguen cometiendo errores de planeación sobre la disposición final de los residuos sólidos en Bogotá. Labor que tendrá que ser asumida por algún contratista, el cual tendrá que ser cuidadosamente seleccionado, para garantizar los estándares necesarios en el manejo de desechos, pues, de lo contrario, la ciudad podría entrar en un abandono en esta materia, con sus innegables riesgos ambientales y sanitarios para la ciudad.
El manejo de los desechos también lo incluye a usted
Si bien, hablar de cómo se procesan los residuos puede sonar a algo a gran escala, es importante que los ciudadanos asuman la responsabilidad de reducir la basura que producen. De acuerdo con el Distrito, en Bogotá se generan 7.500 toneladas de residuos al día, de las cuales solo el 16 % se aprovecha, gracias a la labor de más de 22.000 recicladores de oficio.
Es por esto que María Cristina Rodríguez, coordinadora del Observatorio de Sostenibilidad de la Universidad EAN, destaca la importancia de trabajar en la cultura de la recuperación: “Usualmente, al hablar de sostenibilidad la gente espera una fórmula mágica que solucione todos los problemas o una normativa que lo haga. Pero la realidad es que si separa desde casa y se reducen los desechos se está aportando significativamente”.
De acuerdo con la experta, es necesario alentar cambios culturales que aporten a nuevas dinámicas de consumo y no desperdicio. Más teniendo en cuenta que según el Banco Mundial, si continúa este ritmo, en 2050 se generarán 3.400 millones de toneladas de desechos al año.
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