El drama tras el voraz incendio que consumió varios locales en San Victorino

“Estaba en mi turno de madrugada y todo era normal. Pasadas las 6:00 a.m. empecé a sentir el olor a quemado, salí y vi el humo sobre el edificio donde todo empezó. Llamé al número de emergencias y bomberos llegó rápido. En minutos estaban alistando las máquinas para apagar las llamas”, contó Juan Jiménez, supervisor de seguridad en uno de los tantos puntos comerciales de la calle 11 con carrera 11, en San Victorino, donde este jueves ocurrió un voraz incendio.

“Estaba en mi turno de madrugada y todo era normal. Pasadas las 6:00 a.m. empecé a sentir el olor a quemado, salí y vi el humo sobre el edificio donde todo empezó. Llamé al número de emergencias y bomberos llegó rápido. En minutos estaban alistando las máquinas para apagar las llamas”, contó Juan Jiménez, supervisor de seguridad en uno de los tantos puntos comerciales de la calle 11 con carrera 11, en San Victorino, donde este jueves ocurrió un voraz incendio.

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La emergencia se identificó por la enorme columna de humo negro que se divisó desde varios puntos de la ciudad. Las llamas, que empezaron en una fábrica de peluches, en el tercer piso, se propagaron rápidamente, afectando la estructura del edificio. Los negocios aledaños también se vieron afectados por el cierre de dos cuadras, mientras se atendía la emergencia. El olor a madera y plástico se sintió en la zona durante la mañana.

“Nos enteramos por los grupos de WhastApp que tenemos varios comerciantes de la zona. A las 6:39 a.m. empezaron a mandar fotos. Primero solo se veía humo, pero las llamas avanzaron y al llegar a las bodegas fue cuando se expandió”, contó Andrea, dueña de un local en un edificio vecino. “Afortunadamente solo tuvimos daños menores por filtración de agua”, sostiene.

El incendio se originó en un edificio, de tres pisos, ubicado en la zona de papelería, piñatería y accesorios. En el primer piso había un local de insumos para confección y bisutería. Al lado queda Punto Mayor, un pasaje comercial con 15 locales, que venden productos de decoración, piñatería y miscelánea. En el segundo piso había locales de adornos, ropa de bebé y flores artificiales. Y en el tercero, un local de peluches. Todos resultaron afectados, muchos “con pérdida total”, contó una comerciante, que encontró su mercancía reducida a cenizas.

“No sabemos nada. Eso sí, las pérdidas son millonarias, se nos quemó toda la mercancía y la bodega, sin contar lo relacionado con la adecuación del local y los daños estructurales, que parece que pueden ser graves”, señaló Angélica Taborda, del local de Mundo Peluches, uno de los más afectados.

Apagando el fuego

Para atender la emergencia, el Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá dispuso de 75 hombres y mujeres, de las estaciones Chapinero, Central, Restrepo, Kennedy y Bicentenario. Fueron necesarios 15 vehículos especializados: máquinas extintoras, carrotanques, máquinas de altura y vehículos de desplazamiento rápido. Tras cinco horas de labores, controlaron el incendio. “Desde que se conoció la emergencia, Bomberos instaló un Puesto de Mando Unificado, para el análisis y despliegue de las operaciones. Además del edificio afectado, por medio del sobrevuelo con drones, identificamos al menos tres bodegas aledañas con afectaciones.”, dijo, en el sitio de la emergencia, la directora de Cuerpo de Bomberos de Bogotá, Paula Henao.

Frente a la valoración de los daños estructurales, Henao señaló que el Idiger hará el diagnóstico preciso, pues “hay riesgo de colapso en algunas partes”. Aunque no es inminente, por la antigüedad de los edificios podría complicarse. Los elementos de construcción, sumado al tipo de mercancía, en su mayoría ropa, elementos de piñata y de papelería, hacen que las llamas se expandan en un abrir y cerrar de ojos.

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“Ese detalle es lo que a los comerciantes nos da miedo. Así el incendio no sea en nuestro espacio, como todo queda tan pegado, y las estructuras son tan viejas, una emergencia, dios no lo quiera, fácilmente podría escalar a una tragedia de grandes proporciones”, señaló Natalia, otra comerciante de la zona. Hasta el momento las causas del incendio se desconocen. Sin embargo, según Juan Jiménez, incendios anteriores, como el ocurrido en una dulcería cercana, fueron por cortos circuitos. “Yo llevo acá varios años y he visto que, en la mayoría de esas emergencias, las causas son similares: cortos circuitos causados, no siempre, por descuido. Pasa mucho que los ratones muerden los cables y estos quedan expuestos causando cortos o explosiones”, señaló.

En mayo de 2023 un incendio, a menos de una cuadra del sitio de la conflagración del jueves, consumió tres locales y dejó millonarias pérdidas. Las circunstancias fueron similares: las llamas se expandieron debido a la madera de las estructuras y al material que se almacenaba. En 2012, el edificio Ponce, en la misma cuadra, también ardió en llamas y afectó a 500 comerciantes afectados y también se expandió por las circunstancias estructurales de la zona. Incluso se habló de la probable demolición del predio debido a las afectaciones. Finalmente, no fue necesario.

Por el momento, la investigación para determinar la causa puntual de la emergencia continúa. El incendio dejó a cuatro personas lesionadas, tres bomberos y una mujer. Los uniformados sufrieron las lesiones durante la atención de la emergencia por las caídas de elementos peligrosos. “Uno tiene una lesión en la rodilla, otro en el antebrazo y el otro bombero sufrió una lesión en la zona cervical. Una mujer particular, al parecer trabajadora de la zona, también resultó afectada por inhalación de humo. Todos fueron atendidos por la secretaría de Salud y se encuentran fuera de peligro”, señaló la directora del Cuerpo de Bomberos.

La evaluación de los daños estructurales continúan, para determinar si la amenaza de colapso del edificio, en efecto, puede derivar en una emergencia más compleja, que ponga en riesgo la zona.

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