El laberinto de arrendar vivienda en Bogotá: altos precios y requisitos imposibles
Tomar en arriendo un inmueble en la capital del país cada vez es más complicado. El incremento del 30 % en los precios de alquiler y la poca disponibilidad de vivienda barata son los factores que más inciden en la tendencia.
Miguel Ángel Vivas Tróchez
Buscar una vivienda en arriendo implica recorrer un enrevesado laberinto con final incierto. Desde el inicio de la búsqueda, el arrendatario se enfrenta a muros de precios elevados y complejos papeleos, que muchas veces terminan en peticiones denegadas. Las mejores zonas, por lo general en el borde oriental, por su cercanía a zonas con la mayor ofertas de bienes y servicios, son tesoros casi inalcanzables para la mayoría de asalariados. No en vano, la idea de la ciudad de los 15 minutos parece una utopía reservada solo para un número de privilegiados cada vez más reducido.
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Buscar una vivienda en arriendo implica recorrer un enrevesado laberinto con final incierto. Desde el inicio de la búsqueda, el arrendatario se enfrenta a muros de precios elevados y complejos papeleos, que muchas veces terminan en peticiones denegadas. Las mejores zonas, por lo general en el borde oriental, por su cercanía a zonas con la mayor ofertas de bienes y servicios, son tesoros casi inalcanzables para la mayoría de asalariados. No en vano, la idea de la ciudad de los 15 minutos parece una utopía reservada solo para un número de privilegiados cada vez más reducido.
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Bogotá no ha sido ajena a una tendencia alcista en el valor de los arriendos. Según el informe del IPC del DANE, el rubro por este concepto es uno de los que más jalona la inflación en el país, con 0,7 puntos porcentuales. Para la capital, en concreto, los arriendos se incrementaron 30 % en 2024. Mientras el año pasado el precio promedio fue de $1′913.785, este año alcanzó los $2′489.784, siendo la ciudad del país, junto a Medellín, que experimentó el mayor incremento.
La tendencia, incluso, se extendió a los municipios de la sabana de Bogotá, que en otro momento fue oasis de precios bajos para quienes buscaban un techo accesible. Mientras en 2023 en promedio el arriendo era de $1′705.258, en 2024 el monto se ha ido disparando hasta alcanzar los $2′853.265. El nicho del alquiler ha sentido el impacto del coletazo de la crisis del ladrillo de los últimos dos años.
En cualquier caso, tener el dinero para costear la espiral inflacionaria de los arriendos no garantiza el acceso a una vivienda. Debido a las complicaciones inherentes al hecho de arrendar una vivienda (inquilinos, mala paga, destrozos en la vivienda y complicaciones de servicios públicos), los arrendadores tienden a proteger su patrimonio con requisitos de toda índole.
Fiadores con finca raíz, ingresos que superen hasta tres veces el canon de arrendamiento y hasta depósitos difíciles de asumir en un solo pago son algunas de las barreras que más alertan los bogotanos que buscan un techo en arriendo, al menos, mientras el sueño de la casa propia se materializa. He aquí una radiografía del fenómeno.
¿Bueno, bonito y barato?
Antaño, cuando la tecnología estaba lejos de tener su papel actual en la sociedad, quienes buscaban una vivienda en arriendo acudían al periódico o, en su defecto, a su par de zapatos más cómodo para recorrer la ciudad y apuntar los números de los letreros de “se arrienda. Ahora, gracias al internet, es más fácil revisar los inmuebles, su precio y requisitos para alquilarlo. Irónicamente, por más amenidades que ofrezca este método, encontrar una casa buena, bonita y barata es una tarea difícil.
Esta es la experiencia de Yisel Martínez, oriunda de La Guajira, quien, tras conseguir empleo en la ciudad, empezó a buscar dónde vivir. Al llegar, se topó con el primer golpe de realidad: además de los elevados costos del arriendo, los requisitos de fiador e ingresos eran difíciles de cumplir. Empero, la dificultad de conseguir una vivienda un arriendo con las tres B no se limita a los foráneos. Harvey Aguirre y su esposa llevan cuatro meses buscando vivienda. “Nos piden hasta un millón y medio por apartamentos pequeños. Y aunque podríamos solucionar ese inconveniente, en los que podemos costear nos piden ganar dos veces el canon de arrendamiento, algo imposible con los $2′300.000 que ganó”, declaró Harvey.
Causas del incremento
Adriana Lizcano, directora de la Asociación de Fomento y Desarrollo Inmobiliario (AFYDI), firma que elaboró el estudio sobre el panorama del arriendo en el país, menciona que algunas de las causas se relacionan con la coyuntura macroeconómica del país. “La incertidumbre económica y el incremento de tasas de interés desmotivaron la compra de vivienda nueva y usada. Eso hace que la demanda de inmuebles en arriendo incremente”. Agrega que la coyuntura del sector inmobiliario también suma. “Salen pocas unidades de vivienda nueva al mercado y eso convierte a las usadas en arriendo en un producto bastante atractivo. Incluso viviendas de 10 a 30 años se vuelven atractivas cuando no salen casi nuevos proyectos a la venta”, explicó.
Tobías Hernández, consultor inmobiliario, comparte la opinión de Lizcano y agrega que “la capacidad de endeudamiento y consumo de los hogares para comprar casa ha disminuido, así como la disposición a vender la vivienda usada, pues cuando esta aumenta de valor, en respuesta a la baja oferta de unidades nuevas, los propietarios optan por vender y así aprovechar la coyuntura. Así ganan más dinero y se evitan el papeleo y las fricciones con inquilinos difíciles. Esto reduce la oferta de inmuebles en arriendo, lo cual se refleja en el aumento de su valor”, concluye.
Los caminos para solucionar este desequilibrio, en opinión del experto, apuntan a la reducción de las tasas de interés y al dinamismo de sector inmobiliario para construir más viviendas y a un menor costo. Los subsidios para arriendo, que dan algunas ciudades como Bogotá, también pueden atenuar un poco el impacto en el bolsillo del 48 % de los hogares capitalinos que viven en arriendo. En cuanto a los requisitos, Tobías dice que no hay una solución pronta debido al comportamiento inherente del mercado. “Es difícil eliminar barreras y proteger el patrimonio de los arrendadores, al mismo tiempo”, asegura. Por lo pronto, el laberinto de los arriendos en Bogotá continúa engrosando su recorrido y ejerciendo presión a la búsqueda desesperada de un techo, para quienes el sueño de una vivienda propia es prácticamente inalcanzable.
Infografía de los costes de arriendo en Bogotá
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