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A sus 19 años, Geomar Escalona carga a sus espaldas un prontuario criminal en el que figuran no pocas víctimas. La última de ellas, de acuerdo con el sumario de las autoridades, fue un individuo asesinado en plena vía pública el pasado 17 de septiembre. Este último crimen lo puso en el radar de las autoridades.
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Faltando pocos minutos para que comenzara el medio día en Bogotá, un hombre recibió varios impactos de bala provenientes de un escurridizo sicario, que tras descargar el proveedor de su arma de fuego, desapareció entre la multitud de una de las siempre concurridas calles de la localidad de Los Mártires, en pleno centro de Bogotá. La víctima fue identificada como Henry Eduardo Barrios.
El dedo que disparó el gatillo en aquella oportunidad no era otro que el de Escalona. El pistolero, creyó pasar desapercibido en medio de la muchedumbre atemorizada, que contempló como ejecutó a Henry Barrios, sin importar la hora ni la cantidad de testigos. Pero al igual que para casi todos los delincuentes, las cámaras instaladas en la calle representaron para este sicario un talón de Aquiles no contemplado.
Durante las últimas semanas, la Policía de Bogotá estudió con juicio cada uno de los videos grabados tanto en el lugar del crimen, como en las calles aledañas, lo que les permitió establecer un parámetro que los llevó al escondite del sicario.
En medio de las calles de la localidad de Santa Fe, Geomar pasaba posaba como un transeúnte del común, sin pecado ni pena que ocultar. A hurtadillas y sin levantar sospechas, el ciudadano extranjero había decidido esconderse en una localidad vecina de la que fue escenario de su último crimen. Pero la fachada se le derrumbó, a la par que sus nervios lo delataron tras la presencia de los patrulleros en su escondite.
Lejos de la frialdad con la que ejecutó a su última víctima, Escalona perdió los estribos y comenzó a comportarse de manera sospechosa, lo que rápidamente llamó la atención de los agentes. Los nervios, rápidamente, cambiaron a desesperación, y consigo, un intento de fuga valiéndose de las angostas calles del centro de la ciudad.
No duró mucho tiempo el recorrido. Los policías rodearon la zona y lo capturaron a los pocos minutos de emprender su carrera para requisarlo y proceder a comprobar su identidad. Tras las pesquisas de rutina, los agentes confirmaron que se trataba de Geomar Escalona, el sicario de 19 años al que buscan por el crimen de Henry Barrios el pasado 17 de septiembre.
De inmediato, comenzó el proceso de legalización de captura y la remisión a las autoridades competentes, ante las que deberá responder por el delito de homicidio agravado.
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