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Este sábado, 7 de diciembre, se inaugurará el pesebre más grande de Cundinamarca que, además de celebrar las tradiciones navideñas, resalta la importancia del reciclaje y la protección del medio ambiente.
Ubicado en el municipio de Gutiérrez, el pesebre fue realizado con más de 15.000 botellas plásticas recicladas, como resultado de una iniciativa conjunta entre la comunidad y las autoridades locales, por lo que se ha convertido en un símbolo de la unión, el trabajo colectivo y la creatividad entre sus habitantes.
El proyecto fue liderado por la Asociación de Mujeres Artistas Restauradoras de Tradiciones y Enseñanzas del municipio (AMARTE), quienes contaron con el apoyo del alcalde Leonardo Acuña Guasca y diversas entidades gubernamentales.
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Mary Morales Agudelo, miembro de la asociación, explicó que la idea de crear un pesebre con materiales reciclados nació de la necesidad de retribuir al medio ambiente y promover una conciencia ecológica. “Nos unimos como un colectivo de mujeres, muchas de ellas cabezas de hogar, para demostrar que desde lo local también podemos hacer algo grande por la naturaleza”.
¿Cómo fue la construcción del pesebre?
El proceso de construcción del pesebre comenzó en la mitad de este año con campañas de recolección de botellas plásticas en la comunidad y otros municipios cercanos. Los estudiantes de la institución educativa local fueron los primeros en aportar material, lo que permitió que el proyecto tomara forma. A lo largo de meses de trabajo, las mujeres de la asociación crearon figuras representativas de la Navidad, como San José, la Virgen María, los Reyes Magos, ovejas y hasta un árbol de Siete Cueros, que es emblemático de la región.
El tamaño del pesebre es igual de grande a su fin social
El pesebre ocupa un área de aproximadamente 3.600 metros cuadrados en el parque principal de Gutiérrez, convirtiéndose en uno de los más grandes del país. Cuenta con una variedad de figuras, todas hechas con materiales reciclados, incluidas las palmeras, hongos, flores y animales, como caballos y cabras, que dan vida a este pesebre ecológico.
Según el alcalde, Leonardo Acuña, el proyecto no solo es una muestra de la creatividad local, sino también una apuesta por la protección del medio ambiente. “Este pesebre es un ejemplo de lo que podemos lograr cuando nos unimos para cuidar nuestro entorno y promover el reciclaje”añadió el alcalde.
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Adicionalmente, la obra cumple con otro fin, y es que ha sido un motor para la economía local. Durante el mes de diciembre, el municipio ha organizado actividades culturales como lo son: ferias gastronómicas, muestras de artesanías y, por supuesto, las tradicionales novenas navideñas, que complementan la visita al pesebre.
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