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Si el alcalde Gustavo Petro logra la difícil tarea de sacar adelante su propuesta, después de 40 años de retrasos, sobrecostos, intentos fallidos y discusiones, el incierto futuro de la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) se empezaría a despejar. Así lo aseguró ayer el mandatario tras presentar públicamente su plan para la polémica vía.
Tal como lo imagina el alcalde, los ocho carriles de la ALO serían reemplazados por un camino férreo para el transporte de pasajeros, una vía mixta para la circulación de vehículos particulares, universidades, ciclorrutas y hasta un parque lineal ambiental, entre otros nuevos espacios.
En grandes líneas, Petro explicó la transformación del diseño inicial, durante una audiencia pública citada ayer en el Congreso por el senador del Movimiento Mira, Carlos Baena, con el fin de llegar a un acuerdo al respecto. Con mapa en mano, el alcalde anunció, por ejemplo, que la longitud de la ALO (60 kilómetros) se reduciría debido a que se eliminaría el tramo norte que va desde Guaymaral hasta el humedal La Conejera.
Sobre el transporte de carga, que se ha convertido en el mayor caballo de batalla de la discusión, la idea es que se mueva por la vía hasta la calle 13 y que desde allí sea distribuido por la ciudad en pequeños camiones. “Donde tenemos que hacer nuestro mayor esfuerzo es en las calles 13 y 80, por donde hoy están entrando los mayores flujos de carga a la ciudad”, dijo Petro.
Las universidades y equipamientos deportivos de los que venía hablando el alcalde se ubicarían entre Suba y Engativá, y entraría por Kennedy.
“Por ahora son sólo ideas, hace falta el estudio técnico que señale qué es lo más indicado para la ALO”. Así resumió su opinión al respecto el ministro de Transporte, Germán Cardona, quien aprovechó la audiencia para expresar su preocupación por el rechazo de la actual administración a la construcción de la vía.
“Mi responsabilidad aquí es defender los intereses de la Nación y no meterme en los patios del alcalde. Respetamos la decisión que tome, pero advertimos que si se suspende el proyecto el Estado podría tener un detrimento”, aseguró Cardona.
Al respecto, Petro señaló que para el tramo entre Chuzacá y el río Bogotá, en que el Gobierno Nacional invirtió $80 mil millones en la construcción de 14 kilómetros, la idea es que se mantenga la vía mixta y que los terrenos que se liberen sean utilizados como zonas verdes, debido a que en épocas de fuertes lluvias son suelos de inundación.
Por ahora, como lo indica Cardona, su plan carece de un estudio técnico que lo respalde. Además, tendrá que incluirlo en los cambios del Plan de Ordenamiento Territorial, lograr que el nuevo proyecto pase por el Concejo y convencer a los defensores de la construcción de la megaautopista, entre los que se destaca el Gobierno nacional, de que su nueva propuesta es la más indicada para convertir en realidad una vía que hasta ahora sólo ha sido de papel.