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En la tarde de este lunes 24 de julio, una semana después de la avenida torrencial que se llevó la vida de 26 personas y el caserío de la vereda Naranjal, en Quetame, Cundinamarca, el presidente Gustavo Petro llegó a la zona de la tragedia, en la que anunció distintas estrategias para atender a las víctimas y mitigar el riesgo en la zona.
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Lo primero que recalcó el presidente es que en la cordillera en la que se ubica el municipio hay un constante movimiento en masa que se está presentando “por ser una de las cordilleras más jóvenes del sistema geográfico de América Latina, y aún no se ha consolidado y se sigue moviendo. Lo que hace que recurrentemente se produzcan este tipo de hechos lamentables con pérdida de vidas humanas. Por eso, la labor de la Unidad de Riesgo se mantiene en la zona con oficinas de la región, el Puesto de Mando Unificado y en el punto se hicieron labores para encontrar cadáveres y tres desaparecidos”, señaló Petro.
El mandatario hizo énfasis en las medidas que se van a tomar para atender la tragedia. Lo primero es un trabajo en conjunto con las autoridades ambientales, “y la tarea es mirar en conjunto toda la zona, el cañón, y que a través de políticas de reforestación mucho más sustanciales de las que existen, se podría darle más estabilidad a toda la zona”.
Lo segundo, “es una reubicación más general de las poblaciones de algunos de los cascos urbanos y de las veredas rurales a lo largo de este cañón. Tareas que tiene que acometer también la autoridad Nacional, porque puede haber soluciones interdepartamentales, pero es la nación allí la que tiene la palabra y las soluciones interdepartamentales, donde los gobernadores tienen la palabra en la coordinación de las actividades”.
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Petro enfatizó que esta reubicación se debe dar respetando y garantizando “la base productiva de las familias si son campesinas y tienen cultivos. Se debe lograr que en el lugar donde haya el nuevo reasentamiento pueda mantener sus actividades productivas para garantizar el mejor desarrollo de la familia, con ayuda de paquetes agrario”.
El presidente agregó que ya se ha discutido la compra y comercialización de las cosechas de esta población, “que está a punto de sacar sus productos para que no haya una quiebra dado el cierre de la carretera. Habrá un puente y helicópteros, incluso para traer comida”. También se conversó sobre la producción de aves, las cuales, según Petro, se están quedando sin comida y podrían morir rápidamente.
En cuanto a la movilidad, se espera que la vía Bogotá-Villavicencio se reactive a partir de los puentes militares que se están instalando, uno de estos, según el Gobierno, quedará listo el 28 de julio y el siguiente en agosto. Asimismo, el presidente señaló que están trabajando en la recuperación de las vías secundarias y terciarias que se vieron afectadas.
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Finalmente, el presidente le agradeció “a las familias que estuvieron presentes, muchas de ellas con seres queridos que murieron en el desastre, mi sentido pésame. La solidaridad del Estado estará con ellas hasta que puedan solventar, hasta donde se puede, la situación de la región”.
Asimismo, queda sobre la mesa el estudio y la adaptación de una población que siempre vivirá cerca de caudales de agua. “Parte de lo que hay aquí es producto de la crisis climática, no todo, pero se profundiza en los problemas de riesgo y de desastre que hemos visto”.
Por su parte, el gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, agregó que junto al Gobierno se está estudiando la posibilidad de comprar de tres predios para una posible reubicación y, “por supuesto, para reconstrucción de vivienda a las familias afectadas. Habrá más maquinaria y helicópteros para ayudas humanitarias y para el transporte del alimento de las aves del sector de las empresas que tienen que entregar el alimento de las aves para solventar el empleo de muchos habitantes de la región. Seguimos trabajando en el rescate”, agregó García.
Actualmente, la población de Quetame y municipios aledaños quedan a la espera del cumplimiento de estas estrategias, siendo la instalación del puente militar (después del peaje de Naranjal) y la reubicación de las víctimas, las acciones más urgentes.
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