El “pluma” que tenía “call center” en La Modelo y ordenó un doble homicidio en Engativá
La Fiscalía Seccional Bogotá halló que alias ‘Bebe’, ‘pluma’ de patio 5, comandaba una red sicarial desde la cárcel y tramó una trampa para asesinar a un exsocio suyo.
Juan Camilo Parra
A la medianoche del miércoles 31 de enero de este año, en el occidente de Bogotá, un vehículo verde de placas BRE 664 se estrelló contra un taxi en el barrio Villas de Granada (Engativá). Los cuerpos sin vida de Abigail Guerra y Andrés Camilo Leyton fueron hallados al interior del carro con múltiples heridas de bala. Había también un sobreviviente: Cristián Daniel García, novio de la joven y principal blanco del atentado que sufrió al cumplir una cita pactada.
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A la medianoche del miércoles 31 de enero de este año, en el occidente de Bogotá, un vehículo verde de placas BRE 664 se estrelló contra un taxi en el barrio Villas de Granada (Engativá). Los cuerpos sin vida de Abigail Guerra y Andrés Camilo Leyton fueron hallados al interior del carro con múltiples heridas de bala. Había también un sobreviviente: Cristián Daniel García, novio de la joven y principal blanco del atentado que sufrió al cumplir una cita pactada.
El caso causó conmoción por la muerte de Guerra, de 20 años, oriunda de San Jacinto Bolívar, quien esa noche, al parecer, sabía que habría un atentado. Pero no fue hasta después de tres meses de lo acontecido, que la Seccional Bogotá de la Fiscalía desenredó los hilos detrás de la emboscada, y encontró que el plan provino de un ‘pluma’ de la cárcel La Modelo.
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Se trata de Iván Daniel Rodríguez Rivera, alias Bebé, quien desde el pasillo 8 del ala sur de la cárcel, siendo “pluma” del Patio 5 B, no solo seguía delinquiendo con un negocio de estafas, sino que ordenaba crímenes a su antojo en la ciudad. Como el de aquella noche en Engativá. Su poder era tal, que lideraba en el penal una empresa tipo call center, especializado en estafar a las personas.
Este caso, que se suma al del asesinato del coronel (r) Élmer Fernández, director de La Modelo —a quien un “pluma” ordenó asesinar—, revive la preocupación por el aparente “descontrol” en las cárceles del país. No es un secreto que estos centros albergan a peligrosos e influyentes líderes criminales (“plumas”), que concentran un poder que, al parecer, las autoridades no han podido controlar.
La empresa criminal
Todo comenzó dos años antes, cuando a Iván Daniel Rodríguez Rivera, conocido como Bebé”, ya lo identificaban en el Patio 5 de La Modelo como uno de los “caciques”, junto con alias Ojos, un ciudadano venezolano. En este patio casi todos acababan trabajando para Rodríguez, quien comandaba desde la celda 88 un call center del delito. El fiscal 58 local de Bogotá relató que eran “aproximadamente 30 personas creando cuentas y páginas con perfiles falsos de aerolíneas. Un personal se encargaba de atraer a las víctimas y otras de llamarlas”, indicó el representante del ente acusador en la imputación.
El relato entregado por el sobreviviente y reconstruido por la Fiscalía da cuenta de que Rodríguez Rivera (Bebé) llegó a la cárcel por porte de armas, pero también ha sido imputado por fuga de presos. “Ni porque está en prisión, deja de hacer cosas ilegales, siempre mantiene gente a su cargo, para extorsionar a las personas, trabajan para él”. García salió de la cárcel el 31 de diciembre y continuó en diálogos con el líder del patio 5 sin saber que este ya planeaba su asesinato.
Una emboscada
Estando fuera de la cárcel, García siguió hablando con ‘Bebé’ por WhatsApp, a pesar de que este seguía recluido. El preso continuaba su empresa del delito y le propuso a su colega, ahora libre, que saldaran rencillas del pasado asesinando a alias Ojos, quien también había salido hacía poco del penitenciario y con quien tenían cuentas pendientes.
Estas conversaciones por chat hacen parte del material probatorio de la Fiscalía. En ellas se observa que el ‘pluma’ le ofreció a García, la noche del 31 de enero, $500.000, un arma con silenciador y unas bolsas de tusi, elementos que tenía que recoger en el barrio Villas de Granada. Cuando recibió esta oferta, el joven estaba con Abigail Guerra en Pacho, Cundinamarca, así que desde allí, en horas de la noche, arrancaron en el carro verde hacia Villas de Granada, en Bogotá.
Algunos testimonios que dio a conocer el ente investigador señalan que la joven Guerra podría haber sabido de antemano sobre el ataque. Incluso, dice una testigo, “ella era prima de un preso de La Modelo y entregó al novio voluntariamente”. Si Abigail sabía o no lo que iba a suceder, todavía es materia de investigación. Lo cierto es que acabó recibiendo dos disparos, uno en su cabeza y espalda, al igual que el conductor del vehículo, alias Pecas, a quien lo perforó una bala por la espalda mientras conducía.
El momento del ataque transcurrió en pocos minutos. García se bajó del carro, era casi la medianoche, y se acercó al vehículo que lo esperaba; al ver un encapuchado se extrañó y corrió de vuelta al vehículo verde gritando que los iban a matar. El otro carro los siguió mientras sus ocupantes disparaban. García, al ver que el carro seguía en movimiento y su colega estaba muerto, al igual que su novia, giró el volante y dirigió el carro contra un taxi que pasaba, se bajó gritando y se escondió entre dos carros. De los sicarios no quedó rastro. La emboscada había terminado.
El ente investigador imputó a alias “Bebé” los delitos de homicidio agravado en concurso con el delito de fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones. Con esta investigación se espera que estos ‘pluma’ de las cárceles pierdan terreno y oportunidades de seguir delinquiendo en los centros penitenciarios, más aún cuando se conocieron nuevas denuncias a la nueva directora encargada de La Modelo. La investigación continúa.
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