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Ante la emergencia presentada en la tarde del miércoles a la altura de la Autopista Norte, el concesionario Ruta Bogotá-Norte, se pronunció a través de un comunicado, detallando las acciones realizadas en conjunto con el Distrito, para evacuar a las personas y niños represados en sus rutas escolares, así como el plan de manejo de tráfico que implementaron por la carrera séptima, no sin antes destacar, “la urgente necesidad de avanzar hacia la fase de construcción del proyecto de ampliación de la Autopista Norte y Carrera 7, capaces de reducir estos riesgos y mejorar la movilidad, garantizando la conectividad ecosistémica de los humedales Torca y Guaymaral”, sentenció la concesión.
A su vez, el alcalde Galán aseguró también que es importante adelantar este tipo de obras en la Autopista Norte, “logrando la conexión hídrica de todas las quebradas y corredores, incluido el humedal entre el oriente y occidente. El agua no fluye porque está tapada por la Autopista Norte y para eso es la obra”, dijo a Red+ Noticias.
¿Por qué la licencia ambiental fue archivada?
En medio de la coyuntura por estas inundaciones, ha suscitado un debate en torno a la necesidad de descongestionar la movilidad en este punto de la ciudad y la protección del medioambiente, como lo son los humedales de Torca y Guaymaral.
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Respecto a esto, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), recordó este jueves la decisión tomada el pasado 3 de enero, de archivar la solicitud de licencia ambiental por parte de la concesión, “por información insuficiente contenida en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), la cual era fundamental para la toma de la decisión”, resaltando que como está establecido el proyecto es susceptible a inundaciones.
“Las obras presentadas por la concesionaria deben garantizar no solo la conectividad hidráulica entre ambos humedales, sino que se favorezca la conservación de los hábitats y los procesos ecológicos allí presentes. Sin embargo, la concesionaria no desarrolló los estudios hidráulicos requeridos”, aseguraron.
Asimismo, indicaron que incluso solicitaron concepto técnico a otras entidades sobre el proyecto; entre ellas, la Secretaría Distrital de Planeación, que conceptuó: “los perfiles viales presentados no cumplen con las tipologías urbanísticas establecidas en el actual y anterior Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá, en lo concerniente a franjas funcionales”.
Mientras que el IDU y el Fideicomiso Lagos de Torca incluyeron observaciones y sugerencias frente al manejo del espacio público, la infraestructura vial requerida en términos de movilidad incluida en el Plan de Ordenamiento Zonal del Norte para el sector de la Autopista, los posibles problemas de inundación y las condiciones de diseño de las obras para los cruces de cuerpos de agua.
“Los sistemas constructivos del proyecto vial no responden a los requerimientos de protección de la red matriz Tibitoc – Casablanca según el concepto de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá”, añadió la ANLA.
A pesar de la decisión ratificada en el mes de mayo, la entidad recalcó que la concesionaria puede radicar una nueva solicitud de licencia ambiental para el proyecto en mención, cuando se complementen y se ajusten los estudios objeto de requerimiento,“que garanticen la conectividad de los humedales Torca y Guaymaral y se proteja la Estructura Ecológica Principal del Distrito Capital. En lo anterior, la nueva administración distrital tiene un papel preponderante y por lo tanto, esperamos que esto sea una oportunidad para fortalecer el Estudio de Impacto Ambiental y así no solo garantizar la conservación de los ecosistemas estratégicos de la ciudad, sino abordar con responsabilidad los retos en términos de movilidad”, sentenciaron.
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