“Ella intentó varias veces separarse, vivía amenazada”: familiares de Érika Aponte
El padre de la joven, que fue víctima de feminicidio el pasado 14 de mayo, contó quién era su hija y compartió detalles de cómo fueron los últimos 10 años de Érika Aponte viviendo junto a Cristian Rincón, su feminicida.
Sara Caicedo
Érika Aponte Lugo tenía 26 años, era mamá de un niño de nueve años, y trabajaba como subadministradora en Jeno´s Pizza, en uno de los locales del primer piso del centro comercial Unicentro, ubicado en la calle 127 con carrera 15, en la localidad de Usaquén.
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Érika Aponte Lugo tenía 26 años, era mamá de un niño de nueve años, y trabajaba como subadministradora en Jeno´s Pizza, en uno de los locales del primer piso del centro comercial Unicentro, ubicado en la calle 127 con carrera 15, en la localidad de Usaquén.
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De acuerdo con sus familiares, era una mujer trabajadora y siempre fue el soporte económico de su hogar, ya que su expareja y feminicida, Cristian Camilo Rincón Díaz, trabajaba por temporadas. Sin embargo, la vida de la joven se acabó después de que Rincón, de 30 años, se acercara a su lagar de trabajo en la tarde del pasado domingo 14 de mayo, y en medio de una discusión, le disparara en dos ocasiones. La mujer murió en el sitio y el feminicida atentó contra su propia vida, disparándose también, sin embargo, quedó herido y fue trasladado a un centro asistencial, en donde perdió la vida en la madrugada de este 15 de mayo.
Érika y Rincón tuvieron una relación en la que vivieron juntos durante 10 años. Sin embargo, ella había acabado con esta relación hace 15 días, pero Cristian nunca dejó de buscarla. Incluso, su familia señaló en medios de comunicación que en varias ocasiones ella intentó separarse de él, pero por las amenazas que recibía por parte de su feminicida terminaba regresando con él.
Nasario Aponte, papá de Érika, compartió en la emisora Caracol Radio los detalles de la relación que tuvo su hija con este sujeto. “Ella vivió la mayoría del tiempo con los papás de él, en la casa de los papás de él, pero constantemente tenían problemas, él era muy violento. Ella intentó varias separarse, ella vivía amenazada, él le decía que tenía que encontrarla donde fuera, incluso, alguna vez la amenazó con matarme a mí, le decía que ya sabía dónde trabajaba, dónde vivía, y que si no la encontraba iba y me mataba a mí”, agregó el señor.
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El padre de Érika también contó que en varias ocasiones ella intentó escapar de esa relación y de esas amenazas, sin embargo, “con el temor de eso nunca pudo, y él siguió amenazándola, la llamaba, la buscaba donde la familia, donde fuera y le hacía escándalo y a ella le tocaba regresar con él a la casa obligatoriamente, aunque ella no quería vivir con él”.
Incluso, el papá le había ayudado a conseguir una habitación en arriendo para que ella se fuera a vivir ahí, teniendo en cuenta que Rincón iba a ir a buscarla a la casa de sus familiares, por lo tanto, consiguieron otro sitio que este hombre no conociera.
Sin embargo, ningún intento fue suficiente, ya que su expareja también iba a buscarla al lugar en el que trabajaba.
“Ella había ido el jueves pasado a la comisaría donde le habían brindado medidas de protección, y ella pasó el reporte a las autoridades y pues él (Cristian) ya había estado anteriormente en el trabajo, haciéndole hostigamiento, y la Policía ya lo había sacado de allá en varias oportunidades, había ido también el sábado en la noche (13 de mayo), entró como Pedro por su casa, andaba armado y creo que hubo omisión por parte de las autoridades porque no pusieron en alerta a la seguridad del centro comercial, de que estuvieran más pendientes de que apenas lo vieran ingresar llamaran a la Policía”.
El papá de Érika también se pregunta, cómo, en un centro comercial tan reconocido, no pudieron identificar cuando él iba, teniendo en cuenta que este sujeto ya había estado en varias ocasiones en el local en el que trabajaba la víctima.
“Él ya había ido varias veces y no habían hecho nada. ¿Por qué la policía y las autoridades no reportan ese caso?, no se ponían de acuerdo con la seguridad del centro comercial y decirles que cuando vieran ese tipo “llámenos en seguida y hacemos lo que sea para llegar acá””, le contó a la emisora.
El señor señaló que las agresiones fueron constantes, y que hace nueve años él intentó separarlos, desde antes de que naciera el hijo de Érika, “pero no, fue imposible, una vez la mandé para un pueblo en donde vive un hermano, allá se pudo quedar 8 días nada más, y hasta ahorita pude entender que él la amenazó y tuvo que venirse obligatoriamente”.
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“Yo le ayudé varias veces para que ella huyera de él, en esa ocasión le ayudé mucho, le dije que, si tenía que dejar a Dominic con los abuelos, que lo dejara temporalmente, mientras pasaba ese problema, mientras se podía acomodar en algún lado y el tipo toma conciencia, pero no valió”, agregó Nasario.
Y en cuanto a la última separación, contó que ella salió de la casa el pasado 30 de abril y se fue a quedar en la casa de una tía que vive en la localidad de Bosa, sin embargo, comenzó a buscarla en el trabajo. Incluso, una compañera de Érika le contó a la familia que este hombre también la había amenazado con matar a algunas de las personas con las que ella trabajaba con la excusa de que ellos le ocultaban cosas.
“Hace como 20 días fue allá a formarle escándalo, fue embriagado, entró hasta el local, le cogió el celular y se lo estrelló contra el piso, llamaron a la Policía y lo sacaron de allá, pero nunca le hicieron una requisa. No entiendo por qué las autoridades no actúan en esos casos, por qué no están pendientes, si le dan una requisa hubieran encontrado algo”, agregó el papá.
Asimismo, contó que los únicos acercamientos que tuvo la Policía ocurrieron después de que asesinaran a su hija. El primero sucedió en la noche del 14 de mayo, cuando las autoridades se acercaron a la casa de los abuelos (padres de Cristian) para llevarse a Dominic, sin embargo, el papá de Érika lo impidió.
“Les dije que nos dejaran tranquilos, que nos dejaran a pasar estos días de dificultad. Es algo injusto que después de que pasan las cosas ahí sí hay reacción de la Policía y llegan a todos lados y ya para qué, cuando ya ha pasó”, señaló.
Por su parte, Sandra, una de las tías de Érika, también conversó en Caracol Radio sobre su sobrina. Contó que la joven era quien llevaba el sustento a su hogar, y que ella le pidió ayuda en varias ocasiones, y que la recibió en su casa más de una vez, sin embargo, hasta allá también llegaba su feminicida y volvía a amenazarla.
“Él (Cristian) dependía de ella, él era una persona que trabajaba cierto tiempo, él era conductor y él trabajaba por temporadas y mientras renunciaba Érika siempre fue el soporte de la casa”, señaló la mujer.
También contó que la relación de la familia de Érika con los padres del Rincón siempre fue positiva, y que la joven era como una hija para ellos. Incluso, los papás de este sujeto llegaron a un acuerdo con la pareja, en el que ella se iba a quedar a vivir ahí, pero Cristian se iba, sin embargo, él no cumplió lo pactado y siempre volvía.
“En las reuniones de familia compartíamos con ellos, la relación con ella ha sido buena, aquí el culpable de Cristian, no los papás de él. Son unos grandes señores, con unos valores muy grandes, pero ojalá uno pudiera entender esta situación y entender que las relaciones de parejas muchas veces son difíciles”, compartió Sandra.
Érika contaba con medida de protección
La tía de Érika contó que el pasado jueves 11 de mayo, a la joven le dieron medida de protección permanente, sin embargo, “nos preguntamos cómo él pudo entrar tantas veces al centro comercial, si ella expuso el tema allá, llevó los papeles y la documentación”. Es decir, funcionarios de Unicentro ya sabían que Érika tenía amenazas por parte de Cristian, quien entró a ese centro comercial en repetidas ocasiones.
Asimismo, la Personería de Bogotá, contó que durante el pasado jueves 11 de mayo, Érika llamó a Integración Social para poner en evidencia las amenazas de la que era víctima, y solicitó protección por parte del Comando de Policía de Soacha, “lugar en el que la víctima reportó la residencia y se trasladaron las medidas para que la Comisaria de dicho municipio definiera el asunto de conformidad con la ley 2126 de 2021″, señaló la entidad.
Y de acuerdo con cifras de la Poersonería, en este 2023 ya van 21 de feminicidios registrados en Bogotá. Por su parte, el Instituto de Medicina Legal registró tan solo en noviembre de 2022 72 casos en la capital.
“El Ministerio Público distrital señala además que para lo corrido del 2022 (con corte 23 de noviembre) los Agentes del Ministerio Público ante Comisarias de Familia, intervinieron en (5.408) medidas de protección, en los que se registraron como afectadas a 2.246 mujeres adultas, 2.241 niñas y 632 adolescentes mujeres. También, se presentaron 15.064 intervenciones para prevenir la vulneración de derechos y / o lograr su restablecimiento en casos de sujetos de especial protección constitucional”, informó la Personería.
La alcaldesa Claudia López también se pronunció frente a lo sucedido: “aunque se demoró muchos años en hacerlo, Érika finamente acudió al llamado de las instituciones y estas actuaron en menos de 24 horas. Se le ofreció, a ella y a su hijo, la máxima protección posible que es el traslado inmediato a una casa refugio, la cual fue rechazada por ella al informar que ya se encontraba viviendo con su padre y su hermana”.
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La funcionaria también confirmó que Érika se había acercado a la Casa de Justicia de la localidad de Usme, en donde le habrían ofrecido un cupo en una casa refugio del Distrito, pero ella no acepto, teniendo en cuenta que recientemente se había pasado a vivir al municipio de Soacha con su familia.
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