Empalme entre Claudia López y Carlos Galán tomará una semana más
Los equipos de empalme decidieron extender las reuniones de transición y puesta al día hasta el 11 de diciembre. Las desavenencias en proyectos clave y el presupuesto, los puntos que estarían detrás de la prórroga.
Miguel Ángel Vivas Tróchez
De común acuerdo, los equipos de Claudia López y Carlos Fernando Galán han decidido extender una semana más el proceso de empalme. Aunque los protagonistas de la transición han asegurado públicamente que el proceso ha sido fluido y, sin apenas contratiempos, las cerca de 88 reuniones efectuadas hasta el momento no resultaron suficientes. Por tal motivo, el final del proceso de empalme, que en principio estaba previsto para hoy, se alargó para el próximo lunes 11 de diciembre.
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De común acuerdo, los equipos de Claudia López y Carlos Fernando Galán han decidido extender una semana más el proceso de empalme. Aunque los protagonistas de la transición han asegurado públicamente que el proceso ha sido fluido y, sin apenas contratiempos, las cerca de 88 reuniones efectuadas hasta el momento no resultaron suficientes. Por tal motivo, el final del proceso de empalme, que en principio estaba previsto para hoy, se alargó para el próximo lunes 11 de diciembre.
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Los 39 días que tomará este empalme recuerdan la duración que tuvo el de Enrique Peñalosa y Claudia López en 2019. En aquel entonces, los equipos de ambos mandatarios se reunieron desde el domingo 29 de octubre y concluyeron las reuniones de empalme días después del 16 de octubre, cuando López contrajo matrimonio con la senadora Angélica Lozano.
Parece ser que la fluidez de los empalmes es directamente proporcional a su duración. Pese a los ataques que López le hizo en campaña a su sucesor, el balance que entregaron sus dos equipos al término del proceso de transición fue positivo. Ambos coincidieron en que, si bien había puntos que les distanciaban, la cordialidad de los encuentros facilitó la entrega de mando.
En la otra arista de los recientes empalmes está el que llevaron a cabo Gustavo Petro y Enrique Peñalosa. En medio de las constantes pullas en redes, los ataques a la gestión del hoy presidente en el Liévano, y las diferencias evidentes entre los dos implicados, el proceso de empalme tan solo duró 19 días, que concluyeron con una tensa reunión entre el alcalde electo y el saliente el 27 de noviembre de 2015.
De momento, no hay un pronunciamiento oficial sobre los motivos que impulsaron el alargue, pero las recientes contradicciones entre Galán y López por el Corredor Verde son, en cierto modo, una señal de lo que todavía resta por ajustar.
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Buenas intenciones, pero incertidumbre sobre lo económico
Entre Claudia López y Carlos Fernando Galán existe una línea de continuismo latente. Salvo por temas puntuales como el Corredor Verde, el cambio de perspectiva repentino de Galán sobre la ALO, y el manejo de la seguridad, no existen indicios de que la gestión de Galán diste de lo que ejecutó Claudia López durante su cuatrienio.
Sostener ese impulso de construir sobre lo construido, en las condiciones en las que Claudia deja la ciudad, tiene un costo económico importante. La carga financiera para llevar a cabo los proyectos más cruciales, como los de la primera y la segunda línea del metro, será compartida con la nación. Sin embargo, las fricciones que existieron entre López y el presidente Gustavo Petro, y la falta de aparente sintonía entre el jefe de Estado y el alcalde electo, abren oportunidad a la zozobra.
Hay 6 proyectos, en concreto, cuya financiación representaría un reto para la administración entrante. La ampliación de la Calle 13, la autopista norte y la carrera Séptima; la segunda línea del metro; el RegioTram del norte y la ALO sur son los 6 proyectos que financiarán en conjunto el Distrito y la Nación, tras la entrega de $24,4 billones que el expresidente Iván Duque destinó a la alcaldesa saliente.
Esos recursos, sin embargo, no han sido desembolsados en su totalidad. Si bien, el traspaso de los recursos ya fue aprobado por el Departamento Nacional de Planeación, mediante el Conpes 4104, el dinero pactado para llevar a cabo los proyectos comenzará a llegar a mediados del próximo año, si no hay una división entre los poderes central y distrital que lo dilate.
De manera tal que, además de ponerse al día con los pleitos legales heredados de la administración saliente, los indicadores tanto negativos como positivos, y demás detalles de gobernabilidad, los dos equipos de empalme deberán enfilar sus esfuerzos en la maniobrabilidad que tendrían frente a estos posibles imprevistos. Una semana adicional para el empalme de por medio.
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Los lunares de la aparente luna de miel
Para nadie es un secreto que una de las personas que más celebró la victoria de Galán el 29 de octubre fue la propia alcaldesa saliente, Claudia López. A través de sus acostumbrados trinos en la red social X, López festejó que la ciudad votara por un proyecto de gobierno distinto al de su adversario político, Gustavo Petro.
De hecho, comparando lo dicho por Galán en los debates, y lo plasmado por el programa de gobierno con el que se dio a conocer como candidato, no hay muchas diferencias entre la visión de Bogotá que tienen los dos protagonistas.
La estrategia de seguridad, el punto de discordancia más amplio, dadas todas las políticas públicas que abarca, será totalmente replanteado por Galán una vez sea investido con la banda de la ciudad. En eso, miembros de su equipo de empalme, entre ellos la concejal Lucia Bastidas, ya trabajan arduamente.
En la otra esquina están los desacuerdos sobre proyectos puntales. Desde la campaña, y ahora con la contradicción que tuvo con López respecto a la adjudicación de los dos tramos sin contratar, el Corredor Verde ha estado en la mira del alcalde electo. Para él, no resultaría conveniente dejar un solo carril para uso mixto en el carril Norte - Sur del proyecto, como lo han demandado las organizaciones vecinales y miembros de su partido, el Nuevo Liberalismo.
Esta inquietud sobre el proyecto se ha traducido en las constantes peticiones que Galán le ha hecho a López de no adjudicar el contrato para que él pueda revisarlos. Incluso, la semana pasada, el alcalde electo dijo que el IDU le había comunicado, durante el empalme, que la administración saliente había desistido de contratar los dos primeros tramos del Corredor.
24 horas después, López contradijo a su sucesor y advirtió que iba a dar la pelea, hasta el último momento, para dejar contratada la totalidad de la obra. El fallo del tribunal, que posibilitó la adjudicación, por lo menos, del tercer tramo (que va de la 99 a la 200), le hace conservar la esperanza de concretar la adjudicación, muy a pesar de lo limitado del tiempo con el que cuenta.
De tal manera, que la prórroga en el empalme podría estar motivada por el cruce de versiones. Los $2.5 billones que se tienen contemplados para este Corredor bien valen una misa.
Aunque Galán manifestó en su campaña que la construcción de la ALO norte no estaba en sus planes, algunos de los miembros de su equipo habrían puesto el grito en el cielo por el proceso de contratación en curso. Aparte del presupuesto para este proyecto, cercano a los $332.000 millones, los miembros del equipo Galán se mostraron preocupados por el futuro de la ALO y de las implicaciones que tendría la habilitación de tantas unidades de vivienda en una zona de la ciudad con, hasta el momento, baja oferta de transporte y movilidad.
De momento, según el cronograma del proyecto, la Alcaldía escuchará las ofertas de los consorcios interesados hasta el 4 de diciembre y esperaría adjudicar el proyecto para el 16.
Tomar las riendas de una ciudad como Bogotá, con un frente de obras tan amplio y con procesos de contratación millonarios aun sin definir requieren de tiempo, claro está. Las intenciones contractuales de la administración saliente, por otro lado, hacen que las inquietudes de los que toman el poder se extiendan y, por ende, el plazo para discutirlas.
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