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En menos de 30 días, 180.000 pasajeros que a diario utilizan los buses urbanos de Soacha para ingresar a Bogotá deberán optar por otro medio de transporte. El próximo 7 de noviembre, como ya se venía informando desde agosto, el convenio entre el vecino municipio y el Distrito, para la circulación de estos buses, entrará en su fin.
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A través de una misiva que la alcaldesa Claudia López envió al alcalde del vecino municipio, Juan Carlos Saldarriaga, la administración distrital manifestó su intención de no renovar el convenio que se suscribió hace 10 años con la intermediación del Gobierno Nacional.
En su momento, al destapar el sobre con la comunicación que informaba tal voluntad, el mandatario de Soacha alegó que se trataba de una nueva “presión” para empujarlo a él, y a su gobierno, a integrar el proyecto de Bogotá Región Metropolitana que han venido liderando tanto López como Nicolás García, gobernador de Cundinamarca.
Esta respuesta, de carácter político, se complementó con otra de índole técnica por parte de la Secretaría de Movilidad de Soacha. De acuerdo a la cartera de movilidad municipal, no hay forma de que otras opciones de transporte, como Transmilenio, logren soportar el flujo de 180.000 pasajeros que actualmente se mueven en promedio a través de las 112 rutas de buses urbanos que actualmente se mueven entre Soacha y Bogotá.
“¿Cómo vamos a meter 108.000 personas más a TransMilenio en Soacha? Tenemos 90.000 que se mueven en horas pico y las estaciones no dan abasto. Es una troncal que es insuficiente para toda la demanda que tiene”, afirmó en su momento, a Noticias Caracol, Luz Angélica Hurtado, directora de la cartera de movilidad para Soacha.
De esta manera, el próximo 7 de noviembre, 1.500 buses que parten desde 15 puntos de origen ubicados en todo el municipio, quedarían totalmente congelados y limitados a los límites bajo la jurisdicción del gobierno de Soacha.
Distrito dice que hay sobre oferta de buses
Uno de los argumentos con los que la administración de López ha defendido su reticencia a renovar este contrato, reposa sobre una aparente sobre oferta de buses urbanos en el corredor. Esta situación, afirma el Distrito a través de la Secretaría de Movilidad, propicia que la “guerra del centavo” vuelva a las calles de Bogotá tras su aparente radicación con la integración del sistema de transporte, hoy llamado SITP.
Este fenómeno se produce por cuanto estos 112 buses no obedecen a la lógica del transporte público de la ciudad: no tienen paraderos definidos para recoger pasajeros y recaudan el precio de cada pasaje en efectivo y sin tarjeta. Dicho mecanismo, que, en efecto, obedece a lo que se conoció en su momento como “la guerra del centavo”, exacerba la competencia entre los conductores de buses y, por ende, las afectaciones en la ya de por sí complicada movilidad en la ciudad.
El tema ambiental también juega un papel importante en la no prolongación de este contrato. Según cifras de la cartera de movilidad distrital, el 80 % de la flota supera de buses urbanos que actualmente circula en el corredor Soacha - Bogotá, supera los 20 años de edad. Tal antigüedad, de acuerdo a los estándares actuales, se traduce en una mayor contaminación por parte de estos vehículos, frente la flota de buses eléctricos de la que actualmente dispone el Distrito para la movilidad urbana.
Alternativas para solucionar la movilidad
La suspensión de este contrato va a generar afectaciones en la movilidad entre Bogotá y Soacha, como ya lo tiene presupuestado la Alcaldía. Conscientes de ello, se han desplegado otras opciones que complementen al Transmilenio e impidan, al menos según lo presupuestado, que las estaciones de la troncal de Soacha (La Despensa, León 13, Terreros y San Mateo), además del Portal Sur, colapsen tras el crucial 7 de noviembre.
La que más destaca es la creación de dos nuevas rutas de Sitp para complementar el flujo de pasajeros en Transmilenio. A partir del 28 de octubre, la Secretaría de Movilidad informó que empezarán a operar dos nuevas rutas del componente zonal del SITP que reforzarán la movilidad por los corredores de la autopista sur-avenida Boyacá y autopista sur - avenida carrera 68. Aún se desconocen los detalles del recorrido que ofertarán estas dos nuevas rutas, pero se espera que en los próximos días se desglosen los pormenores de ambos trayectos.
Otra opción que tendrán las personas que se dirijan del vecino municipio a Bogotá, y viceversa, son los buses intermunicipales que están habilitados por el Ministerio de Transporte. Estos buses, según informó la cartera de movilidad, pararán de manera especial en los terminales de Bosa y Salitre, como alternativa de transporte para las personas que se muevan entre Soacha y la Capital.
Ambos puntos de salida y entrada de buses, resalta la secretaría, tienen conexión con toda la ciudad a través de Transmilenio y el componente zonal Sitp.
Finalmente, la administración Distrital destacó el impacto que obras futuras tendrán en el corredor de ambas unidades territoriales. La que tiene fecha de entrega más próxima, corresponde a la ampliación del patio “El Vínculo”, que hace parte de la extensión de TransMilenio hasta Soacha, y desde la cual se podrán movilizar cerca 400.000 pasajeros cada día.
En adición al punto anterior, se encuentran a su vez otros proyectos esperados por la ciudadanía, como el Transmicable de Potosí, que conectará en menos de 20 minutos el sector de Cazuca, en Soacha, con el Portal del Sur.
Entre tanto, los días pasan, y los resultados de las mesas de conciliación que el Gobierno Nacional propuso desde agosto para conciliar la posición de ambas administraciones, aún resultan inciertos. Lo único real, al menos de momento, es que a partir del 7 de noviembre, los 180.000 pasajeros que utilizaban estos buses urbanos, deberán planificar nuevas rutas para movilizarse entre el municipio y la capital. ¿Qué tan traumática será esta transición? Aún quedan 30 días más para saberlo.
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