Panorama de las energías no convencionales en Bogotá
Bogotá cuenta con cierto potencial para las energías renovables, aunque todavía falta inversión para aprovecharlo. Su importancia radica en las alertas sobre posibles racionamientos en la ciudad, debido al incremento de la demanda energética. ¿Es realmente este portafolio de energías una opción?
Mientras soplan los vientos de racionamiento energético para Bogotá y el país, el debate sobre las soluciones más factibles está a la orden del día. Por un lado, desde el gremio energético, mantienen su postura en que el estancamiento de licencias para proyectos de interconexión, es la causa prima que alimenta la amenaza de apagones. Por el otro, en medio de lo complejo que resulta la disyuntiva de aprobar licencias a iniciativas con impacto ambiental, hay quienes hurgan en el baúl de las energías no convencionales, como quien busca un alivio insospechado.
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Mientras soplan los vientos de racionamiento energético para Bogotá y el país, el debate sobre las soluciones más factibles está a la orden del día. Por un lado, desde el gremio energético, mantienen su postura en que el estancamiento de licencias para proyectos de interconexión, es la causa prima que alimenta la amenaza de apagones. Por el otro, en medio de lo complejo que resulta la disyuntiva de aprobar licencias a iniciativas con impacto ambiental, hay quienes hurgan en el baúl de las energías no convencionales, como quien busca un alivio insospechado.
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Echar mano de este recurso, del que se habla tanto, y más en el nuevo gobierno nacional, cobra aún más relevancia en la coyuntura actual. Si bien, en el portafolio de fuentes que nutren la ciudad, la energía hidroeléctrica ocupa la mayoría de la oferta, los cada vez más evidentes estragos del cambio climático empujan a buscar nuevas alternativas. Nuevas y más sostenibles variantes.
El presente año, el fenómeno del niño se tornó más árido de lo común, lo que se tradujo en escasez de lluvias y bajo nivel en los embalses. Aunque la administración se mantiene en que el nivel de estas reservas todavía no invita a caer en alarmismos, la proyección energética a largo plazo no resulta alentadora.
La región oriente, en la cual se ubica Bogotá, ha tenido que tirar en el último año de su planta termoeléctrica en Zipaquirá. Y lo ha tenido que hacer a su máxima capacidad, en atención a los cada vez más protuberantes picos de consumo energético —del cual Bogotá representa el 80 %—. Mantener este motor energético, a base de carbón, operando a toda máquina, ha generado la emisión de cerca de 80.000 toneladas de Co2 desde mayo del año pasado. Esto es, para otros efectos, lo que Bogotá deja de emitir en 15 jornadas de día sin carro.
De esta manera, en medio de la escasez, y de las peripecias para evitarla, o cuando menos aplazarla, la atención se dirige al mercado de energías no convencionales de las que se pueda abastecer la capital. Aquí el panorama no es muy alentador, según el exministro de ambiente, Manuel Rodríguez, quien advirtió que el número de interesados para operar concesiones de energía no convencional se había desplomado en el último tiempo.
Otra visión sobre el tema tienen otros expertos en el tema. Según estudios de inversión realizados por Invest in Bogota, en Cundinamarca ya se han llevado a cabo dos grandes proyectos de inversión en energías renovables. A lo que, además, se suma un CAPEX de unos USD 40 M. Asimismo, en Colombia, durante los últimos 6 años, cerca de 40 proyectos por más de USD 3.900 M. Por otro lado, los departamentos que más han atraído proyectos son el del Cesar (7 proyectos; 15%); La Guajira (4 proyectos; 10%) y Meta (4 proyectos; 10%)
Según la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME), en Colombia tenemos la suerte de contar con una matriz energética principalmente renovable, con alrededor del 70% de la energía consumida proveniente del agua. Sin embargo, en Bogotá tenemos retos adicionales, alrededor del aprovechamiento de otros recursos que la propia ciudad nos brinda, como los residuos, como una posible opción de generación. Además, organismos públicos y privados están implementando sistemas de generación distribuida y autoconsumo, dictando una línea que sin duda habrá que seguir.
Aunado a lo anterior, en 2022, la ciudad cerró un importante acuerdo de cooperación internacional para la fabricación de la primera Planta de Energía Híbrida que tendrá Colombia y, la cual, será construida en los lindes de Bogotá. En el proyecto se invertirán 11 millones de dólares provenientes del Instituto Coreano para el Avance de la Tecnología (KIAT, por sus iniciales en inglés), en representación del Ministerio de Comercio, Industria y Energía de la República de Corea. Por su parte, el Grupo de Energía de Bogotá, dispondrá del terreno de 13.000 metros cuadrados donde se construirá el complejo —en el sector de Mochuelo Alto, en el sur de Bogotá—.
Por otro lado, aunque sea en menor escala, la ciudad ha tenido casos de éxito para tener en cuenta:
Centro Comercial Plaza de las Américas:
El centro comercial obtuvo beneficios tributarios que permiten la viabilidad del cierre financiero del proyecto, además de consolidarse como una organización comprometida en la utilización de este tipo de tecnologías.
- Coste: $1.860 millones.
- Ahorro. 27.330 kWh/Mes.
- Tiempo de retorno: 7 años.
Confipetrol:
- Implementación y certificación del Sistema de Gestión de la Energía (SGE) con base en los requisitos establecidos en la NTC ISO 50001.
- Objetivo: Optimizar el uso eficiente de la energía para reducir los gases de efecto invernadero.
- Beneficios: Mejora en el proceso de diseño y cuantificación de gases de efecto invernadero y oportunidad de reducción de emisiones. Mejora en la percepción de clientes con respecto a la gestión ambiental.
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Entonces… ¿Cuáles son las dificultades de las energías no convencionales?
Con todo y los casos de éxito, para el mercado de energías no convencionales hay varios desafíos. De acuerdo con Isabella Muñoz, directora ejecutiva de Invest in Bogota, corporación para el desarrollo y la productividad de Bogotá-Región”, resulta difícil encontrar los espacios físicos de suelo en la ciudad que cumplan las características necesarias. “Estamos buscando soluciones a través de la articulación con otras entidades para esos inversores interesados en la región. Por otro lado, estamos actuando como canal entre los inversionistas y gestores de suelo para encontrar esos predios que se adapten a las necesidades del inversor”, explicó Muñoz.
Por otro lado, la financiación siempre es uno de los puntos más complicados. Sin embargo, en enero de 2024, Findeter lanzó una línea de crédito por $600.000 millones para financiar este tipo de proyectos, además de otros relacionados con conectividad y redes inteligentes.
¿Con el potencial de suplir los futuros problemas energéticos de la ciudad?
Una vez conocedores del panorama de las energías no convencionales en Bogotá, la pregunta sobre si son una opción paralela a los proyectos de transmisión estancados, salta a la vista. Según los expertos en la materia, este mercado podría darle una mano a la capital, al menos en el largo plazo. Según ACOLGEN, Colombia es la sexta matriz energética más limpia del mundo y siguen saliendo proyectos de generación renovable. Sin embargo, el problema es la dependencia dela generación hidroeléctrica en épocas críticas, como en el fenómeno de “El Niño”.
Existen, de igual forma, procesos de cogeneración, en los cuales se produce simultáneamente calor y electricidad en una sola planta. Esta es alimentada por una única fuente de energía principal, lo que permite que no se disipa en el medioambiente, sino que se recupera y se reutiliza. Por ende, las emisiones de Co2 que producen actualmente las termoeléctricas, podrían ser cosa del pasado. Esta es una opción que promueve la autosuficiencia energética y reduce las importaciones de energía, y puede ser especialmente interesante para procesos industriales.
Sobre estas opciones, Isabella Muñoz comenta que “si se logra implementar un sistema de autogeneración generalizado en edificaciones, desarrollar un plan de generación a partir de residuos, reducir los consumos mediante optimización de redes y sacar adelante proyectos de generación alrededor de la ciudad, sumando a esto nuevas tecnologías como el hidrógeno, por ejemplo; estoy segura de que podremos suplir los futuros aumentos de demanda que la ciudad requerirá”.
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