La abogada de la Secretaría de la Mujer manifestó que las pruebas presentadas por Mila son suficientes para demostrar que el agresor es un monstruo. (Imagen de referencia)
Foto: EFE - Sáshenka Gutiérrez
“Desde que me obligaron a enfrentarme periódicamente con mi agresor, considero que perdí mi vida, mi rutina, mi cuidado. Eso me tiene hospitalizada y mi hijo, que es lo que más amo, sufre y teme aún más en mi ausencia”. Estas son las palabras de Mila, una docente universitaria, vecina de Engativá, quien actualmente se encuentra cursando un doctorado en educación. Sin embargo, su vida está amenazada por las violencia física y psicológica que ha ejercido su expareja. Hoy, Mila se encuentra en riesgo de ser víctima de feminicidio.
Por Sara Caicedo
Periodista de la universidad Politécnico Grancolombiano. Escribe para El Espectador sobre planeación, hábitat, comercio informal, espacio púbico, desarrollo económico, hacienda y ambiente.@sara_caicedoscaicedo@elespectador.com
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