Los problemas más recurrentes en conjuntos residenciales durante navidad
Con la llegada del fin de año, algunos problemas de convivencia en propiedades horizontales se acentúan. Una encuesta elaborada por el portal especializado, Properix, da cuenta de las disputas entre habitantes de conjuntos residenciales durante navidad.
El 7 de velitas da comienzo oficialmente a la temporada de navidad en Bogotá. Por tradición, como sucede en casi todos los rincones de Colombia, en esta celebración suelen utilizarse grandes cantidades de pólvora, seguido de un número considerable de equipos y parlantes a alto volumen, con los cuales se ameniza la celebración.
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El 7 de velitas da comienzo oficialmente a la temporada de navidad en Bogotá. Por tradición, como sucede en casi todos los rincones de Colombia, en esta celebración suelen utilizarse grandes cantidades de pólvora, seguido de un número considerable de equipos y parlantes a alto volumen, con los cuales se ameniza la celebración.
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Antaño, cuando los barrios de las ciudades más grandes del país, sobre todo de Bogotá, estaban compuestos de barrios enteros conformados por cuadras estrechas y grandes casas residenciales, este tipo de agasajos navideños solían ser la costumbre y no incomodar a nadie. Sin embargo, sobre todo en las últimas décadas, la lógica residencial ha cambiado. En ciudades como Bogotá, más del 60 % de las viviendas están en propiedades horizontales, en donde las dinámicas de convivencia cambian, los estruendos con los cuales se solía a recibir diciembre, adquieren otro tipo de connotación.
La cantidad de viviendas en espacios cada vez más reducidos, aunada a la baja calidad de insonorización de algunos apartamentos en propiedad horizontal, hacen que el problema del ruido, sobre todo en una época de estruendos y júbilo como diciembre, se conviertan en un detonante principal de los problemas de convivencia en este tipo de recintos habitacionales.
Así lo documentó la firma especializada en propiedad horizontal, Properix, a través de una encuesta aplicada a un centenar de residentes de conjuntos residenciales en Bogotá. El objetivo del sondeo es el de establecer cuáles son las principales inquietudes de los habitantes de propiedad horizontal durante la época de fin de año y vacaciones con el fin de dar herramientas de evidencia a los administradores de conjunto y dirimir, de una forma más efectiva, las problemáticas halladas.
En ese orden de ideas, de acuerdo con la encuesta, el 41 % de los residentes de conjuntos se muestran molestos y preocupados por las celebraciones ruidosas de sus vecinos. Sobre todo en diciembre, cuando se llevan a cabo fiestas de manera más recurrente. Con las fiestas, así mismo, llegan los invitados, y la presencia de personas ajenas al conjunto en sus instalaciones.
De ahí, que el segundo motivo de fricciones en la convivencia de los conjuntos sea la llegada descontrolada de visitantes; el 28 % de los encuestados los señaló como un problema. La fricción en propiedades horizontales, según indican administradores y expertos consultados por este diario, no tienen ni deben, necesariamente, que escalar y convertirse en problemas de convivencia a mayor escala. De hecho, señalan que este tipo de tendencia habitacional, en los últimos años, ha contribuido a un manejo más eficiente de las disputas y a una reducción de las riñas en este tipo de espacios. Sin embargo, todo depende de la gestión que se haga por parte de los administradores, y de la comunicación que haya entre los propietarios.
Comunicación y normas claras
Edilberto Gonzales ha sido administrador de propiedad horizontal durante los últimos 14 años. Actualmente, tiene a su cargo cuatro conjuntos residenciales, tres ubicados en Bosa y uno ubicado en Suba, el sector de la Campiña. Aunque las variables sociodemográficas de los conjuntos implican un relacionamiento diferencial con los propietarios, González señala que los problemas de convivencia, sobre la marcha, son básicamente los mismos.
“El 7 de diciembre de este año, por ejemplo, tuve que intervenir en una discusión entre vecinos porque en uno de los conjuntos, uno de los propietarios, que además era arrendatario, le dio por encender voladores en pleno parqueadero de la propiedad. Uno de los dueños de los carros parqueaderos, y que estaba cerca del suceso, me llamó enfurecido a las 12:00 P.M. y hasta la policía llegó. Al siguiente, además de la multa, tuve que hablar con el inquilino y el propietario del apartamento, para explicarles que el uso de pólvora en las viviendas y zonas comunes está prohibido. Parece lógico, pero este tipo de informaciones, son desconocidas por la mayoría de residentes”, cuenta el administrador.
En efecto, el primer detonante de fricciones en la convivencia, es la ausencia de canales de comunicaciones efectivos sobre las normas para el buen vivir y compartir. De acuerdo con Daniel Laverde, gerente comercial de Properix “La encuesta resalta la importancia de abordar las preocupaciones de los residentes con acciones preventivas y efectivas. Las administraciones tienen la oportunidad de reforzar la seguridad, fomentar la organización y optimizar la comunicación para garantizar que las festividades se vivan en un ambiente tranquilo y seguro para todos”.
Si bien, el desconocimiento de la norma no inhibe de su cumplimiento, Daniel Bernal, abogado experto en propiedad horizontal, explica que, en algunas oportunidades, ha manejado casos en los cuales los inquilinos de una vivienda suelen violar las normas de los conjuntos y los propietarios deben pagar las multas. “Cuando elaboro contratos de arrendamiento, siempre aconsejo a los clientes establecer cláusulas en las que se deje claro quién responde por las multas y, sobre todo, que es de obligatoria condición para tomar el inmueble en arriendo, conocer las normas del manual de convivencia de la propiedad”.
Por lo tanto, durante una época como la de fin de año, en la cual los límites de la cotidianidad se transgreden, y suelen presentarse episodios de bullicio poco habituales, el primer paso para evitar confrontaciones es el de conocer las normas de cada conjunto residencial. Pero los canales de diálogo, para solucionar los inconvenientes, también son clave. “Cuando hablamos de una propiedad horizontal, hablamos de una especie de territorio cerrado en el cual hay unas normas diferentes a las que regulan la ciudad por fuera de la reja. Entonces, cuando ocurre una disputa, el propietario o inquilino, debe saber que el respeto y el diálogo son imprescindibles para solucionar cualquier tipo de inconveniente. En esto la seguridad privada es clave, pero también el comité de convivencia de los conjuntos”, señala el administrador de propiedad horizontal consultado por este diario.
La intervención de la policía, para solucionar disputas, debe ser la última alternativa en esta clase de casos. Por lo cual, acota González, la administración de una propiedad horizontal debe tener claro los mecanismos de conciliación legales existentes, así como espacios de diálogo, paralelos a las asambleas, en donde se puedan dirimir y dialogar esta clase de conflictos.
Herramientas tecnológicas
“La tecnología ofrece herramientas innovadoras que facilitan la comunicación efectiva en los conjuntos residenciales, permitiendo una conexión instantánea y una gestión más eficiente de las necesidades comunitarias”, concluyó Laverde.
De esta manera, las administraciones tienen la oportunidad de reforzar la seguridad, fomentar la organización y optimizar la comunicación para garantizar que las festividades se vivan en un ambiente tranquilo y seguro para todos.
Hoy en día, diferentes empresas del sector, tienen a disposición un surtido variado de soluciones tecnológicas para facilitar la administración de propiedades horizontales. Aunque la mayoría de la demanda de este tipo de herramientas se concentra en la citofonía, existen otro tipo de elementos, como receptores de PQRS y buzones de quejas, con los cuales es posible que el residente emita sus preocupaciones y estas lleguen al administrador, sin necesidad de que el mismo se encuentre en el conjunto. Este tipo de soluciones, además hacer más fluida la comunicación, le permiten, tanto a los habitantes del conjunto como a los administradores, estar enterados de las novedades, en materia de convivencia, e incluso de áreas comunes, para luego plantear soluciones más rápidas y efectivas.
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