Estos son los proyectos que se impulsarían en la nueva Región Metropolitana
Ante la decisión de la Asamblea Departamental de integrar a Bogotá al nuevo modelo de asociatividad regional, ahora queda la pregunta sobre ¿Cuáles serán los proyectos que materializará esta asociatividad?
Fernan Fortich
Mientras en Bogotá la autorización para sumarse al proyecto de la Región Metropolitana (RM) permanece en vilo, en Cundinamarca los vientos políticos le dieron un nuevo empujón al proyecto. El pasado 31 de mayo, la Asamblea Departamental aprobó, casi por unanimidad (solo un voto en contra), la entrada del departamento al nuevo modelo de asociatividad regional.
Con esta decisión se da un nuevo paso hacia el proyecto, que promete dar soluciones a los problemas a los 11 millones de personas que viven en la región, a través de una mayor armonía entre las políticas públicas de la capital y los municipios cundinamarqueses, que decidan sumarse al proyecto.
Sin embargo, aún hay que esperar. Esto debido a que el actor más importante en la Región Metropolitana, Bogotá, todavía no ha decidido si entra o no a la asociación. Esto, luego de que el Distrito retirará el Proyecto de Acuerdo, que había radicado en el Concejo, pidiendo autorización para el ingreso de la capital. La razón: la falta de garantías, ante la presentación de recusaciones contra concejales, lo que se volvió un obstáculo en las discusiones de la corporación.
En contexto: Los peros en el Concejo a la Ciudad Región
Aun así, la Región Metropolitana parece avanzar e interesar en Cundinamarca, donde ahora vendrá una campaña de socialización en los municipios del departamento, para que estos se adhieran. De esta manera, cabe preguntarse: ¿Qué se propone en la Región Metropolitana?, y más aún, ¿Cuáles serán los proyectos que materializará esta asociatividad?
¿Cómo funcionará la Región Metropolitana?
Si es aprobada por el Concejo de Bogotá, la Región Metropolitana será única en el país. El modo de asociación se aleja del estándar de otras áreas, que solo reúnen centros urbanos. El de la capital integra zonas rurales, por lo que su ambición es mayor. Y en esta oportunidad lo refleja. Contrario a lo que ocurrió en el pasado, que fracasó por animadversiones políticas, esta vez la bancada de Bogotá en el Congreso se unió y en dos años tramitó el proyecto de ley, la reforma a la Constitución y la ley orgánica que la reglamenta.
En ese sentido, sus ambiciones son grandes, pero están limitadas a siete aspectos claves: movilidad, seguridad ciudadana, ambiente, desarrollo económico, seguridad alimentaria, ordenamiento territorial y servicios públicos.
Por su parte, a diferencia de las áreas metropolitanas, este modelo de asociación tendrá una asignación presupuestal, que es designada por la nación, de $75.000 millones al año, a partir de 2023 (si el proyecto prospera). En ese sentido, el órgano central del proyecto será el Consejo Regional, que tomará las decisiones y que estará conformado por el alcalde de Bogotá, el gobernador de Cundinamarca, los alcaldes de municipios que decidan unirse, un delegado del Gobierno (con voz, pero sin voto) y un representante del Comité Intergremial Bogotá-Cundinamarca.
De esta manera, los miembros propondrán lo que se denomina “hechos metropolitanos” que son básicamente proyectos que involucren a dos o más municipios de la región, y que, de ser aprobado, se iniciará la gestión para planificarlo y materializarlo.
Aumentar la conectividad para crear un nodo económico
En promedio, ente Bogotá y Cundinamarca se realizan 2,6 millones viajes diarios. El tiempo que toma hacer estos trayectos (en los cálculos más conservadores) son en promedio de 1 horas y 42 minutos. De esta manera, en la jerarquía de las prioridades de la RM está resolver el dolor de cabeza que es entrar y salir de la capital del país hacia los municipios aledaños.
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Para esto, las apuestas parecen centrarse en una nueva autoridad regional de transporte e integrar los sistemas de transporte públicos de Bogotá y de Cundinamarca para lograr mejores tiempos y mejores tarifas. “El trabajo conjunto desde la Región Metropolitana, a través del Regiotram, se busca conectar a los municipios de Zipaquirá, Cajicá y Chía con Bogotá, en un modelo de integración regional” indicó Patricia González Ávila, secretaria de Integración Regional de Cundinamarca a El Espectador.
La movilidad no afecta solo los tiempos de desplazamiento, sino también el desarrollo económico actual. En la Región Bogotá - Cundinamarca se produce cerca del 30% del PIB nacional, es decir, uno de cada tres pesos que generan en Colombia. En la región, por el estado de las vías e ineficiencias logísticas, se pierden cerca $16 billones. De esta manera, se buscará mejorar la conectividad para el ingreso y salida de alimentos y mercancías por la calle 13, por la 80 y por la Autopista Norte.
Seguridad regional
Los problemas de seguridad en Bogotá y Cundinamarca han sido por mucho tiempo comunes. Tanto por bandas criminales que operan o se esconden en los municipios aledaños a la capital, como aquellos que aprovechan las fronteras de los municipios para burlar a la justicia.
En ese sentido, la Región Metropolitana busca la creación de la Policía Metropolitana de la Sabana, que tendrá jurisdicción en toda la región, y que tendrá un aumento del 68% del pie de fuerza a partir del comando intermunicipal que ya existe.
“Ya avanzamos en la creación del comando Región Sabana, que tiene más de 900 agentes. Y esperamos con esta región pueda obtener un plan articulado de seguridad y de equipamiento que va a ser que frontera entre Bogotá desde más municipios que comparten las mismas dinámicas como Funza y Mosquera”, aseguró Felipe Ramírez, secretario de Gobierno de Bogotá.
Servicios públicos y medioambiente
Hoy, con el crecimiento de la sabana, Bogotá se extiende, de facto, fuera de sus límites. A la ciudad vienen miles de personas a trabajar, pero viven por fuera y comparten recursos naturales, como el agua, de la cual el 80 % que consume la región brota en Cundinamarca (del páramo de Chingaza, en Fómeque), pero la trata y la comercializa Bogotá.
Sin embargo, debido a esta relación en los acueductos municipales del departamento aún hay trabajo que hacer en los estándares de calidad de manejo de agua, así el desperdicio de la misma. Esto es vital para asegurar el abastecimiento de los recursos naturales en el largo plazo.
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“La idea es mejorar los estándares de prestación de las empresas de servicios públicos y, frente al tema de donde sale el agua, pues la región debe hacer un plan de gestión hídrica con enfoque regional, esto es como planeamos. Vamos a reconocer también que municipios son fuente de agua para la región, y que prestan servicios ecosistémicos de suministro de agua y también de garantía de sostenibilidad para que sean recompensados”, Patricia González Ávila, secretaria de Integración Regional de Cundinamarca a El Espectador.
Por su parte, también se desarrollará un plan de acción climática para coordinar como la región va a enfrentarlos desafíos del cambio climático, además también se tendrá un plan de mejoramiento de la calidad del aire y de la gestión de los residuos sólidos. Además, se estructurará una Estructura Ecología Principal (EEP) que será manejada en articulación con las corporaciones regionales para la gestión ambiental.
Lo que viene
De acuerdo con varios diputados del departamento, que discutieron la decisión en 11 sesiones, lo que viene ahora es la socialización del proyecto, mientras se espera la entrada de la capital, sin la cual el proyecto quedaría inútil.
“Hay un reto enorme de motivar al Concejo de Bogotá, para que en esta discusión de la iniciativa (que como indicó la alcaldesa volverá a presentar en un par de meses) haya un espacio para tener esa profundización con los concejales, de cara a este debate tan fundamental para la ciudad. La región se configura si Bogotá es autorizada para ingresar, y a partir de allí corresponde un esfuerzo enorme de socializar con los municipios interesados en vincularse”, analiza María Carolina Castillo, directora de Probogotá.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
Mientras en Bogotá la autorización para sumarse al proyecto de la Región Metropolitana (RM) permanece en vilo, en Cundinamarca los vientos políticos le dieron un nuevo empujón al proyecto. El pasado 31 de mayo, la Asamblea Departamental aprobó, casi por unanimidad (solo un voto en contra), la entrada del departamento al nuevo modelo de asociatividad regional.
Con esta decisión se da un nuevo paso hacia el proyecto, que promete dar soluciones a los problemas a los 11 millones de personas que viven en la región, a través de una mayor armonía entre las políticas públicas de la capital y los municipios cundinamarqueses, que decidan sumarse al proyecto.
Sin embargo, aún hay que esperar. Esto debido a que el actor más importante en la Región Metropolitana, Bogotá, todavía no ha decidido si entra o no a la asociación. Esto, luego de que el Distrito retirará el Proyecto de Acuerdo, que había radicado en el Concejo, pidiendo autorización para el ingreso de la capital. La razón: la falta de garantías, ante la presentación de recusaciones contra concejales, lo que se volvió un obstáculo en las discusiones de la corporación.
En contexto: Los peros en el Concejo a la Ciudad Región
Aun así, la Región Metropolitana parece avanzar e interesar en Cundinamarca, donde ahora vendrá una campaña de socialización en los municipios del departamento, para que estos se adhieran. De esta manera, cabe preguntarse: ¿Qué se propone en la Región Metropolitana?, y más aún, ¿Cuáles serán los proyectos que materializará esta asociatividad?
¿Cómo funcionará la Región Metropolitana?
Si es aprobada por el Concejo de Bogotá, la Región Metropolitana será única en el país. El modo de asociación se aleja del estándar de otras áreas, que solo reúnen centros urbanos. El de la capital integra zonas rurales, por lo que su ambición es mayor. Y en esta oportunidad lo refleja. Contrario a lo que ocurrió en el pasado, que fracasó por animadversiones políticas, esta vez la bancada de Bogotá en el Congreso se unió y en dos años tramitó el proyecto de ley, la reforma a la Constitución y la ley orgánica que la reglamenta.
En ese sentido, sus ambiciones son grandes, pero están limitadas a siete aspectos claves: movilidad, seguridad ciudadana, ambiente, desarrollo económico, seguridad alimentaria, ordenamiento territorial y servicios públicos.
Por su parte, a diferencia de las áreas metropolitanas, este modelo de asociación tendrá una asignación presupuestal, que es designada por la nación, de $75.000 millones al año, a partir de 2023 (si el proyecto prospera). En ese sentido, el órgano central del proyecto será el Consejo Regional, que tomará las decisiones y que estará conformado por el alcalde de Bogotá, el gobernador de Cundinamarca, los alcaldes de municipios que decidan unirse, un delegado del Gobierno (con voz, pero sin voto) y un representante del Comité Intergremial Bogotá-Cundinamarca.
De esta manera, los miembros propondrán lo que se denomina “hechos metropolitanos” que son básicamente proyectos que involucren a dos o más municipios de la región, y que, de ser aprobado, se iniciará la gestión para planificarlo y materializarlo.
Aumentar la conectividad para crear un nodo económico
En promedio, ente Bogotá y Cundinamarca se realizan 2,6 millones viajes diarios. El tiempo que toma hacer estos trayectos (en los cálculos más conservadores) son en promedio de 1 horas y 42 minutos. De esta manera, en la jerarquía de las prioridades de la RM está resolver el dolor de cabeza que es entrar y salir de la capital del país hacia los municipios aledaños.
Podría interesarle: Proyecto de Región Metropolitana: “Tenemos el brazo, pero no las neuronas”
Para esto, las apuestas parecen centrarse en una nueva autoridad regional de transporte e integrar los sistemas de transporte públicos de Bogotá y de Cundinamarca para lograr mejores tiempos y mejores tarifas. “El trabajo conjunto desde la Región Metropolitana, a través del Regiotram, se busca conectar a los municipios de Zipaquirá, Cajicá y Chía con Bogotá, en un modelo de integración regional” indicó Patricia González Ávila, secretaria de Integración Regional de Cundinamarca a El Espectador.
La movilidad no afecta solo los tiempos de desplazamiento, sino también el desarrollo económico actual. En la Región Bogotá - Cundinamarca se produce cerca del 30% del PIB nacional, es decir, uno de cada tres pesos que generan en Colombia. En la región, por el estado de las vías e ineficiencias logísticas, se pierden cerca $16 billones. De esta manera, se buscará mejorar la conectividad para el ingreso y salida de alimentos y mercancías por la calle 13, por la 80 y por la Autopista Norte.
Seguridad regional
Los problemas de seguridad en Bogotá y Cundinamarca han sido por mucho tiempo comunes. Tanto por bandas criminales que operan o se esconden en los municipios aledaños a la capital, como aquellos que aprovechan las fronteras de los municipios para burlar a la justicia.
En ese sentido, la Región Metropolitana busca la creación de la Policía Metropolitana de la Sabana, que tendrá jurisdicción en toda la región, y que tendrá un aumento del 68% del pie de fuerza a partir del comando intermunicipal que ya existe.
“Ya avanzamos en la creación del comando Región Sabana, que tiene más de 900 agentes. Y esperamos con esta región pueda obtener un plan articulado de seguridad y de equipamiento que va a ser que frontera entre Bogotá desde más municipios que comparten las mismas dinámicas como Funza y Mosquera”, aseguró Felipe Ramírez, secretario de Gobierno de Bogotá.
Servicios públicos y medioambiente
Hoy, con el crecimiento de la sabana, Bogotá se extiende, de facto, fuera de sus límites. A la ciudad vienen miles de personas a trabajar, pero viven por fuera y comparten recursos naturales, como el agua, de la cual el 80 % que consume la región brota en Cundinamarca (del páramo de Chingaza, en Fómeque), pero la trata y la comercializa Bogotá.
Sin embargo, debido a esta relación en los acueductos municipales del departamento aún hay trabajo que hacer en los estándares de calidad de manejo de agua, así el desperdicio de la misma. Esto es vital para asegurar el abastecimiento de los recursos naturales en el largo plazo.
Podría interesarle: “El delincuente le perdió miedo a la justicia, porque sabe que nada pasa”: general Camacho
“La idea es mejorar los estándares de prestación de las empresas de servicios públicos y, frente al tema de donde sale el agua, pues la región debe hacer un plan de gestión hídrica con enfoque regional, esto es como planeamos. Vamos a reconocer también que municipios son fuente de agua para la región, y que prestan servicios ecosistémicos de suministro de agua y también de garantía de sostenibilidad para que sean recompensados”, Patricia González Ávila, secretaria de Integración Regional de Cundinamarca a El Espectador.
Por su parte, también se desarrollará un plan de acción climática para coordinar como la región va a enfrentarlos desafíos del cambio climático, además también se tendrá un plan de mejoramiento de la calidad del aire y de la gestión de los residuos sólidos. Además, se estructurará una Estructura Ecología Principal (EEP) que será manejada en articulación con las corporaciones regionales para la gestión ambiental.
Lo que viene
De acuerdo con varios diputados del departamento, que discutieron la decisión en 11 sesiones, lo que viene ahora es la socialización del proyecto, mientras se espera la entrada de la capital, sin la cual el proyecto quedaría inútil.
“Hay un reto enorme de motivar al Concejo de Bogotá, para que en esta discusión de la iniciativa (que como indicó la alcaldesa volverá a presentar en un par de meses) haya un espacio para tener esa profundización con los concejales, de cara a este debate tan fundamental para la ciudad. La región se configura si Bogotá es autorizada para ingresar, y a partir de allí corresponde un esfuerzo enorme de socializar con los municipios interesados en vincularse”, analiza María Carolina Castillo, directora de Probogotá.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.