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Colombia Quintana de Montoya, de 85 años, permanece hospitalizada en la clínica Santa Fe luego de que una estructura navideña, parte del montaje que el Centro Comercial San Rafael realiza para la temporada de fin de año, le cayera encima. Su familia denuncia fallas en los protocolos tanto de operación como de emergencias del centro comercial. El hijo de la mujer le contó a El Espectador los pormenores de la situación.
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“El accidente sucedió el miércoles 22 de noviembre en las afueras del centro comercial San Rafael, en Suba. Mi mamá iba para el centro comercial a realizar unas diligencias y cuando estaba próxima a ingresar por la puerta principal, sucedió el accidente. Resulta que, en ese momento, justo en la entrada, estaban instalando unas estructuras metálicas navideñas. Dicha instalación no tenía las más mínimas condiciones de seguridad, no había señalización ni algo que asegurara el montaje, las estructuras apenas estaban sostenidas con una soga”, le contó a El Espectador, Ricardo Montoya, hijo de la mujer.
Cuando ella iba pasando, las estructuras (unos arcos metálicos adornados con guirnaldas) cedieron y le cayeron encima: “A las 12:51 p.m. pasó el accidente. Los arcos, que estaban formando un camino de ingreso al centro comercial, como no tenían soportes ni medidas de seguridad que evitaran un accidente, cuando mi mamá iba pasando, dos de esas estructuras cedieron y se le vinieron encima. Los otros arcos también cayeron, haciendo un efecto dominó”, señaló Montoya.
A raíz del fuerte golpe, la mujer quedó inconsciente. Dice su familia que los celadores del lugar solamente notificaron la emergencia a través del radio y no se acercaron para verificar el estado de la mujer. Varios transeúntes que iban pasando y atestiguaron el momento, fueron los que le quitaron la pesada estructura de encima a la mujer.
“Pasados unos 10 minutos del accidente, una enfermera se hizo presente con otras personas que traían una camilla. El supuesto equipo de atención de emergencias no sabía ni siquiera cómo manejar la camilla, razón por la cual mi mamá fue trasladada a la enfermería en una silla de ruedas. Todo esto me lo contaron testigos, y tengo fotos y videos que dan fe de ello”, señaló el hijo de la mujer accidentada.
El equipo del Centro Comercial solicitó los servicios de la empresa de atención médica domiciliaria Emermédica para que atendieran a la mujer. En efecto, cuando los familiares de la adulta mayor llegaron, se encontraron con profesionales de la salud que la estaban atendiendo. “El problema llegó cuando nos negaron el traslado a la clínica Santa Fe, que es donde ella tiene la historia clínica. Con el argumento de que no los autorizaban, nos negaron el traslado, ¿estamos regresando al carrusel de la muerte donde solamente llevan los pacientes a los centros médicos que les parece a quienes atienden emergencias?”, se pregunta el indignado hombre.
Finalmente, la señora Colombia Quintana fue trasladada a la Clínica Santa Fe, en donde permanece hospitalizada desde el día del accidente bajo pronóstico reservado. En su cuadro clínico figuran contusiones en todo el cuerpo, especialmente en la cabeza, las cuales le han causado una disminución en la saturación de sus pulmones y problemas relacionados con el habla y las habilidades motrices.
¿Qué dice el centro comercial?
La tarde del accidente, el centro comercial se comunicó con la familia Montoya Quintana para asumir la responsabilidad del accidente. “Nosotros no estamos evadiendo la responsabilidad, y tampoco la está evadiendo el contratista”, les aseguró Ana María Rodríguez, vocera del centro comercial, a la familia a través de un audio conocido por El Espectador. La vocera aseguró, además, que estaba esperando la respuesta de la aseguradora para cubrir los gastos requeridos en la atención médica.
De acuerdo con la familia de la afectada, esa misma noche los llamaron del centro comercial para informarles que la paciente debía ser trasladada a su EPS debido a que la aseguradora no pagaría tratamientos particulares. “Con el estado de salud actual de ella, un traslado puede ocasionar daños irreparables, e incluso la muerte. El problema acá es que la EPS (Compensar) no autoriza una pieza para hospitalizarla y si queremos que se quede, hay que pagar el servicio particular, el cual debe ser cancelado por el centro comercial, o por el contratista, es lo mínimo. Pero lamentablemente lo que nos dijeron es que paguemos nosotros y ellos después nos dan la plata, que son más de 7 millones de pesos, ¡es el colmo!”, puntualizó Ricardo Montoya.
El Espectador intentó comunicarse con el centro comercial San Rafael, pero no obtuvo respuesta.
Ante estos hechos, la familia anunció que tomarán medidas legales en contra del contratista y del centro comercial.
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