Estudiantes pasaron más de un mes atrapados en rutas escolares en 2024
Un estudio de OnTrack School comparó los tiempos de viaje en rutas escolares, hallando un aumento de más de 33 minutos debido al tráfico. ¿Afecta esto su desempeño? ¿Cómo mejorar estos tiempos?
Juan Camilo Parra
Los bogotanos pierden en promedio cada año 132 horas en trancones, razón por la cual un sondeo del Financial Times la ubicó como la ciudad más congestionada del mundo en 2023 (en 2021 ocupó el cuarto lugar). En esta misma línea, un estudio de la organización OnTrack, que lleva 10 años monitoreando el recorrido en los colegios privados, halló que más de 150.000 estudiantes duraron este año hasta 32 días en un vehículo escolar.
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Los bogotanos pierden en promedio cada año 132 horas en trancones, razón por la cual un sondeo del Financial Times la ubicó como la ciudad más congestionada del mundo en 2023 (en 2021 ocupó el cuarto lugar). En esta misma línea, un estudio de la organización OnTrack, que lleva 10 años monitoreando el recorrido en los colegios privados, halló que más de 150.000 estudiantes duraron este año hasta 32 días en un vehículo escolar.
Desde hace 10 años, Arturo Henao Chaparro, el bogotano fundador de OnTrack, ofrece facilidades tecnológicas a colegios de Suba, Usaquén, Chapinero y el vecino municipio de Chía para optimizar las rutas escolares. El punto de partida para analizar los datos de los últimos años fueron los acontecimientos del 6 de noviembre, cuando se inundó la autopista Norte, lo que provocó que niños y niñas pasaran hasta nueve horas atrapados en los trancones.
“Cuando arrancamos, 10 años atrás, el objetivo principal era optimizar los tiempos de espera y trayectos de las rutas a través de una aplicación a la que tienen acceso los padres y monitoras. En el 2024, nosotros empezamos a sentir que la problemática cada vez está un poco peor y el evento del 6 de noviembre, nos motivó a revisar los datos detalladamente”, señaló a El Espectador.
Entre las conclusiones, resalta que entre 2018 y 2024, los tiempos promedio de las rutas escolares han aumentado un 26 %, pasando de 1 hora y 54 minutos (114 minutos) a 2 horas y 24 minutos (144 minutos).
¿Qué encontraron?
De los 4.500 vehículos registrados en la app de monitoreo de OnTrack 3.000 están en Bogotá y movilizan a diario a 150.000 alumnos. “El estudio analiza la movilidad escolar en Bogotá y su impacto en el bienestar de los estudiantes y familias, destacando los desafíos de los trayectos prolongados. Este contexto refleja un problema estructural que también afecta profundamente a las rutas escolares”, indicó a este diario Henao.
Sobre los recorridos en la mañana, se encontró que el 63 % de las rutas tienen una duración entre una hora y hora y 41 minutos, por trayecto. “Este incremento en los tiempos de trayecto no es un dato aislado, sino un indicador preocupante de la tendencia al alza en la complejidad del tráfico urbano. Si bien en 2018 los tiempos ya eran prolongados, el aumento constante en los últimos años subraya la urgencia de implementar estrategias para optimizar las rutas escolares”, añade el estudio.
Y es que revisando las últimas tres encuestas de movilidad (2011, 2019 y 2023), Bogotá Región presenta tres picos de demanda máxima de vehículos y el más crítico coincide con la mayoría de horarios de las rutas escolares a.m: es el intervalo de 6:15 a.m. y 7:15 a.m.
En cuanto a la tarde, el 38,3 % de las rutas p.m., tienen duraciones de una hora y 1 hora y 10 minutos. Otro 30,6 % se encuentran en el rango de 1 hora y 10 minutos a 1 hora y 20 minutos. Cerca del 15,5 % supera las 2 horas, lo evidencia que hay un grupo significativo de rutas con tiempos prolongados que requieren atención prioritaria. Por otro lado, hacia los colegios ubicados en los municipios aledaños como Chía, los estudiantes pueden pasar más de 3 horas diarias en rutas escolares.
“Esto resalta la importancia de repensar los horarios de entrada para aliviar la carga de tiempo en las rutas escolares y disminuir el impacto negativo tanto en estudiantes como en sus familias. Una revisión de estos horarios podría no solo mejorar los trayectos, sino también beneficiar la calidad del sueño y el rendimiento académico de los estudiantes, al reducir el tiempo que pasan atrapados en el tráfico”, añadió.
Datos de la última encuesta de movilidad resaltan que localidades como Suba presenta un alto índice de desplazamientos internos, con más del 50 % de los viajes totales. Este comportamiento fue relevante para la realización del estudio en colegios ubicados en Suba, Usaquén y Chía, ya que estas dos localidades y el municipio, concentran no solo gran parte de los viajes educativos, sino también importantes flujos laborales y residenciales. Por ejemplo, si vemos la concentración de empleos locales en Suba, este supera el 38 % lo que podría influir negativamente en los patrones de tráfico y en la duración de los trayectos escolares.
Expertos concuerdan en que los desplazamientos extensos mantienen a los estudiantes en posición sedentaria y pueden contribuir a una disminución en su rendimiento académico. Este hábito prolongado puede contribuir a problemas posturales y musculoesqueléticos en niños en desarrollo, además de aumentar el riesgo de obesidad debido a la reducción del tiempo para realizar actividad física. Inciden otros factores como el ruido constante, la congestión vehicular y la duración del trayecto pueden generar ansiedad y malestar, afectando su estado de ánimo y capacidad para disfrutar del tiempo libre.
Adicional, en entrevistas realizadas a los padres de familia, se dieron cuenta de que algunos niños llegan a mostrar una fuerte resistencia o incluso un deseo de no asistir al colegio. En ocasiones, piden a sus padres que los lleven y recojan personalmente para evitar la incomodidad de estar atrapados en el tráfico. Otro aspecto destacado por los padres entrevistados es el impacto de las rutas prolongadas en la disposición emocional y física de los niños. “Este es un llamado a la acción para repensar el sistema de movilidad en Bogotá, garantizando que los estudiantes puedan disfrutar de una infancia saludable y que las familias recuperen un tiempo invaluable para dedicarlo a lo que realmente importa: vivir con calidad”.
¿Cómo reducir los tiempos?
Bogotá tiene, desde 2016, un carril exclusivo para rutas escolares, que funciona en la Autopista Norte, desde la calle 167 hasta la calle 235, entre las 6:00 a.m. y las 8:30 a.m. de lunes a viernes. Esta medida se pensó para beneficiar a más de 100.000 estudiantes de más de 2.400 rutas que utilizan este corredor vial para llegar a sus colegios y jardines. Particularmente, en el tramo de la calle 167 hasta la 235 con Autopista Norte, el cual para los inicios del corredor, registró una mejora del 30 % en la velocidad promedio, gracias a la intervención de la Secretaría de Movilidad, que es de 7.1 Km. Pero los tiempos, según el estudio de OnTrack, empeoraron radicalmente en los últimos años.
Expertos coinciden, así como lo demuestran los datos de la organización, en que el corredor exclusivo, no ha sido provechoso para reducir el tiempo en las rutas. Darío Hidalgo, profesor de transporte de la U. Javeriana, analiza el panorama: “el problema estructural está en la ubicación. Muchos de estos colegios privados que cuentan una de las mejores calificaciones quedan en zonas alejadas al sitio de vivienda. Esto, en medio de un tráfico que tiene cada vez más dificultades, hace que los niños y niñas tarden más en sus trayectos de ida a las instituciones y de vuelta a sus casas”, dijo a este diario.
Roberto Betancourt, profesor de tránsito y transporte de la Universidad Ecci, piensa que la infraestructura en el Suba es insuficiente para la demanda de vehículos en horas pico. “Existe una dependencia de corredores congestionados, sobre todo hacia la salida a Chía. Se requieren ampliaciones en infraestructura claves en los accesos norte y replantear los horarios escalonados en colegios”, dijo a este diario.
“A mediano y largo plazo es fundamental, la construcción de nuevos accesos a la ciudad es urgente. Las demoras en la Autonorte son graves para esta población, así como el futuro de la calle 80, calle 63, y la exención a Funza es valioso en el marco de desplazamiento de los niños y niñas. Una alternativa fuera de la caja es el “tele estudio” aspecto con retos porque muchos niños y niñas no tienen cuidador en el hogar, lo que dificulta estudiar a distancia al menos un día a la semana. También se pueden considerar rutas de bicicleta, ir al colegio en bici y sacarlos del trancón y fomentar la actividad física, para los más grandes”, añadió Hidalgo.
La movilidad escolar es un aspecto fundamental para la vida temprana de los estudiantes. De acuerdo con los datos encontrados por OnTrack, si las condiciones persisten en los siguientes seis años, para 2030 se estima que el tiempo de recorrido podría llegar a 190 minutos, lo que significa un incremento de casi el doble en tan solo 12 años y con los 1.196 frentes de obra activos y que podrán ser más de 1.500 en 2025, la movilidad de los estudiantes cobrará cada vez más relevancia.
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