ETB: mejora, pero su acción está por el suelo ¿por qué?
Si bien el tema de la venta de la empresa quedó disipado hace meses y la compañía mejora sus indicadores, la acción no repunta en 2019. Este año cayó a su mínimo histórico.
-Javier González Penagos / Twitter: @Currinche
En contraste con sus buenos resultados financieros, la cotización de la acción de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB) sigue de capa caída. Si bien a principio de año todo parecía indicar que comenzaría a repuntar —luego de que el Distrito tuviera que desistir de venderla ante un revés judicial— hoy su valor no supera los $250 y, de hecho, en marzo llegó a su mínimo histórico. ¿Por qué no logra ser atractiva para el mercado de valores?
Un primer aspecto es el balance del primer trimestre del año, que da cuenta de una empresa que aumenta sus ingresos. Según esos resultados, entre enero y marzo, la ETB ganó $1.097 millones, logró bajar sus costos 1, % (de $230.957 millones a $229.443 millones), redujo sus pasivos $107.717 millones y elevó sus ingresos un 4 % (al pasar de $353.720 millones a $368.160 millones). Ver infografía al final
>>>Lea: ETB alcanzó utilidades por $1.200 millones y sus clientes de fibra óptica crecieron 10 %
Quedó en evidencia, además, que las millonarias inversiones en fibra óptica (realizadas entre 2013 y 2015, por cerca de $2,3 billones) siguen dando réditos, pues se pasó de 338.000 clientes en diciembre de 2018 a 344.000 en el primer trimestre. No obstante, hubo bajonazos en suscriptores de televisión (-6 %), móviles pospago (-2 %) y prepago (-12,8 %).
Pese a ello, el comportamiento de la acción de la ETB es opuesto. Aunque en enero se cotizaba en $257 la acción, en apenas dos meses (el 8 de marzo) descendió a su mínimo histórico: $194, lejos de los cerca de $700 con los que comenzó a venderse en la bolsa hace 18 años. Adicionalmente, pese a que el pasado 26 de marzo se recuperó y cerró en $293, aún no supera la barrera de los $300.
La situación actual es peor de la que vivió durante los cerca de dos años que duró el litigio alrededor de la enajenación del 88,4 % de las acciones y que, según analistas, explica por qué el precio del título cayó más del 50 % entre 2017 y 2019.
>>>Lea: Venta de la ETB: un año en el limbo
Diana Barón, vicepresidenta financiera de la ETB, achaca a esa incertidumbre el crudo presente de la acción en el mercado. Si bien destaca que el balance es positivo no solo a nivel financiero, sino operativo, lamenta que el comportamiento del título no refleje la evolución de los resultados.
“Cuando se iba a privatizar la ETB, la acción alcanzó máximos históricos ($653, en febrero de 2017). Sin embargo, cuando se dificultó el proceso, la acción absorbió ese revés y empezó a descender. Eso nos lleva a pensar que el título se estaba moviendo más por las expectativas de la privatización que por los resultados en el corto plazo. Es decir, cuando desapareció la probabilidad de privatización, la acción no tuvo la expectativa de inversión de antes”, explica la funcionaria.
En ello coincide el analista Diego Franco, presidente de la organización Franco Group S. A., quien asegura que hoy se estaría hablando de un muy buen negocio para la ciudad si la ETB hubiese sido vendida a tiempo y si la banca de inversión J. P. Morgan (contratada para valorar la empresa) hubiese fijado un precio por encima de los $2,4 billones que le asignó. “La gente que le apostó a la enajenación se aburrió y vendió la acción, lo que afectó su rendimiento. Otro interrogante que se hacen en el mercado, y que sin duda afecta el valor del título, es si la ETB podrá acomodarse a la actualidad de las telecomunicaciones, recuperar terreno en los productos que maneja y eventualmente generar valor sostenido al accionista”, manifiesta.
Para el analista Camilo Silva, gerente de la firma Valora Analytics, la acción ha perdido valor porque en el mercado prima la sensación de que nadie quiere inyectar el capital que requiere la ETB: ni el Distrito (que la mira con recelo) ni un potencial privado (que no puede comprarla). “La empresa está en un sector que demanda altos niveles de inyección de capital, de inversión y de actualización de infraestructura. Al final, lo que termina requiriendo es un dueño con músculo financiero”, declara.
En esa línea, el analista financiero Juan Felipe D’luiz advierte que, aunque la empresa genera utilidades, lo cierto es que las inversiones en fibra óptica y móviles no se compadecen con los resultados previstos, lo que aumenta la resistencia de los inversionistas. “Se debe tener en cuenta, además, que al ser una compañía pública, está sujeta a cambios políticos, lo que influye en la estrategia que está ejecutando”, precisa.
Por todo esto, con miras a seguir generando ganancias, ofrecer un mejor servicio y asegurarles dividendos a los accionistas, la vicepresidenta financiera de la compañía sostiene que la estrategia hoy está orientada a retener el mayor número de clientes y seducir a potenciales usuarios gracias a las ventajas de sus servicios. “Los clientes son la variable más importante para la ETB, tanto en la actualidad como en el futuro”.
Sin embargo, para Camilo Silva las únicas alternativas que tiene la compañía, para no solo ser rentable, sino atractiva en el mercado accionario, son una decidida inyección de capital por parte del Distrito —lo que implica asumir riesgos en un mercado tan competido como el de las telecomunicaciones— o abrirse a un esquema mixto en el que tenga participación privada, una opción que —como se demostró— genera resistencia y oposición.
Desde una postura más optimista, Diego Franco manifiesta que para que la acción de la ETB se recupere y conquiste al mercado es necesario, además de dinero, tiempo para que las inversiones den resultados. “El título eventualmente puede subir, pero para que haya una recuperación amplia y sostenida —que se traduzca en una cotización de entre $500 y $600— la empresa debe mostrar más resultados y mejorar las expectativas. Cuando el público se convenza que durante varios trimestres la ETB crece, mejora suscripciones y amplía su participación de mercado, seguramente la acción pueda tener un mejor desenlace”, concluye.
A seis meses del cambio de gobierno y aún a la espera de que las inversiones den mejores resultados, será tarea de la próxima administración tomar una decisión definitiva sobre la empresa, no solo para que logre disipar las dudas alrededor de su futuro, sino para que impulse su valor accionario y permita generar mayores ganancias para la ciudad.
jgonzalez@elespectador.com
En contraste con sus buenos resultados financieros, la cotización de la acción de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB) sigue de capa caída. Si bien a principio de año todo parecía indicar que comenzaría a repuntar —luego de que el Distrito tuviera que desistir de venderla ante un revés judicial— hoy su valor no supera los $250 y, de hecho, en marzo llegó a su mínimo histórico. ¿Por qué no logra ser atractiva para el mercado de valores?
Un primer aspecto es el balance del primer trimestre del año, que da cuenta de una empresa que aumenta sus ingresos. Según esos resultados, entre enero y marzo, la ETB ganó $1.097 millones, logró bajar sus costos 1, % (de $230.957 millones a $229.443 millones), redujo sus pasivos $107.717 millones y elevó sus ingresos un 4 % (al pasar de $353.720 millones a $368.160 millones). Ver infografía al final
>>>Lea: ETB alcanzó utilidades por $1.200 millones y sus clientes de fibra óptica crecieron 10 %
Quedó en evidencia, además, que las millonarias inversiones en fibra óptica (realizadas entre 2013 y 2015, por cerca de $2,3 billones) siguen dando réditos, pues se pasó de 338.000 clientes en diciembre de 2018 a 344.000 en el primer trimestre. No obstante, hubo bajonazos en suscriptores de televisión (-6 %), móviles pospago (-2 %) y prepago (-12,8 %).
Pese a ello, el comportamiento de la acción de la ETB es opuesto. Aunque en enero se cotizaba en $257 la acción, en apenas dos meses (el 8 de marzo) descendió a su mínimo histórico: $194, lejos de los cerca de $700 con los que comenzó a venderse en la bolsa hace 18 años. Adicionalmente, pese a que el pasado 26 de marzo se recuperó y cerró en $293, aún no supera la barrera de los $300.
La situación actual es peor de la que vivió durante los cerca de dos años que duró el litigio alrededor de la enajenación del 88,4 % de las acciones y que, según analistas, explica por qué el precio del título cayó más del 50 % entre 2017 y 2019.
>>>Lea: Venta de la ETB: un año en el limbo
Diana Barón, vicepresidenta financiera de la ETB, achaca a esa incertidumbre el crudo presente de la acción en el mercado. Si bien destaca que el balance es positivo no solo a nivel financiero, sino operativo, lamenta que el comportamiento del título no refleje la evolución de los resultados.
“Cuando se iba a privatizar la ETB, la acción alcanzó máximos históricos ($653, en febrero de 2017). Sin embargo, cuando se dificultó el proceso, la acción absorbió ese revés y empezó a descender. Eso nos lleva a pensar que el título se estaba moviendo más por las expectativas de la privatización que por los resultados en el corto plazo. Es decir, cuando desapareció la probabilidad de privatización, la acción no tuvo la expectativa de inversión de antes”, explica la funcionaria.
En ello coincide el analista Diego Franco, presidente de la organización Franco Group S. A., quien asegura que hoy se estaría hablando de un muy buen negocio para la ciudad si la ETB hubiese sido vendida a tiempo y si la banca de inversión J. P. Morgan (contratada para valorar la empresa) hubiese fijado un precio por encima de los $2,4 billones que le asignó. “La gente que le apostó a la enajenación se aburrió y vendió la acción, lo que afectó su rendimiento. Otro interrogante que se hacen en el mercado, y que sin duda afecta el valor del título, es si la ETB podrá acomodarse a la actualidad de las telecomunicaciones, recuperar terreno en los productos que maneja y eventualmente generar valor sostenido al accionista”, manifiesta.
Para el analista Camilo Silva, gerente de la firma Valora Analytics, la acción ha perdido valor porque en el mercado prima la sensación de que nadie quiere inyectar el capital que requiere la ETB: ni el Distrito (que la mira con recelo) ni un potencial privado (que no puede comprarla). “La empresa está en un sector que demanda altos niveles de inyección de capital, de inversión y de actualización de infraestructura. Al final, lo que termina requiriendo es un dueño con músculo financiero”, declara.
En esa línea, el analista financiero Juan Felipe D’luiz advierte que, aunque la empresa genera utilidades, lo cierto es que las inversiones en fibra óptica y móviles no se compadecen con los resultados previstos, lo que aumenta la resistencia de los inversionistas. “Se debe tener en cuenta, además, que al ser una compañía pública, está sujeta a cambios políticos, lo que influye en la estrategia que está ejecutando”, precisa.
Por todo esto, con miras a seguir generando ganancias, ofrecer un mejor servicio y asegurarles dividendos a los accionistas, la vicepresidenta financiera de la compañía sostiene que la estrategia hoy está orientada a retener el mayor número de clientes y seducir a potenciales usuarios gracias a las ventajas de sus servicios. “Los clientes son la variable más importante para la ETB, tanto en la actualidad como en el futuro”.
Sin embargo, para Camilo Silva las únicas alternativas que tiene la compañía, para no solo ser rentable, sino atractiva en el mercado accionario, son una decidida inyección de capital por parte del Distrito —lo que implica asumir riesgos en un mercado tan competido como el de las telecomunicaciones— o abrirse a un esquema mixto en el que tenga participación privada, una opción que —como se demostró— genera resistencia y oposición.
Desde una postura más optimista, Diego Franco manifiesta que para que la acción de la ETB se recupere y conquiste al mercado es necesario, además de dinero, tiempo para que las inversiones den resultados. “El título eventualmente puede subir, pero para que haya una recuperación amplia y sostenida —que se traduzca en una cotización de entre $500 y $600— la empresa debe mostrar más resultados y mejorar las expectativas. Cuando el público se convenza que durante varios trimestres la ETB crece, mejora suscripciones y amplía su participación de mercado, seguramente la acción pueda tener un mejor desenlace”, concluye.
A seis meses del cambio de gobierno y aún a la espera de que las inversiones den mejores resultados, será tarea de la próxima administración tomar una decisión definitiva sobre la empresa, no solo para que logre disipar las dudas alrededor de su futuro, sino para que impulse su valor accionario y permita generar mayores ganancias para la ciudad.
jgonzalez@elespectador.com