Feminicidas de Ana María Castro pagarán 41 años de prisión
Dos años después de su muerte, la jueza de conocimiento emitió sentencia en contra de Paul Naranjo y Julián Ortegón, por el delito de feminicidio agravado contra Ana María Castro. Los defensores apelarán la decisión y el caso llegará al Tribunal Superior de Bogotá.
Cumplidos dos años después de su muerte, la familia de Ana María Castro hoy puede decir que se hizo justicia, al menos en primera instancia. En la mañana de este jueves, la juez 42 penal del circuito de Bogotá dio a conocer, en primera instancia, el monto de la pena que tendrán que pagar Paul Stanley Naranjo Calvo y Julián Ortegón Mosquera. Ellos, junto a Mateo Reyes, fueron las últimas personas en ver con vida a la víctima.
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Cumplidos dos años después de su muerte, la familia de Ana María Castro hoy puede decir que se hizo justicia, al menos en primera instancia. En la mañana de este jueves, la juez 42 penal del circuito de Bogotá dio a conocer, en primera instancia, el monto de la pena que tendrán que pagar Paul Stanley Naranjo Calvo y Julián Ortegón Mosquera. Ellos, junto a Mateo Reyes, fueron las últimas personas en ver con vida a la víctima.
La funcionaria judicial, luego de analizar los hechos y las pruebas, que se debatieron en juicio, les impuso una pena de 500 meses de prisión (41 años y 8 meses), al hallarlos culpables del delito de feminicidio agravado. Naranjo y Ortegón se encuentran privados de su libertad desde enero y febrero del año pasado, respectivamente. El primero se encuentra en la cárcel de Cómbita (Boyacá) y el segundo en los calabozos de la Sijín. A ambos se les responsabilizó de haber arrojado en la madrugada del 5 de marzo de 2020 a la joven de una camioneta en movimiento, en la calle 80, occidente de Bogotá. Las lesiones que sufrió le causaron la muerte.
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Desde la audiencia de sentido de fallo, que se celebró en diciembre pasado, la togada señaló que la Fiscalía presentó las pruebas suficientes para demostrar la responsabilidad de los jóvenes en el delito de feminicidio y se demostró que Naranjo y Ortegón participaron de un plan para hacerle daño a Castro Romero. Vale recordar que, según el ente acusador, ambos atentaron contra la vida de Castro debido a su condición de mujer luego de un disgusto al verla que estaba besándose con Mateo Reyes en la parte trasera de la camioneta en la que iban juntos.
Ante esto, la juez concluyó que los sentenciados participaron de plan para hacerle daño a Castro Romero y que la expulsaron de un vehículo en movimiento, argumentando que los relatos de Mateo Reyes y Daniel Vega fueron creíbles. “La violencia de género se configura al considerar (los acusados) que una mujer es un objeto que podían arrojar y el motivo fue la molestia con ella por besarse con Mateo Reyes. Este hecho es una discriminación por ese comportamiento, porque la víctima fue privada de su libertad de locomoción y comunicación, y encerrada. No tuvo a quién acudir para pedir ayuda”, manifestó la funcionaria en su decisión.
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Naranjo Calvo es fotógrafo profesional y, para la época de los hechos, sostenía una relación afectiva con Ana María Castro, aunque la mejor amiga de ella declaró en el juicio que sostenían un noviazgo incipiente que se reducía a chats y redes sociales y solo con unas pocas citas. Por su parte, Ortegón Mosquera trabajaba en un establecimiento comercial de un familiar suyo y la conoció en la fiesta de cumpleaños de un familiar político a la que ella asistió con Paul un mes antes de su muerte.
Esta condena es de primera instancia y los abogados defensores, inconformes con la decisión, anunciaron que apelarán el fallo. Según ellos, la jueza le dio credibilidad a Mateo Reyes, que entregó cuatro versiones distintas de lo que pasó y a un video que no ofrece certezas.
Aunque para la familia de Ana María Castro se hizo justicia, el proceso no ha terminado. Ahora el caso llegará al Tribunal Superior de Bogotá, donde los magistrados analizarán los argumento de los defensores para decidir si ratifica o revoca la sentencia.
¿Cómo ocurrió el feminicidio de Ana María Castro?
La muerte de Ana María Castro generó inicialmente confusión entre los familiares de la víctima y las autoridades que intentaban dilucidar lo que había ocurrido. Las versiones iniciales indican que Castro salió de su casa alrededor de las 4:30 p.m. del cuatro de marzo, diciéndole a su madre que iba a verse con Paul Naranjo, un nombre que su madre venía escuchando meses atrás.
Al encuentro, en el que estuvieron tomando bebidas alcohólicas en los bares de la zona rosa de la calle 116, asistieron varios amigos y conocidos de Ana María, como Mateo Reyes y Paula Ramírez. Según contó Paul Naranjo, durante la noche tuvo una molestia con Mateo cuando lo vio, según él, besar a la fuerza a la joven. En ese momento, Naranjo, quien pretendía a Castro, señaló sentirse “incómodo” y se retiró del bar donde se encontraban junto con Ortegón para seguir tomando en el apartamento este último.
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No obstante, cuando se preparaban para salir se percataron de que Ana María también había salido del bar en compañía de Reyes, aunque parecía querer distanciarse de él. De manera que Paul le ofreció llevarla a su apartamento al notar que estaba en estado de embriaguez, a lo cual esta aceptó, pero con la condición de llevar también a Mateo.
A partir de este punto, las versiones empezaron a enredarse. Según indicó Paul Naranjo —que era el conductor del vehículo en el que terminaron yéndose él, Julián Ortegón, Mateo Reyes y Ana María—, luego de tomar varias vías llegaron a la avenida carrera 68 con calle 80. En ese sitio, según él, miró hacia los asientos traseros y observó que Ana y Mateo estaban besándose, por lo cual decidió detener el vehículo a la altura de la carrera 69P con calle 80 y decirles que se bajaran del vehículo.
Choque de versiones sobre los hechos
Ortegón y Naranjo señalaron que los dejaron a los dos en el andén y partieron hacia el apartamento de este último. En ese sentido, los abogados que asumieron la defensa de ambos argumentaron que existía la posibilidad de que hubiese un carro fantasma que la arrollara y le causara la caída que le ocasionó los golpes que cegaron su vida.
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Por su parte, Mateo Reyes sostuvo en un principio que Paul y Ana María discutieron por la situación en la que estaban y por eso los bajaron a ambos del carro. Según dijo, los bajaron de repente, Paul arrancó muy fuerte, Ana María dio unos giros y cayó al suelo.
Este relato fue soportado por un testigo estrella de la Fiscalía: un conductor de plataformas que aseguró que vio a una mujer siendo arrojada de un vehículo sobre la vía. Sin embargo, esta información fue criticada por la defensa que señaló que esto es imposible, pues Paul y Julián estaban en los asientos delanteros y que, en ese lugar, no pudieron haber realizado esa acción con la camioneta en movimiento.
De esta manera, el caso que se demoró diez meses en llegar a los estrados, y que se convirtió en un caso mediático, llegará a una condena en primera instancia luego de dos años de los hechos. En ese sentido, la esposa de Paul Naranjo ha señalado que la decisión de la jueza al condenarlos se vio afectada por la presión mediática sobre el caso.
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