Frente de seguridad rosa: respuesta ciudadana a vacíos en atención de violencia de género
Hablamos con las líderes de la iniciativa vecinal del sector de Salitre oriental, en la localidad de Teusaquillo, que busca hacerle frente a casos de violencia de género y situaciones maltrato a menores y adultos mayores. El proyecto también busca llamar la atención de las autoridades sobre los vacíos que las mujeres víctimas de violencia han encontrado en las rutas de atención. La iniciativa ya cuenta con el aval de las autoridades.
Según el reporte dinámico de Feminicidios Colombia, en el país 525 mujeres fueron víctimas de feminicidio durante 2023 y en lo que va del 2024 ya van 28, dos de ellas menores de edad. En promedio, según la fundación Pares, a diario matan a más de una mujer y solo en el 3,6% de los casos hay un condenado. Con esas cifras en mente, que brindan un panorama de la gravedad del asunti, un grupo vecinal de Salitre Oriental, en Teusaquillo, ideó una manera de atender las denuncias de mujeres víctimas de violencia de género, de maltrato infantil y de violencia contra adultos mayores. La mayoría de esas denuncias llegaban a sus manos luego de haber tocado las puertas de las rutas oficiales de atención, sin una respuesta efectiva. De ahí nació la idea.
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Según el reporte dinámico de Feminicidios Colombia, en el país 525 mujeres fueron víctimas de feminicidio durante 2023 y en lo que va del 2024 ya van 28, dos de ellas menores de edad. En promedio, según la fundación Pares, a diario matan a más de una mujer y solo en el 3,6% de los casos hay un condenado. Con esas cifras en mente, que brindan un panorama de la gravedad del asunti, un grupo vecinal de Salitre Oriental, en Teusaquillo, ideó una manera de atender las denuncias de mujeres víctimas de violencia de género, de maltrato infantil y de violencia contra adultos mayores. La mayoría de esas denuncias llegaban a sus manos luego de haber tocado las puertas de las rutas oficiales de atención, sin una respuesta efectiva. De ahí nació la idea.
En contexto: “La Línea Púrpura no es de urgencias, ni de denuncias”: secretaria de la Mujer
“Venimos trabajando en frentes de seguridad desde 2021, tras la ola de inseguridad que se desató al finalizar la pandemia. A comienzos de 2023, empezamos a recibir denuncias de mujeres maltratadas, que nos exponían su caso, precisamente por los vacíos en los canales de atención del Distrito”, contó Francy Sarmiento, una de las líderes del Frente de Seguridad Rosa, iniciativa vecinal sin muchos antecedentes en el país, que se constituyó legalmente el 1° de marzo, tras obtener el aval de la Policía, que lo articula con la oficina de prevención de la institución y la línea púrpura.
“Las quejas generales de las mujeres eran que cuando llamaban a la línea púrpura no las atendían; el proceso se demoraba; podía tardar varias horas o incluso días y, además, en varios casos el trato del personal no era el adecuado y se sentían, en parte, revictimizadas y poco acompañadas”, resalta Sarmiento. Por eso, dice Alcira Añez, otra de las líderes, “vimos la necesidad de articular nuestra red de seguridad con las autoridades, para agilizar los trámites engorrosos que hacen las víctimas y que muchas veces no resultan en nada. El trabajo de las entidades es fundamental. No se trata de demeritar lo que hacen, pero los vacíos son evidentes y sobre ellos se fundamentan nuestra iniciativa”, asegura.
Una iniciativa similar, la ‘Red Sol’, surgió en Bosa, hace un año, con apoyo del Distrito. El proyecto integró a mujeres víctimas de violencia de género o con medidas de protección por maltrato con entidades como la secretaría de la Mujer y la patrulla púrpura, para establecer un puente y robustecer las rutas de atención, además de tener un componente pedagógico y protección, como apoyo psicológico o talleres de defensa personal.
El Frente
Bajo ese entendido, actualmente hay unas 70 mujeres, residentes en el sector, que integran el “grupo multidisciplinar”, que conforma el Frente de Seguridad Rosa, además de varios hombres que se han sumado a la iniciativa. Se trata de un grupo que cuenta con abogados, médicos, piscólogos y trabajadores sociales quienes, una vez notificados por la comunidad sobre un caso en desarrollo, realizan una ruta de atención preliminar, brindan una asesoría inicial para luego informar el caso a las autoridades, para que el caso siga el rumbo jurídico al que tenga lugar.
“En esto, la inmediatez es clave. Normalmente, cuando una mujer se acerca a alguna entidad, la atención es demorada. Le puedo asegurar que, a través de los canales de denuncia que hemos constituido, desde que recibimos la alerta hasta que la reenviamos a la autoridad, pasan, por mucho, cinco minutos. Eso es lo que se necesita, diligencia”, asegura Francy. La policía incluso piensa en que más localidades se vinculen y repliquen el modelo.
“En el marco del mes de la mujer, esta iniciativa, por parte de este sector de la ciudad, que vincula a 70 mujeres y varios hombres comprometidos, lo que buscamos desde la policía es que más frentes de seguridad se vinculen para proteger y acompañar a las mujeres víctimas, para que no se sientan solas”, señaló la teniente coronel Bibiana Valencia, jefe de Infancia y Adolescencia.
Pedagogía y prevención
Cuando empezaron a recibir denuncias, se dieron cuenta de que era fundamental un elemento pedagógico orientado a las mujeres, pues muchas de ellas, ni siquiera saben que están siendo maltratadas, señala Francy. “Queremos que las mujeres sepan los tipos de agresiones que enfrentan a diario; que las identifiquen y denuncien; que no sigan pensando que si las agreden es culpa de ellas, y, sobre todo, que conozcan sus derechos y cómo hacerlos respetar”, sostiene.
Otra arista del componente no punitivo tiene que ver con el apoyo y seguimiento que hacen con las personas que fungen como victimarias. “Quienes agreden también necesitan hablar, sacar lo que los enferma. Si la persona sabe de dónde viene su violencia es muy probable que deje de replicarla, por eso intentamos tener un proceso psicosocial, brindar acompañamiento y generar un espacio de diálogo, en los casos que ameriten, claro. Depende de la situación particular. La idea es también tener un componente pedagógico y preventivo, además del componente punitivo que da la policía”, asegura Francy.
Sobre el papel de la institucionalidad, Laura Tami, secretaria de la mujer, señala que, “todas las iniciativas ciudadanas que quieran poner de presente temas de violencias que hemos normalizado, que trabajen para que el enfoque de género diferencial en la sociedad sea más agudo, bienvenidas sean, siempre que estén acompañadas de la administración y de la experticia de las instituciones. Hay que actuar siempre, no solamente con contundencia, sino con el enfoque de derecho que nos trazan e intentamos trazar como Estado”.
Francy, Alcira y las otras personas que integran el Frente de Seguridad están buscando la manera de articularse con la Secretaría de la Mujer y con otras entidades claves en el manejo puntual de temas de género, para sumar en el robustecimiento de las líneas de atención y denuncia, las cuales, además, buscan implementar en otras localidades e, incluso, a nivel nacional.
Como se ve, el debate sobre la creación y la pertinencia de las figuras de frentes de seguridad da cuenta de la frustración instalada en el imaginario de la gente, tras años de políticas y estrategias de atención y seguridad fallidas, o por lo menos, incompletas, que dan paso a lo que sucede en varias partes del país: que la ciudadanía cada vez más se organice para velar por su seguridad. Su efectividad podrá medirse con el tiempo, por ahora, cada vez más ojos vigilantes de la sociedad civil se suman a las labores de vigilancia y contención de la inseguridad. ¿Compromiso ciudadano o inoperancia estatal?
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