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En las últimas horas, la Policía Metropolitana de Bogotá confirmó el asesinato de Juan Sebastián Aguilar, alias Pechuga, un reconocido esmeraldero y socio de Hernando Sánchez, el zar de las esmeraldas.
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De acuerdo con la Policía Metropolitana de Bogotá, el atentado se registró, en horas de la tarde, en la calle 138 con carrera séptima, en el norte de Bogotá. “Un ciudadano recibió un impacto de arma de fuego y posteriormente fallece producto de las heridas”.
En los hechos, que todavía son materia de investigación, el occiso habría recibido un disparo proveniente de un arma de largo alcance accionada, a distancia, por un francotirador oculto en una edificación aledaña. El atentado, al parecer, se materializó mientras Aguilar se encontraba en cercanías del centro comercial Palatino, al norte de la ciudad.
“El hombre fue identificado como Juan Aguilar. A esta hora, un componente destacado de Inteligencia e investigación criminal adelanta las verificaciones, entrevistas y recolecta elementos probatorios y conducentes para dar con la captura de los responsables de este hecho”, señalaron desde la Policía.
No es la primera vez que Aguilar fue víctima de un atentado contra su vida. El año pasado, durante el mes de octubre, la víctima habría recibido otro impacto de bala por una vía similar a la que hoy acabó con su vida.
Asimismo, a mediados de 2012, también se tiene registro de otro intento por segar la vida del esmeraldero. En ese momento recibió varios disparos y permaneció dos meses en coma y sobrevivió a 17 operaciones.
¿Quién era Juan Sebastián Aguilar?
Juan Sebastián Aguilar era socio de Jesús Hernando Sánchez, considerado el zar de las esmeraldas tras la muerte de Víctor Carranza (2013) y de Carlos Alberto Molina, un integrante de otro clan esmeraldero. Esta empresa fue la que fundó el llamado zar de las esmeraldas y hasta hace muy poco estuvo controlada por la familia Carranza. Ese mismo año de la muerte de Carranza, Sánchez y otros empresarios asumieron el control de la fructífera mina.
Fuentes policiales señalan que el atentado está relacionado con una disputa mafiosa entre narcotraficantes que tienen fachada de esmeralderos y que intentan lavar activos a través de la cotizada piedra.
Según las autoridades, ese atentado fue planeado por el clan Triana y de Pedro Orejas, otros dos esmeralderos que pujaban por quedarse con el liderato en el comercio de las esmeraldas, pero que por sus negocios con el narcotráfico terminaron extraditados a Estados Unidos.
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