Hecho en Bogotá, las ferias gratuitas de emprendimiento que vendieron más de $1.600 millones
Con la intención de apoyar a productores locales y aprovechar la diversidad que hay en la ciudad, se creó este proyecto, en el que participan reincorporados, comunidades indígenas, afros, mujeres y jóvenes.
Sara Caicedo
Bogotá tiene 600.000 micronegocios que aportan un 27 % a la economía de la ciudad. Para fortalecer estos emprendimientos nació Hecho en Bogotá, un proyecto que pretende reactivar la economía de la ciudad, mediante ferias gratuitas, y darles visibilidad a negocios que se caracterizan por vender productos y servicios hechos 100 % en la capital.
Lea: Tiendas de barrio de Bogotá: el reto de modernizar sus métodos de pagos
De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Económico, que está a cargo del proyecto, el año pasado se realizaron 67 ferias desde julio, fecha en la que se creó el proyecto, y se registraron ventas que superan los $1.600 millones. Los eventos contaron con la participación de emprendimientos creados por víctimas del conflicto armado, comunidades indígenas, afros, reinsertados, personas de la población LGBTI, jóvenes y mujeres, entre otros.
En los negocios que se crearon se pueden encontrar alimentos, bebidas, ropa, accesorios, joyería, bisutería, productos para el hogar, arte, papelería, mercería y juguetería. Estos productos y servicios fueron puestos a disposición de los habitantes de Bogotá en eventos como la feria de grupos étnicos, el Día de La Raza, la feria de Halloween, Bogotá Gastrobar, Artesanías de Colombia, Madrid Fusión y Festival de Cerveza Hecha, entre otros.
“La Secretaría siempre había realizado este tipo de ferias, pero nunca había tenido un concepto detrás; por lo tanto, decidimos apoyar a productores locales y aprovechar toda la diversidad que hay en la ciudad. En estos eventos encontramos productos del Caribe, el Pacífico y la Amazonia, entre otros, pero todos hechos en Bogotá”, comentó William García, director de desarrollo empresarial y empleo.
En los últimos seis meses, en las jornadas han participado 1.500 productores locales, de los cuales el 70 % son mujeres, el 21 % son jóvenes de 18 a 28 años, 142 emprendedores pertenecen a grupos étnicos y 69 fueron víctimas del conflicto.
Entre estos productores se destacan varios emprendimientos como Turbanizate by Johanna Palacios, Morral Combat, Corazón Abril, Vagante Craft & Drink, Sol & Luna, La Tingua Bogotana y Marroquinería Anessi.
También hay varios con historias admirables como Vronx60 Café del Renacer y Alma de Coco, de Bogotá y Cartago, respectivamente; ambos son emprendimientos que nacieron y se pensaron sobre las necesidades de sus comunidades.
Podría interesarle: PEMP, la apuesta en Teusaquillo por conservar su patrimonio cultural
El café que inspiró al Bronx
Demolición, venta y hasta expropiación, de esto hablaban los habitantes y comerciantes de ese sector de la localidad de Los Mártires, después de que se llevara a cabo la intervención por parte del Distrito, la Policía y el Esmad, en mayo de 2016.
Fueron varios años de incertidumbre, pero en medio de las dudas de la comunidad nació Vronx60 Café del Renacer, una cafetería que le cambió la cara a uno de los lugares más estigmatizados de Bogotá.
“Ha sido algo retador. No sé si la vida o Dios nos puso la tarea de emprender en una zona así, pero la gente ha aprendido a valorar el negocio y a pagar, ya que es difícil llegar a vender un café de $2.500 a $4.000, teniendo en cuenta que en este punto pagan $500 por esta bebida”, destacó Luis Alberto Díaz, creador del negocio.
Este emprendedor creció en medio de los talleres de mecánica ubicados en este sitio, porque su padre tenía un local en la zona. Él contó que alcanzó a conocer “El Cartucho” y que veía grupos de niños que llegaban a vender droga. Sin embargo, vio en la intervención al Bronx una oportunidad para transformar el barrio.
“Al principio los vecinos eran escépticos, pensaban que no iba a funcionar una cafetería especializada en el Bronx, ya que todos los comerciantes tenían talleres con grasa, pisos y paredes rotas, y, por el contrario, nuestro local era limpio y con sillas blancas. Pero esas mismas personas hoy hablan con orgullo y les cuentan a otras que al lado de ellos hay un café y se sienten orgullosos de su barrio”, agregó Luis, de 35 años, quien dice que además de que Vronx60 Café del Renacer le cambiara el aspecto al barrio y la mentalidad a sus habitantes, también lo transformó a él.
Con la llegada de esta cafetería, los habitantes del barrio se vieron motivados a limpiar las fachadas de sus casas y negocios, y para Díaz “la idea también era cambiar la mentalidad de las personas y luego del barrio”.
Lea también: “Empleo incluyente”, programa para cerrar brechas a poblaciones vulnerables en Bogotá
“Mi vida cambió radicalmente: antes trabajaba en un taller de mecánica, realmente no era mi sueño ni mi propósito de vida, sentía que no estaba trabajando para mí. El momento en el que conocí el café y experimenté que a través de este podía expresar muchas cosas y enseñárselas a las demás personas, a mi familia y a mis amigos; además, vivir de esto que me gusta me cambió de una manera muy positiva y realmente me llena el alma”.
Hoy, además de la cafetería, este negocio cuenta con un food truck, con el cual asisten a las ferias de Hecho en Bogotá.
Cosmética con mensajes de luchas afros
Alma de Coco es otro de los negocios que participa en la iniciativa del Distrito. Es un emprendimiento creado por Verónica Rentería Guevara, una mujer negra de 31 años que nació en Cartago, Valle.
A Verónica le gusta ser reconocida como ciudadana de Colombia y los productos de su marca no solo fueron inspirados en el Pacífico y la Amazonia, sino también nacen de esa ausencia de productos cosméticos para las mujeres afros.
“La belleza no se pensaba desde lo que las mujeres negras necesitamos. Entonces Alma nace en el 2013, después de que me rapo la cabeza y me doy cuenta de que tengo que empezar a reconocerme con mi cabello natural y ahí creo mi primer producto, que es la mantequilla a base de coco y cacao”, contó la emprendedora.
Ella menciona que este producto fue pensado para las mujeres que al igual que ella viven una transformación para ver su cabello natural y no alisado, además, resalta que la historia de Alma de Coco no podría ser narrada sin su abuelo Lupe, “que es el hombre que también me hace pensar en esa tradición de la mujer del Cauca que se pone aceites en el cabello”, agregó.
Este emprendimiento se dedica a la producción y venta de productos corporales y capilares, los cuales se dividen en cinco proyectos que ha llevado a cabo Verónica. El primero es Génesis, para conmemorar la belleza de las mujeres negras (nace en Cali); el segundo es Selva, trata sobre el Guainía, en el Amazonas; el tercero es Conflicto en la Manigua, un producto que habla de derechos humanos y las personas que han sido víctimas de la violencia en Caquetá y las rutas del Pacífico sur; El Hombre es el otro proyecto, que toca temas de masculinidad; y el último es Del Ombligo al Corazón, inspirado en la conexión entre la costa Pacífica y el Caribe.
Podría interesarle: Minería en Bogotá: define el costo de la vivienda y la calidad del aire
En este negocio de cosmética artesanal, Verónica también busca que el Pacífico y el Amazonas sean vistos como lugares dignos. “Es reconocer que ahí también se albergan tesoros nacionales que merecen ser cuidados y disfrutados de forma responsable. Son territorios estigmatizados y golpeados por la violencia y aun así la gente que vive allí tiene una gran capacidad de resistir y continuar dando lo mejor para el país y esto nunca se reconoce”, aseguró Rentería.
La mujer también resalta que emprender en Bogotá ha sido un aprendizaje constante, y que, al ser una metrópoli, los ciudadanos son bastante receptivos. Para ella, en la capital las personas comprenden que “a través de la cosmética podemos hablar de la minería, del racismo y de la violencia hacia la mujer, entre otros temas. Aquí el público es muy abierto”.
Un mercado diverso
Hecho en Bogotá está constituido de gran variedad. William García, director de la iniciativa, explica que hay una amplia oferta de tejidos y productos autóctonos por parte de la comunidad indígena, también hay diversidad en la oferta gastronómica y resalta que hay una gran producción de los emprendimientos de las víctimas del conflicto y los reincorporados.
“Para nosotros, las ventas son muy importantes, pero también lo es lograr que estos negocios crezcan, tengan nuevos contactos, amplíen sus seguidores y clientes en redes sociales. Acá lo que queremos es ayudarles a ampliar el mercado”, señaló García.
Lea: “Disminuir la pobreza extrema, el reto para Bogotá en 2023″: secretario de Hacienda
Además de las ferias, estos productos también se venden en internet a través de la plataforma en línea: www.hechoenbogota.gov.co, la cual ya tiene más de 24.000 visitas, 702 emprendedores inscritos y tiene 507 unidades productivas, de las cuales 161 tienen al menos un producto registrado.
También señala que las personas que más visitan la plataforma tienen de 25 a 44 años, y que personas ubicadas en Medellín, Soacha, Barranquilla y Cali han entrado a la página.
“Queremos que esto se posicione como web, y que sea reconocido como un marketplace en donde las personas puedan comprar productos de calidad, ya que esto no es un acto de bondad, sino de encontrar calidad”, agregó el director.
Si usted desea participar en Hecho en Bogotá, debe entrar desarrolloeconomico.gov.co, allí puede registrarse y revisar los parámetros, que básicamente exigen que los productos y servicios sean 100 % hechos y producidos en la capital. Después de la inscripción, la Secretaría lleva a cabo un proceso de selección.
Para este año, se tiene previsto la realización de 80 ferias. La primera será en dos semanas, en el Festival Centro, que va del 26 al 29 en localidad de Los Mártires, asimismo, planean estar en puntos estratégicos de la ciudad para fechas como el Día de la Mujer, Día de la Madre y del Padre y en el Festival de la Cerveza Hecha en Bogotá, entre otros.
A pesar de que la iniciativa haya sido nombrada Hecho en Bogotá, al tener tanta diversidad entre los productos y emprendedores, además de impulsar la reactivación económica, acerca a los ciudadanos a otras regiones de Colombia con ideas que nacen y se materializan en objetos que podemos llevar a casa.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
Bogotá tiene 600.000 micronegocios que aportan un 27 % a la economía de la ciudad. Para fortalecer estos emprendimientos nació Hecho en Bogotá, un proyecto que pretende reactivar la economía de la ciudad, mediante ferias gratuitas, y darles visibilidad a negocios que se caracterizan por vender productos y servicios hechos 100 % en la capital.
Lea: Tiendas de barrio de Bogotá: el reto de modernizar sus métodos de pagos
De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Económico, que está a cargo del proyecto, el año pasado se realizaron 67 ferias desde julio, fecha en la que se creó el proyecto, y se registraron ventas que superan los $1.600 millones. Los eventos contaron con la participación de emprendimientos creados por víctimas del conflicto armado, comunidades indígenas, afros, reinsertados, personas de la población LGBTI, jóvenes y mujeres, entre otros.
En los negocios que se crearon se pueden encontrar alimentos, bebidas, ropa, accesorios, joyería, bisutería, productos para el hogar, arte, papelería, mercería y juguetería. Estos productos y servicios fueron puestos a disposición de los habitantes de Bogotá en eventos como la feria de grupos étnicos, el Día de La Raza, la feria de Halloween, Bogotá Gastrobar, Artesanías de Colombia, Madrid Fusión y Festival de Cerveza Hecha, entre otros.
“La Secretaría siempre había realizado este tipo de ferias, pero nunca había tenido un concepto detrás; por lo tanto, decidimos apoyar a productores locales y aprovechar toda la diversidad que hay en la ciudad. En estos eventos encontramos productos del Caribe, el Pacífico y la Amazonia, entre otros, pero todos hechos en Bogotá”, comentó William García, director de desarrollo empresarial y empleo.
En los últimos seis meses, en las jornadas han participado 1.500 productores locales, de los cuales el 70 % son mujeres, el 21 % son jóvenes de 18 a 28 años, 142 emprendedores pertenecen a grupos étnicos y 69 fueron víctimas del conflicto.
Entre estos productores se destacan varios emprendimientos como Turbanizate by Johanna Palacios, Morral Combat, Corazón Abril, Vagante Craft & Drink, Sol & Luna, La Tingua Bogotana y Marroquinería Anessi.
También hay varios con historias admirables como Vronx60 Café del Renacer y Alma de Coco, de Bogotá y Cartago, respectivamente; ambos son emprendimientos que nacieron y se pensaron sobre las necesidades de sus comunidades.
Podría interesarle: PEMP, la apuesta en Teusaquillo por conservar su patrimonio cultural
El café que inspiró al Bronx
Demolición, venta y hasta expropiación, de esto hablaban los habitantes y comerciantes de ese sector de la localidad de Los Mártires, después de que se llevara a cabo la intervención por parte del Distrito, la Policía y el Esmad, en mayo de 2016.
Fueron varios años de incertidumbre, pero en medio de las dudas de la comunidad nació Vronx60 Café del Renacer, una cafetería que le cambió la cara a uno de los lugares más estigmatizados de Bogotá.
“Ha sido algo retador. No sé si la vida o Dios nos puso la tarea de emprender en una zona así, pero la gente ha aprendido a valorar el negocio y a pagar, ya que es difícil llegar a vender un café de $2.500 a $4.000, teniendo en cuenta que en este punto pagan $500 por esta bebida”, destacó Luis Alberto Díaz, creador del negocio.
Este emprendedor creció en medio de los talleres de mecánica ubicados en este sitio, porque su padre tenía un local en la zona. Él contó que alcanzó a conocer “El Cartucho” y que veía grupos de niños que llegaban a vender droga. Sin embargo, vio en la intervención al Bronx una oportunidad para transformar el barrio.
“Al principio los vecinos eran escépticos, pensaban que no iba a funcionar una cafetería especializada en el Bronx, ya que todos los comerciantes tenían talleres con grasa, pisos y paredes rotas, y, por el contrario, nuestro local era limpio y con sillas blancas. Pero esas mismas personas hoy hablan con orgullo y les cuentan a otras que al lado de ellos hay un café y se sienten orgullosos de su barrio”, agregó Luis, de 35 años, quien dice que además de que Vronx60 Café del Renacer le cambiara el aspecto al barrio y la mentalidad a sus habitantes, también lo transformó a él.
Con la llegada de esta cafetería, los habitantes del barrio se vieron motivados a limpiar las fachadas de sus casas y negocios, y para Díaz “la idea también era cambiar la mentalidad de las personas y luego del barrio”.
Lea también: “Empleo incluyente”, programa para cerrar brechas a poblaciones vulnerables en Bogotá
“Mi vida cambió radicalmente: antes trabajaba en un taller de mecánica, realmente no era mi sueño ni mi propósito de vida, sentía que no estaba trabajando para mí. El momento en el que conocí el café y experimenté que a través de este podía expresar muchas cosas y enseñárselas a las demás personas, a mi familia y a mis amigos; además, vivir de esto que me gusta me cambió de una manera muy positiva y realmente me llena el alma”.
Hoy, además de la cafetería, este negocio cuenta con un food truck, con el cual asisten a las ferias de Hecho en Bogotá.
Cosmética con mensajes de luchas afros
Alma de Coco es otro de los negocios que participa en la iniciativa del Distrito. Es un emprendimiento creado por Verónica Rentería Guevara, una mujer negra de 31 años que nació en Cartago, Valle.
A Verónica le gusta ser reconocida como ciudadana de Colombia y los productos de su marca no solo fueron inspirados en el Pacífico y la Amazonia, sino también nacen de esa ausencia de productos cosméticos para las mujeres afros.
“La belleza no se pensaba desde lo que las mujeres negras necesitamos. Entonces Alma nace en el 2013, después de que me rapo la cabeza y me doy cuenta de que tengo que empezar a reconocerme con mi cabello natural y ahí creo mi primer producto, que es la mantequilla a base de coco y cacao”, contó la emprendedora.
Ella menciona que este producto fue pensado para las mujeres que al igual que ella viven una transformación para ver su cabello natural y no alisado, además, resalta que la historia de Alma de Coco no podría ser narrada sin su abuelo Lupe, “que es el hombre que también me hace pensar en esa tradición de la mujer del Cauca que se pone aceites en el cabello”, agregó.
Este emprendimiento se dedica a la producción y venta de productos corporales y capilares, los cuales se dividen en cinco proyectos que ha llevado a cabo Verónica. El primero es Génesis, para conmemorar la belleza de las mujeres negras (nace en Cali); el segundo es Selva, trata sobre el Guainía, en el Amazonas; el tercero es Conflicto en la Manigua, un producto que habla de derechos humanos y las personas que han sido víctimas de la violencia en Caquetá y las rutas del Pacífico sur; El Hombre es el otro proyecto, que toca temas de masculinidad; y el último es Del Ombligo al Corazón, inspirado en la conexión entre la costa Pacífica y el Caribe.
Podría interesarle: Minería en Bogotá: define el costo de la vivienda y la calidad del aire
En este negocio de cosmética artesanal, Verónica también busca que el Pacífico y el Amazonas sean vistos como lugares dignos. “Es reconocer que ahí también se albergan tesoros nacionales que merecen ser cuidados y disfrutados de forma responsable. Son territorios estigmatizados y golpeados por la violencia y aun así la gente que vive allí tiene una gran capacidad de resistir y continuar dando lo mejor para el país y esto nunca se reconoce”, aseguró Rentería.
La mujer también resalta que emprender en Bogotá ha sido un aprendizaje constante, y que, al ser una metrópoli, los ciudadanos son bastante receptivos. Para ella, en la capital las personas comprenden que “a través de la cosmética podemos hablar de la minería, del racismo y de la violencia hacia la mujer, entre otros temas. Aquí el público es muy abierto”.
Un mercado diverso
Hecho en Bogotá está constituido de gran variedad. William García, director de la iniciativa, explica que hay una amplia oferta de tejidos y productos autóctonos por parte de la comunidad indígena, también hay diversidad en la oferta gastronómica y resalta que hay una gran producción de los emprendimientos de las víctimas del conflicto y los reincorporados.
“Para nosotros, las ventas son muy importantes, pero también lo es lograr que estos negocios crezcan, tengan nuevos contactos, amplíen sus seguidores y clientes en redes sociales. Acá lo que queremos es ayudarles a ampliar el mercado”, señaló García.
Lea: “Disminuir la pobreza extrema, el reto para Bogotá en 2023″: secretario de Hacienda
Además de las ferias, estos productos también se venden en internet a través de la plataforma en línea: www.hechoenbogota.gov.co, la cual ya tiene más de 24.000 visitas, 702 emprendedores inscritos y tiene 507 unidades productivas, de las cuales 161 tienen al menos un producto registrado.
También señala que las personas que más visitan la plataforma tienen de 25 a 44 años, y que personas ubicadas en Medellín, Soacha, Barranquilla y Cali han entrado a la página.
“Queremos que esto se posicione como web, y que sea reconocido como un marketplace en donde las personas puedan comprar productos de calidad, ya que esto no es un acto de bondad, sino de encontrar calidad”, agregó el director.
Si usted desea participar en Hecho en Bogotá, debe entrar desarrolloeconomico.gov.co, allí puede registrarse y revisar los parámetros, que básicamente exigen que los productos y servicios sean 100 % hechos y producidos en la capital. Después de la inscripción, la Secretaría lleva a cabo un proceso de selección.
Para este año, se tiene previsto la realización de 80 ferias. La primera será en dos semanas, en el Festival Centro, que va del 26 al 29 en localidad de Los Mártires, asimismo, planean estar en puntos estratégicos de la ciudad para fechas como el Día de la Mujer, Día de la Madre y del Padre y en el Festival de la Cerveza Hecha en Bogotá, entre otros.
A pesar de que la iniciativa haya sido nombrada Hecho en Bogotá, al tener tanta diversidad entre los productos y emprendedores, además de impulsar la reactivación económica, acerca a los ciudadanos a otras regiones de Colombia con ideas que nacen y se materializan en objetos que podemos llevar a casa.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.