Cada año en el Palo del Ahorcado, la comunidad de Ciudad Bolívar lleva a cabo el viacrucis en Semana Santa y actividades educativas.
Foto: Cortesía IDPC
Una dramática historia de amor entre Ernestina y Pablo, que habría terminado en tragedia por el suicidio de la mujer, quien se habría ahorcado en el único árbol de eucalipto que creció en el semidesierto de Cerro Seco, fue el origen del famoso Palo del Ahorcado o Palo de la Vida (como también lo llaman), en Ciudad Bolívar. Pero más allá de la historia y de que para algunos sea un simple “palo en medio de un lote”, lo que hay es un ícono de gran valor para su gente.
Por Sara Caicedo
Periodista de la universidad Politécnico Grancolombiano. Escribe para El Espectador sobre planeación, hábitat, comercio informal, espacio púbico, desarrollo económico, hacienda y ambiente.@sara_caicedoscaicedo@elespectador.com
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