Cuerpo de agua contaminando en la frontera entre Bogotá y Soacha en la localidad de Bosa.
Foto: JOSE VARGAS ESGUERRA
El 2024 fue un año bisagra para el panorama medioambiental de la capital. Desde el inicio se sintieron con más rigor los efectos y las consecuencias del cambio climático en la cotidianidad de la ciudad: temperaturas inéditas (el 30 de enero se reportó el récord histórico de temperatura en la capital con 25,83 °C), incendios forestales generados por la incidencia del fenómeno de El Niño y el racionamiento de agua en una ciudad rodeada de fuentes hídricas. Es claro que el 2025 será un año para robustecer y mejorar las estrategias encaminadas a...