Humedales, aire y conexiones hídricas: desafíos ambientales para 2025
La adaptación al cambio climático y la restauración de ecosistemas claves para robustecer la oferta hídrica de la ciudad, como humedales, páramos y cuencas de ríos, marcarán la agenda del 2025 en Bogotá.
El 2024 fue un año bisagra para el panorama medioambiental de la capital. Desde el inicio se sintieron con más rigor los efectos y las consecuencias del cambio climático en la cotidianidad de la ciudad: temperaturas inéditas (el 30 de enero se reportó el récord histórico de temperatura en la capital con 25,83 °C), incendios forestales generados por la incidencia del fenómeno de El Niño y el racionamiento de agua en una ciudad rodeada de fuentes hídricas. Es claro que el 2025 será un año para robustecer y mejorar las estrategias encaminadas a la resiliencia climática de la ciudad.
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El 2024 fue un año bisagra para el panorama medioambiental de la capital. Desde el inicio se sintieron con más rigor los efectos y las consecuencias del cambio climático en la cotidianidad de la ciudad: temperaturas inéditas (el 30 de enero se reportó el récord histórico de temperatura en la capital con 25,83 °C), incendios forestales generados por la incidencia del fenómeno de El Niño y el racionamiento de agua en una ciudad rodeada de fuentes hídricas. Es claro que el 2025 será un año para robustecer y mejorar las estrategias encaminadas a la resiliencia climática de la ciudad.
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De cara al nuevo año, de acuerdo con el IDEAM, los primeros meses estarán marcados por un período de sequía cuya incidencia se sentirá, principalmente, en la región central del país. Previendo que los incendios que azotaron los cerros orientales a inicios de 2024 se repitan, la Secretaría de Ambiente indicó que ya realizan un plan de acción para atender las emergencias que se presenten en las temporadas de menos lluvias, en coordinación con el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger).
En ese camino, este año se invirtieron más de $2.170 millones para la restauración de las 43 hectáreas consumidas por los incendios de principio de año y continúan las labores de sustitución de especies arbóreas presentes en los cerros que actúan como combustible y facilitan la expansión de los incendios. En 2025, señala la Secretaría, “esta administración se propuso la meta de iniciar el proceso de restauración de 1.300 hectáreas de los cerros orientales, que incluyen siembra de especies nativas, recuperación de suelos y mantenimiento”. Con esta acción se restaurará el 10 % de toda el área de los cerros.
En este punto es importante recordar que el contrato suscrito desde la pasada administración entre el Cuerpo Oficial de Bomberos y la Unión Temporal Extintor 4x4 para la adquisición de siete máquinas extintoras sigue enredado. Desde diciembre de 2023 hasta junio de 2024, el contrato ha reportado cinco suspensiones. Originalmente, las máquinas debían entregarse en el febrero de este año, pero en ese momento se aplazó el proceso y se anunció una nueva fecha de entrega en marzo, luego agosto y, finalmente, en las últimas semanas quedó claro que este año no se entregarán.
Bogotá tiene solo con 35 máquinas extintoras —12 de las cuales están en mantenimiento y reparación por siniestros—, justo en una temporada caracterizada por tener más conflagraciones.
Para Jorge Iván Hurtado, profesor del Departamento de Derecho del Medio Ambiente de la Universidad Externado y consultor en temas de Derecho Ambiental, es importante fortalecer los mecanismos sancionatorios de los que dispone la Secretaría contra actores que afectan al medio ambiente capitalino. “Hoy tenemos un gran problema frente a la gestión y la eficacia de los procesos sancionatorios, pues muchos están acumulados desde hace años y no se han podido sustanciar de manera adecuada, procesos frenados que incluso incurren en escenarios de vulneración de derechos para quienes denuncian violación de normas ambientales”.
Calidad del aire
Mejorar la calidad del aire que se respira en la ciudad es otro punto crucial en lo que se espera de la gestión ambiental. Cabe notar que en la zona suroccidental de la ciudad se concentra el 35 % del material particulado, por eso las acciones integrales en esa zona de la ciudad serán una prioridad. Para ello la propuesta está en estrategias como Zonas Urbanas para un Mejor Aire (ZUMA) que tiene entre sus prioridades la pavimentación de vías y el monitoreo de indicadores de salud de quienes habitan en dichas zonas. El proceso tendrá una inversión de $27.000 millones para los procesos de renaturalización urbana, que contempla, entre otras estrategias, la construcción de entornos educativos inspiradores y la creación de bosques urbanos. Otra acción es el Foncarga, que busca la renovación de vehículos de menos de 10,5 toneladas y más de 15 años de circulación hacia camiones de bajas o cero emisiones, para lo cual hay $3.400 millones.
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Humedales
Bogotá tiene 901 hectáreas de humedales, ecosistemas que, además de albergar un gran porcentaje de la biodividersidad de la ciudad, cumplen una tarea esencial: mitigar las islas de calor y capturar los gases de efecto invernadero. Y allí, una deuda histórica que tiene la ciudad con los humedales son las conexiones erradas (aguas negras que desembocan en algunos humedales como el Córdoba, Jaboque y Juan Amarillo) y la expansión urbanística, que poco a poco merma su jurisdicción.
“Nuestra meta es que los humedales sean espacios protegidos y valorados no solo como ecosistemas esenciales, sino como escenarios de integración social y ambiental para todos los bogotanos”, aseguró la cartera de Ambiente.
A la fecha, 15 reservas distritales de humedal tienen plan de manejo ambiental vigente, pero siete de ellos requieren actualización. En este sentido, durante esta administración se planea actualizar cinco de estos planes y se formulará el plan de manejo ambiental del humedal Tingua Azul.
Planificación del recurso hídrico
Ya se cumplió una semana desde que se suspendió temporalmente el racionamiento de agua por la llegada de la temporada de fin de año. Aunque la medida se tomó con base en una aparente reducción de consumo en estas fechas, las cifras indican lo contrario. Solo el viernes 27 de diciembre, los hogares bogotanos consumieron 17,14 m3/s de agua, es decir, 2 m3 por encima del promedio de ahorro recomendado por la Alcaldía, y una de las cifras más altas de consumo en los últimos dos meses.
“Implementar mecanismos que de verdad controlen y planifiquen la oferta hídrica de la ciudad en 2025 marcará la gestión ambiental de la ciudad. Por ejemplo, identificar nuevas áreas que sumen a la oferta hídrica y proteger las que están en el olvido es imperativo. La conservación y recuperación de la parte alta y media de la cuenca del río Bogotá y del páramo de Guerrero (consumido por la ganadería y la agricultura) son deudas históricas a las que hay que ponerles la lupa”, señaló Hurtado.
La emisión de bonos verdes será otro punto importante en la agenda ambiental de 2025, mediante los cuales se pretende financiar la continuación de procesos de restauración de la reserva Thomas van der Hammen, con la figura de transferencia de derechos de construcción y desarrollo, y procesos de recuperación de humedales y páramos.
Los desafíos están claros. La coyuntura ambiental exige acciones que estén en sintonía con las prioridades ambientales que demanda la ciudad. Y teniendo en cuenta que, en adelante, la adaptación al cambio climático será, además de una obligación de las autoridades, una necesidad global, lo que se empiece a hacer ahora marcará el destino colectivo de quienes habitan Bogotá.
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