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Aprovechando la soledad del sector y la oscuridad de la noche, tres sujetos ingresaron a las instalaciones de la parroquia San Juan Diego norte, con la intención de llevarse varios objetos de valor del mobiliario, además de elementos litúrgicos que sirven a diario a la feligresía del sector.
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Los sujetos tenían estudiados los horarios de cierre de la iglesia, dónde se guardaban los elementos a hurtar y los movimientos de los residentes de las calles aledañas para lograr asestar su golpe sin levantar sospecha. Una vez ingresaron a la parroquia, ubicada en la Carrera 4ª con calle 192, parquearon un carro al frente, en donde pensaban guardar los elementos robados y emprender la huida. Ese fue su error.
Entre tanto, varios vecinos notaron que algo raro estaba pasando en la iglesia e informaron al cuadrante del sector los movimientos sospechosos de tres sujetos que estaban merodeando en las afueras del templo. Quienes llamaron informaron también que los sujetos se movilizaban en un vehículo particular.
En efecto, cuando las autoridades llegaron a verificar la situación, encontraron a dos sujetos que estaban sacando los objetos de valor de la iglesia. En la calle había otro delincuente cuya misión era vigilar que no fueran descubiertos, además de recibir los elementos hurtados para guardarlos en el vehículo en le que posteriormente planeaban escapar.
Cuando las autoridades verificaron el interior del vehículo les encontraron dos amplificadores de sonido y el cáliz con el que el párroco oficiaba las celebraciones religiosas.
Los tres delincuentes, quienes al parecer integran una banda dedicada al hurto que tenía azotada la zona, fueron dejados a disposición de las autoridades competentes para que den la cara y respondan por el delito de hurto calificado.
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