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Finalmente, llegó la hora cero en el que la empresa a cargo de la operación de cuatro de los principales cementerios de la ciudad entro en cese. Este anuncio, que está cantado desde la semana pasada dadas las disputas de la concesión y el Distrito, tiene preocupadas a las personas que tienen programadas honras fúnebres en estos campos santos.
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El contrato para la operación de los cuatro cementerios distritales en Bogotá (Central, Norte, Sur y Serafín) ha estado lleno de escándalos, investigaciones y controversias, al punto de que le costó la cabeza a la exdirectora de la Uaesp Luz Amanda Camacho.
Hoy está de nuevo en crisis y pone a la capital al borde de una posible crisis sanitaria. En las últimas semanas, se conoció que el Distrito sancionará por tercera vez al contratista por nuevos incumplimientos, lo cual lo inhabilitaría para seguir al frente del servicio.
Aunque la Uaesp anunció que el servicio fúnebre en estos cementerios seguiría operando, a pesar del cese de operaciones del contratista, hoy la certidumbre en la ciudadanía no para de crecer.
“Es un tema delicado. Se trata de la disposición de cadáveres, que debe hacerse correctamente. No nos pueden dejar las instalaciones de cualquier manera. Nuestra invitación es simple: tramitemos el asunto tranquilamente, con los pasos procesales”, dijo Carlos López, director de la Uaesp.
Se espera que en las próximas horas, hacia las 10:00 a.m. el Distrito se pronuncie sobre el funcionamiento que tendrán estos campos santos durante los próximos días. Estas mediadas entrarían a operar mientras el pleito entre la administración distrital, y el concesionario, se concilia y deriva en algún acuerdo.
Un contrato accidentado
“Eran casi las 11:00 p.m. del 31 de junio de 2021 (un día antes del comienzo de la operación) y aún estábamos en proceso de empalme con la concesión anterior, revisando las bóvedas y la infraestructura. Fue una situación desafortunada que jugó en nuestra contra. Estábamos en medio de la pandemia. Teníamos salvedades legales frente al contrato, que no hubo tiempo para leerlo con tranquilidad. Nos dijeron que podíamos revisarlo, pero no ocurrió”, manifestó Éder Parada, gerente del consorcio Jardines de Luz y Paz a El Espectador.
Estas fueron las circunstancias en las que se dio la firma del contrato 415-2021, por un valor de más de $41 mil millones, para una operación por cinco años. No obstante, según el consorcio, el desequilibrio económico desde el comienzo le ha generado perdidas por $2.600 millones en los últimos dos años, situación que, dicen, advirtieron desde el segundo mes de operación, cuando encontraron que los ingresos no eran suficientes para cumplir con sus obligaciones.
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