La controversia frente a la atención de los indígenas en Bogotá, tras el desalojo del Parque Nacional, desnuda las dificultades alrededor de la atención de estas víctimas en la capital. / Cortesía.
Ad portas de cumplirse dos meses de la salida de las comunidades indígenas del Parque Nacional, su crisis solo parece haber cambiado de escenario. De los casi 1.500, que por casi 200 días ocuparon el espacio público, la mitad optaron por el retorno y la otra mitad, por quedarse en la capital para integrarse a la vida urbana. No obstante, ambos grupos sienten que a la fecha no ven un futuro claro.
Por Fernan Fortich
Periodista con enfoque en temas ambientales, posthumanistas y sociales.@fernanfortichrffortich@elespectador.com
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