Indignación genera show de enanos en bar de Bogotá
Empresarios a cargo del espectáculo dicen que respetan totalmente a las personas de corta estatura y nunca las han explotado.
El Espectador
Lina Posada, hija de Pilar Calderón, directora de la Revista Diners, denunció a través de las redes sociales que un bar al norte de Bogotá toma como fuente de divertimento y burla a las personas de corta estatura. Lo cual considera de muy mal gusto.
Kinky, reconocido sitio de rumba en la zona rosa de la capital de la República, presentó el pasado sábado 29 de marzo un show llamado The Wild Brunch, cuyo show central era una pelea de enanos.
A juicio de Posada, asistió a una “fiesta sin sentido” por ello se marchó indignada antes de que los ‘boxeadores’ dieran el primer golpe. “Tenemos que hacernos un llamado como sociedad para que miremos para dónde vamos”, dijo Lina en diálogo con Blu Radio.
Posada contó que pagó $50 mil por la boleta y al ingresar a la discoteca no vio nada fuera de lo normal, hasta que a las 4:00 p.m. se anunció un show central en la pista de baile: una pelea de personas de talla baja.
“Me indignó que nos hayan puesto (a los enanos) como una manera de divertir, pero funcionó, la gente se quedó y por eso me fui”, manifestó la joven.
No están siendo explotados
A pesar de la polémica, Ángelo Arias, quien fue el encargado de contratar a estas personas de talla baja para realizar el espectáculo en Bogotá, explicó que ellos no están siendo explotados y que, por el contrario, le ofrecen un espacio para trabajar, ya que no encuentran trabajo con facilidad.“No están siendo explotados. A ellos los trataron muy bien ese día. Les dijeron hagan la parodia de un ring de boxeo. Los vamos a presentar y en la pelea y ahí van a ganar tanto y ellos no tuvieron problema en aceptar”, aseguró Arias en entrevista con Blu Radio.
Explicó que estas personas hacían parte de los ‘enanitos toreros’, pero que se quedaron sin trabajo y esta es “de las pocas oportunidades que ellos tienen de trabajo en Colombia”. “Ellos viven de eso, de hecho cuando se les acabó el trabajo en la Plaza de Toros de Bogotá tuvieron que buscarse estas oportunidades. Tenían trabajo fijo y entonces yo los adopté”, manifestó.
Dijo que por cada show que ellos hacen se les paga 280 mil pesos y que no se trata de explotación porque ellos “son consideradas personas dignas”.
Lina Posada, hija de Pilar Calderón, directora de la Revista Diners, denunció a través de las redes sociales que un bar al norte de Bogotá toma como fuente de divertimento y burla a las personas de corta estatura. Lo cual considera de muy mal gusto.
Kinky, reconocido sitio de rumba en la zona rosa de la capital de la República, presentó el pasado sábado 29 de marzo un show llamado The Wild Brunch, cuyo show central era una pelea de enanos.
A juicio de Posada, asistió a una “fiesta sin sentido” por ello se marchó indignada antes de que los ‘boxeadores’ dieran el primer golpe. “Tenemos que hacernos un llamado como sociedad para que miremos para dónde vamos”, dijo Lina en diálogo con Blu Radio.
Posada contó que pagó $50 mil por la boleta y al ingresar a la discoteca no vio nada fuera de lo normal, hasta que a las 4:00 p.m. se anunció un show central en la pista de baile: una pelea de personas de talla baja.
“Me indignó que nos hayan puesto (a los enanos) como una manera de divertir, pero funcionó, la gente se quedó y por eso me fui”, manifestó la joven.
No están siendo explotados
A pesar de la polémica, Ángelo Arias, quien fue el encargado de contratar a estas personas de talla baja para realizar el espectáculo en Bogotá, explicó que ellos no están siendo explotados y que, por el contrario, le ofrecen un espacio para trabajar, ya que no encuentran trabajo con facilidad.“No están siendo explotados. A ellos los trataron muy bien ese día. Les dijeron hagan la parodia de un ring de boxeo. Los vamos a presentar y en la pelea y ahí van a ganar tanto y ellos no tuvieron problema en aceptar”, aseguró Arias en entrevista con Blu Radio.
Explicó que estas personas hacían parte de los ‘enanitos toreros’, pero que se quedaron sin trabajo y esta es “de las pocas oportunidades que ellos tienen de trabajo en Colombia”. “Ellos viven de eso, de hecho cuando se les acabó el trabajo en la Plaza de Toros de Bogotá tuvieron que buscarse estas oportunidades. Tenían trabajo fijo y entonces yo los adopté”, manifestó.
Dijo que por cada show que ellos hacen se les paga 280 mil pesos y que no se trata de explotación porque ellos “son consideradas personas dignas”.