INEM de Kennedy: 11 días de toma estudiantil y una protesta sin respuesta
Estudiantes del INEM cumplen 11 días de protesta en contra de la gestión de los últimos años. Muros rotos, pisos agrietados, invasiones de palomas, mal olor y suciedad son algunas de las cosas por las cuales adelantan la manifestación.
Juan Camilo Beltrán Guzmán
En un hecho sin precedentes: alrededor de 150 estudiantes de bachillerato se tomaron su colegio, en el sur de Bogotá. Llevan 11 días y dicen que seguirán hasta obtener respuestas. Su protesta está dirigida contra la Alcaldía y otras entidades gubernamentales, exigiendo una acción contundente contra la mala gestión en la institución, durante los últimos años.
En la mañana del 8 de marzo, al cumplirse una semana de la toma, entre la comunidad se difundió un audio en el cual una persona desconocida invitaba a ingresar a la fuerza a la institución, golpear a los estudiantes y “recuperar las instalaciones”, lo cual no terminó sucedido. Horas más tarde, los padres de familia se reunieron en la entrada de la institución para apoyar la salida del rector y volver a las clases con normalidad.
Pero, para entender esta situación concretamente, se debe regresar al día uno de esta toma, cuando por medio de videos, la idea de la protesta tomó notoriedad a través de las redes sociales. Estudiantes como Juan y Camila compartieron los motivos detrás de la interrupción de las clases y la toma de la institución, que durará, dicen, hasta recibir garantías. Lo que inicialmente pudo ser considerado exagerado, tomó relevancia con las imágenes y relatos diarios de los estudiantes.
Desde entonces, al ingresar al colegio, se observa que la puerta principal está custodiada por un grupo de alumnos de once. A pesar de la tensión palpable en el ambiente, se pueden apreciar decenas de carteles que adornan pacíficamente su causa. Dentro de los edificios, se forman grupos distribuyendo tareas para llevar a cabo su causa de la mejor manera posible.
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El Espectador tuvo la oportunidad de hablar con líderes estudiantiles que encabezaban la causa. Juan, uno de los voceros, declaró: “Lo que estamos pidiendo es la salida del rector por su mala gestión; por su mala administración de recursos, y porque no lo vemos como una figura de liderazgo. De igual forma, estamos pidiendo mejoras en la infraestructura, porque el colegio se está cayendo a pedazos...”.
Sobre el estado de las aulas, la estudiante Natalia también comentó “En la zona industrial se puede ver cómo está abandonado; los salones tienen basura, y en los techos hay botellas de plástico para sostener las tejas”. De igual forma, otra de las quejas de los jóvenes es por la alimentación que estos reciben, argumentando el mal estado y pidiendo una rehabilitación de la cafetería estudiantil, la cual lleva seis años sin funcionar.
Después de siete días de protesta, el pasado lunes 4 de marzo, se logró establecer la primera mesa de diálogo con el rector, pero este se retiró a las 5:00 p.m- y está incapacitado hasta el sábado 9 de marzo, lo que retrasa los diálogos. Mientras tanto, el director local de educación asumió como rector temporal.
Los estudiantes han intentado encontrar varios recursos para solucionar su situación. Así fue como trataron de contactar a Isabel Segovia, secretaria de educación, pero sus intentos han fracasado, así como han fracasado las gestiones con otras entidades gubernamentales y hasta con la Alcaldía
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Karen, estudiante de último año, mencionó: “hemos tratado de comunicarnos con el alcalde y con la secretaría, pero no responden y, tan raro, sabiendo que a principios de año vino Carlos Fernando Galán al colegio”. Esta situación ha generado una amplia incertidumbre entre los estudiantes.
Sin embargo, hasta el momento, siguen las mesas de conciliación, que incluyen alrededor de 25 personas, como lo es, un personero distrital, representantes de la secretaría de gobierno, un delegado de la ADE, egresados, docentes, padres de familia, el director local de educación de Kennedy, gestores de paz, representantes del sindicato de rectores, miembros de la organización colombiana de estudiantes y cinco estudiantes del colegio, que luchan por su causa.
Para muchos no se ha resuelto la duda sobre cuándo se generó esta idea de la toma. Natalia comentó: “La idea de realizar el paro surgió debido a diversas inconformidades con la institución, pero la noticia de la unificación de modalidades y el traslado de 26 profesores fue el detonante que llevó nos llegó a tomar la decisión”.
De igual forma, la fecha final es incierta, según Juan, vocero en la mesa de diálogo, pues la protesta es indefinida. “Lo que estamos pidiendo es la salida del rector Robert Ferney Moreno. Vamos a seguir acá hasta que nos den un comunicado en el que nos digan que él ya no pertenece a la institución. No vamos a ceder, ante la afirmación que hizo la secretaría de Educación, sobre el reubicar a los estudiantes en colegios cercanos a la zona”.
El Espectador también tuvo la posibilidad de comunicarse con un profesor, el cual integra la mesa de dialogo con los estudiantes. Su nombre es Rubén Alejandro Cano (representante de profesores de la jornada de la tarde) y comentó como han sido las conversaciones con los estudiantes en la asamblea organizada durante la toma estudiantil.
El primer ítem que se tuvo en cuenta en las conversaciones fue la infraestructura de la institución, en donde el profesor lo mencionó como punto inicial dentro del debate la reconstrucción de varios puntos de la institución a largo plazo: “Con respecto a la infraestructura a largo plazo se espera que el INEM tenga un proceso de reconstrucción en planta física”.
De igual forma, afirmó que la participación y la voz de parte de la Secretaría de Educación ha sido nula, recalcando la importancia en la asistencia de miembros de este sector del gobierno es sumamente importante para poder adelantar los diálogos
“Se ha tratado de comunicarse con la secretaria de educación quien no ha respondido al llamado y esperamos que miembros de la secretaría puedan asistir a las reuniones para poder adelantar el proceso de negociación y así poder llegar a un acuerdo lo más pronto posible”.
Con respecto a la cantidad de días que la protesta se pueda extender, el docente mencionó “Esto depende de la respuesta que de la secretaría frente algunos aspectos como refrendar los acuerdos. Que tengan 3 elementos claves: 1- tiempo, 2- ejecución, 3- presupuesto. Esto depende más de la voluntad política de la Secretaría de Educación en cabeza de Isabel Segovia”, lo que deja claro que es fundamental la intervención política dentro del conflicto.
De igual forma, se logró hablar sobre el principal requisito que exigen los estudiantes de la institución con respecto a la salida del rector Robert Ferney Moreno “De parte de la Dirección Local de Kennedy se han propuesto diversas alternativas, entre estas un periodo de tiempo prudencial para la finalización del encargo, pero esa posibilidad sigue dentro del proceso de negociación, que sería oportuno que la Secretaría definiera de manera rápida para poder darle una tranquilidad a la comunidad educativa”.
El Espectador trató de comunicarse con el actual rector de la institución pero no recibió respuesta.
Se espera que, en los próximos días, el rector, entidades de gobierno, estudiantes y familiares puedan llegar a un acuerdo y mejorar las instalaciones del colegio, que hasta este momento no son aptas para brindar clases.
En un hecho sin precedentes: alrededor de 150 estudiantes de bachillerato se tomaron su colegio, en el sur de Bogotá. Llevan 11 días y dicen que seguirán hasta obtener respuestas. Su protesta está dirigida contra la Alcaldía y otras entidades gubernamentales, exigiendo una acción contundente contra la mala gestión en la institución, durante los últimos años.
En la mañana del 8 de marzo, al cumplirse una semana de la toma, entre la comunidad se difundió un audio en el cual una persona desconocida invitaba a ingresar a la fuerza a la institución, golpear a los estudiantes y “recuperar las instalaciones”, lo cual no terminó sucedido. Horas más tarde, los padres de familia se reunieron en la entrada de la institución para apoyar la salida del rector y volver a las clases con normalidad.
Pero, para entender esta situación concretamente, se debe regresar al día uno de esta toma, cuando por medio de videos, la idea de la protesta tomó notoriedad a través de las redes sociales. Estudiantes como Juan y Camila compartieron los motivos detrás de la interrupción de las clases y la toma de la institución, que durará, dicen, hasta recibir garantías. Lo que inicialmente pudo ser considerado exagerado, tomó relevancia con las imágenes y relatos diarios de los estudiantes.
Desde entonces, al ingresar al colegio, se observa que la puerta principal está custodiada por un grupo de alumnos de once. A pesar de la tensión palpable en el ambiente, se pueden apreciar decenas de carteles que adornan pacíficamente su causa. Dentro de los edificios, se forman grupos distribuyendo tareas para llevar a cabo su causa de la mejor manera posible.
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El Espectador tuvo la oportunidad de hablar con líderes estudiantiles que encabezaban la causa. Juan, uno de los voceros, declaró: “Lo que estamos pidiendo es la salida del rector por su mala gestión; por su mala administración de recursos, y porque no lo vemos como una figura de liderazgo. De igual forma, estamos pidiendo mejoras en la infraestructura, porque el colegio se está cayendo a pedazos...”.
Sobre el estado de las aulas, la estudiante Natalia también comentó “En la zona industrial se puede ver cómo está abandonado; los salones tienen basura, y en los techos hay botellas de plástico para sostener las tejas”. De igual forma, otra de las quejas de los jóvenes es por la alimentación que estos reciben, argumentando el mal estado y pidiendo una rehabilitación de la cafetería estudiantil, la cual lleva seis años sin funcionar.
Después de siete días de protesta, el pasado lunes 4 de marzo, se logró establecer la primera mesa de diálogo con el rector, pero este se retiró a las 5:00 p.m- y está incapacitado hasta el sábado 9 de marzo, lo que retrasa los diálogos. Mientras tanto, el director local de educación asumió como rector temporal.
Los estudiantes han intentado encontrar varios recursos para solucionar su situación. Así fue como trataron de contactar a Isabel Segovia, secretaria de educación, pero sus intentos han fracasado, así como han fracasado las gestiones con otras entidades gubernamentales y hasta con la Alcaldía
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Karen, estudiante de último año, mencionó: “hemos tratado de comunicarnos con el alcalde y con la secretaría, pero no responden y, tan raro, sabiendo que a principios de año vino Carlos Fernando Galán al colegio”. Esta situación ha generado una amplia incertidumbre entre los estudiantes.
Sin embargo, hasta el momento, siguen las mesas de conciliación, que incluyen alrededor de 25 personas, como lo es, un personero distrital, representantes de la secretaría de gobierno, un delegado de la ADE, egresados, docentes, padres de familia, el director local de educación de Kennedy, gestores de paz, representantes del sindicato de rectores, miembros de la organización colombiana de estudiantes y cinco estudiantes del colegio, que luchan por su causa.
Para muchos no se ha resuelto la duda sobre cuándo se generó esta idea de la toma. Natalia comentó: “La idea de realizar el paro surgió debido a diversas inconformidades con la institución, pero la noticia de la unificación de modalidades y el traslado de 26 profesores fue el detonante que llevó nos llegó a tomar la decisión”.
De igual forma, la fecha final es incierta, según Juan, vocero en la mesa de diálogo, pues la protesta es indefinida. “Lo que estamos pidiendo es la salida del rector Robert Ferney Moreno. Vamos a seguir acá hasta que nos den un comunicado en el que nos digan que él ya no pertenece a la institución. No vamos a ceder, ante la afirmación que hizo la secretaría de Educación, sobre el reubicar a los estudiantes en colegios cercanos a la zona”.
El Espectador también tuvo la posibilidad de comunicarse con un profesor, el cual integra la mesa de dialogo con los estudiantes. Su nombre es Rubén Alejandro Cano (representante de profesores de la jornada de la tarde) y comentó como han sido las conversaciones con los estudiantes en la asamblea organizada durante la toma estudiantil.
El primer ítem que se tuvo en cuenta en las conversaciones fue la infraestructura de la institución, en donde el profesor lo mencionó como punto inicial dentro del debate la reconstrucción de varios puntos de la institución a largo plazo: “Con respecto a la infraestructura a largo plazo se espera que el INEM tenga un proceso de reconstrucción en planta física”.
De igual forma, afirmó que la participación y la voz de parte de la Secretaría de Educación ha sido nula, recalcando la importancia en la asistencia de miembros de este sector del gobierno es sumamente importante para poder adelantar los diálogos
“Se ha tratado de comunicarse con la secretaria de educación quien no ha respondido al llamado y esperamos que miembros de la secretaría puedan asistir a las reuniones para poder adelantar el proceso de negociación y así poder llegar a un acuerdo lo más pronto posible”.
Con respecto a la cantidad de días que la protesta se pueda extender, el docente mencionó “Esto depende de la respuesta que de la secretaría frente algunos aspectos como refrendar los acuerdos. Que tengan 3 elementos claves: 1- tiempo, 2- ejecución, 3- presupuesto. Esto depende más de la voluntad política de la Secretaría de Educación en cabeza de Isabel Segovia”, lo que deja claro que es fundamental la intervención política dentro del conflicto.
De igual forma, se logró hablar sobre el principal requisito que exigen los estudiantes de la institución con respecto a la salida del rector Robert Ferney Moreno “De parte de la Dirección Local de Kennedy se han propuesto diversas alternativas, entre estas un periodo de tiempo prudencial para la finalización del encargo, pero esa posibilidad sigue dentro del proceso de negociación, que sería oportuno que la Secretaría definiera de manera rápida para poder darle una tranquilidad a la comunidad educativa”.
El Espectador trató de comunicarse con el actual rector de la institución pero no recibió respuesta.
Se espera que, en los próximos días, el rector, entidades de gobierno, estudiantes y familiares puedan llegar a un acuerdo y mejorar las instalaciones del colegio, que hasta este momento no son aptas para brindar clases.