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Este sábado 16 de septiembre inició el etiquetado vehicular ambiental en la capital del país, una estrategia de la Secretaría de Ambiente que busca mejorar la calidad del aire en la ciudad con la clasificación de vehículos de acuerdo con la cantidad de emisiones de material particulado que emiten.
“El Etiquetado Vehicular Ambiental (EVA) es un trabajo que llevamos desarrollando de la mano de la industria y los transportadores durante muchos meses. La idea es que, en adelante, la restricción a los vehículos en Bogotá se haga con base en cuánto contaminan. A partir de la firma de la resolución 1545 de 2023 empezamos en un piloto de dos años, con los transportadores de carga”, indicó la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia.
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En ese sentido, el EVA busca caracterizar y clasificar los vehículos no por su número de placa, sino por cómo y cuánto contaminan, para ello habrá cinco etiquetas: azul (cero emisiones), verde, amarillo, naranja y gris, las cuales serán instaladas en los vehículos de acuerdo con el factor o valor indicativo que establece el impacto de las emisiones contaminantes.
El rango será entre 0 y 100. De esta manera, el primer vehículo en recibir el etiquetado EVA fue un furgón eléctrico, el cual recibió un rótulo azul.
La implementación de este programa iniciará con los transportadores de carga, de manera voluntaria, no modificará el Pico y Placa y no tendrá sanciones. La instalación de las etiquetas las hará la Secretaría de Ambiente y el objetivo es llegar a 65 000 camiones que transitan en Bogotá.
En la capital del país, se estima que los camiones aportan el 37 % de las emisiones por combustión (vehículos, industria y maquinaria amarilla). Del 100 % de las emisiones de las fuentes móviles en carretera, el 53 % corresponde al transporte de carga; los camperos y camionetas aportan el 20 %; los automóviles, el 7 %; el SITP (componente troncal, zonal y provisional), el 2,62 %; y el 17,38 % motos, vehículos en aeropuerto, maquinaria industrial y agrícola, entre otros.
“Por ahora no se tienen contempladas restricciones a los vehículos particulares o a otra forma de movilidad con base en el etiquetado. El piloto nos va a ayudar a entender cómo puede funcionar, aprender también de lo que han hecho otros países para utilizar esta herramienta y que en el futuro las restricciones, el Pico y placa, se tomen no solo por congestión, sino realmente que tenga beneficios, lo que menos contaminan en Bogotá”, indicó la secretaria de Ambiente de Bogotá.
El etiquetado tendrá una vigencia que dependerá de la categorización de cada vehículo, por ejemplo, para las etiquetas azules, será permanente; para el verde, de 36 meses; amarilla y naranja, será de 24 meses; y para el gris, de 18 meses. La solicitud de renovación se deberá realizar un mes antes del vencimiento de dichos periodos.
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De esta manera, esta estrategia es una de las apuestas de la administración para mejorar la calidad del aire en la ciudad, reducir los riesgos de la contaminación y su afectación en la salud de las personas.
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