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Ante la incertidumbre sobre el futuro de la primera línea del metro, tras la solicitud del presidente Gustavo Petro de instalar dos mesas para evaluar de nuevo los caminos jurídicos y financieros para sacar adelante su idea del subterráneo por la avenida Caracas, el gerente de la Empresa Metro, Leonidas Narváez señala que las actuales obras seguirán adelante, hasta que no haya nueva orden; habla del avance, de los riesgos y del futuro de un proyecto, que considera no deberían modificar.
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¿Cuál es el panorama actual de la primera línea del metro, en medio de la actual coyuntura?
El contrato se está ejecutando sin contratiempos, según el cronograma. No hemos hecho ninguna modificación, ni parálisis, ni cambios. Seguimos actuando de manera diligente frente al concesionario, con la interventoría, con la PMO. Trabajando en los frentes de trabajo que hoy tenemos activos.
¿Cómo van las obras?
El patio taller va bien, en un 60% de la fase de adecuación. En la calle 72 resolvimos las dificultades con las redes de servicios públicos, con antejardines y trabajamos fuerte en la construcción de muros y empezaremos excavaciones en febrero o marzo de las rampas de acceso al deprimido. Estamos iniciando los puentes vehiculares en intersección de la avenida 68 con avenida primero de mayo, para luego demoler el actual y darle paso al viaducto del metro elevado. Seguimos el traslado de redes y la gestión predial. Es decir, el contrato se sigue ejecutando como está previsto y con el horizonte de llegar a la operación comercial en marzo de 2028.
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¿Cuál es el resumen de la reunión que se realizó con el presidente Gustavo Petro?
El señor presidente le pidió al consorcio chino un informe sobre la posibilidad de subterranizar total o parcialmente el tramo del metro que pasa por la avenida Caracas. Presentaron cinco alternativas, pero los constructores recomendaron una: la de extender la primera línea con un subterráneo desde la calle 72 hasta la calle 100, pero el presidente le parece más favorable subterranizar desde la estación 8 (carrera 50 con Primero de Mayo) hasta la calle 100, cambiando 13 kilómetros de la longitud del recorrido elevado.
¿Y cuáles son los riesgos?
Es un cambio con riesgos jurídicos, como se lo dijo el consorcio al presidente. Implicaría que la adición superara el 50 % del monto del contrato; modificar del objeto contractual, algo prohibido por la ley, y riesgos como demandas de terceros o de empresa que participaron, por cambiar las condiciones con la que se convocó el proceso de licitación, que llevarían a una eventual nulidad de cualquier modificación. Pero el presidente dijo que tenía unos conceptos, de abogados muy prestantes, que piensan lo contrario. Lo que se concluyó fue tener dos mesas de trabajo: una jurídica, para evaluar esos riesgos, y una financiera, para evaluar el origen de los recursos, porque esta alternativa costaría casi $7,2 billones (superando el 50% del costo inicial), los cuales se convertirían en $15,3 billones adicionales, incluyendo financiación.
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¿Qué piensa de correr esos riesgos? ¿Ve factible la modificación?
Los riesgos que expuso el consorcio son reales, se pueden materializar. Y son riesgos que hoy no debería enfrentar un contrato que está cerrado, financiado, que cuenta con recursos asegurados y que vamos cumpliendo de manera positiva. Pienso que no lo deberíamos alterar. Nuestra voluntad es ir a esas mesas, que propuso el presidente, para hacer un llamado a la sensatez, de que Bogotá necesita que la primera línea empiece a operar en 2028, porque la modificación que se propone nos llevaría a posponer la operación seis años más (hasta 2034).
¿Su mensaje será que dejen las cosas, cómo están?
De acuerdo. Vemos que los beneficios para la ciudad son superiores, con el proyecto como se estructuró, se contrató y se está ejecutando.
El presidente habla de beneficios urbanísticos en la Caracas y que sería mejor un subterráneo
Hay factores positivos y negativos para ambas alternativas, eso es cierto, pero en este momento se debe evaluar cuál es el beneficio. Para una comunidad, como la de Bosa, el poder recorrer desde Gibraltar hasta la calle 72 en 29 minutos y no en casi dos horas, es como duplicarles el tiempo de vacaciones al año. Hay que poner en la balanza una serie de factores positivos y mirar el impacto de tener lo antes posible un transporte masivo, digno, eficiente y limpio.
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¿Ya conoce los conceptos que tiene el presidente, que dicen que el cambio es factible?
No. El presidente nos anunció, que los tenían. El compromiso es hacerlo llegar a través de la secretaría jurídica de la Alcaldía.
Expertos dicen que la única opción es acabar el contrato actual y empezar de cero ¿Cómo lo ve?
La verdad son modificaciones grandes y mantenemos la expectativa de que existen factores de riesgo muy importantes, que podrían llevarlo a una nulidad y a una serie de demandas. Terminar de manera anticipada el contrato es otro riesgo inmenso. Es un contrato de concesión, donde no se tienen cantidades de obra por precio unitario, para saber cuánta plata se ha invertido, sino que se tienen un modelo financiero y una forma de pago, porque se apuesta a que se termine el contrato y se opere, porque esa es la función del concesionario. Ese escenario tan drástico de terminar un contrato no lo vemos y mantenemos una apuesta de ejecutar el actual proyecto, por todos los compromisos que tenemos a nivel mundial con la banca, con fábricas, etc. Cambiarlo ahora sería una parálisis impresionante y sus repercusiones realmente invaluables.
¿Qué le dice la banca que financia el proyecto?
Esta mañana nos reunimos con la banca multilateral y manifiestan su preocupación por la situación, pero por el seguimiento que le hacen a la ejecución del proyecto, están tranquilos. Saben que se viene desarrollando según la programación. Además, la palabra del gerente de la Empresa Metro es que seguimos ejecutando el proyecto, sin modificarlo, sin paralizarlo, ni altearlo. Iremos a las mesas convocadas por el señor presidente con la claridad de los beneficios y riesgos de las decisiones que se puedan tomar.
¿En caso de avanzar la modificación, la banca qué ha dicho?
Nosotros no hemos hecho evaluaciones sobre situaciones hipotéticas y menos con personas tan serias como la banca. Evaluamos hechos reales, resultado de reuniones reales y no hemos analizado una situación hipotética de qué pasaría si… No estamos en esa posición. Estamos desarrollando el contrato como está previsto.
La incertidumbre se mantiene por la insistencia del presidente Petro. ¿Desde su óptica, son razones técnicas o políticas?
Con todo respeto al señor presidente, él tiene la autoridad y la capacidad de evaluar diferentes alternativas, de manifestar sus opiniones, de ponerlas sobre la mesa y evaluarlas, y estoy seguro de que tomará la decisión que más le convenga a Bogotá.
Pero él no tendría posibilidad de cambiar un contrato, firmado por la Empresa Metro y el consorcio
La modificación del contrato es un hecho que debe venir dentro de la autoridad del contrato. Será la señora alcaldesa la que en algún momento evalúe con el señor presidente las decisiones a tomar. Pero hasta el momento, según las declaraciones de la alcaldesa, el contrato se mantiene en la ejecución y estamos realizando esa tarea.
Pero los que deben dar el sí a una modificación finalmente son la Empresa Metro y el consorcio. ¿Se podría negar, teniendo en cuenta los riesgos?
No quiero entrar en ese escenario. Evalúo hechos y mantenemos el compromiso de sacar el proyecto adelante. Sobre el gerente de la Empresa Metro está la junta directiva, que preside la alcaldesa y es quien lo nombra. En la junta hay tres representantes del Gobierno Nacional, tres del Distrito y tres independientes. Esa es la estructura directiva y será a través de esos canales que se den las instrucciones. En este momento la instrucción es seguir adelante.
¿Qué decirle a la gente que llevan esperando años este proyecto?
Tranquilidad, optimismo, esperanza y que estamos en un proceso de trabajo importante. Haremos todas las socializaciones sobre los planes de manejo de tráfico, las interrupciones a la comunidad, mantenemos un constante vínculo con ellos y creo que el mensaje es que la primera línea sigue adelante, como está prevista.
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