Jóvenes con Oportunidades: la ruta para que miles de jóvenes concreten sus sueños
Por primera vez, tres secretarías y una entidad se unen en un objetivo común: crear un ecosistema de oportunidades para jóvenes vulnerables, de 18 a 28 años, a través de una completa ruta, que los direcciona hacia un futuro lleno de posibilidades.
María Arias Chaparro tiene 24 años, vive en el barrio Villa Anita (Usme) y es una de esas jóvenes bogotanas que intenta forjarse un futuro, en una ciudad donde uno de cada seis jóvenes, entre los 18 y 28 años, está en exclusión productiva. Pero su futuro empieza a aclararse: es una de las primeras 40.000 jóvenes que se beneficiarán este cuatrienio del programa ‘Jóvenes con Oportunidades’, que le apuesta a cerrar las brechas de acceso a la educación y al trabajo, a través de una ruta integral y articulada entre varias entidades del Distrito Capital bajo el liderazgo del alcalde Galán. “Cuando eres joven y estás a punto de elegir tu camino, pones en una balanza lo que quieres y lo que necesitas. Es un tiempo de incertidumbre”, dice María.
Bogotá hoy es hogar de casi un millón ochocientos mil jóvenes, que representan el 22% de la población, pero alrededor de 390.000 viven en pobreza monetaria, el 16,5% no estudia ni trabaja y el 13,6% trabaja en informalidad. Adicionalmente, el 61% la población joven más excluida que ha terminado sus estudios de educación media no ha accedido a oportunidades posteriores, y un 14% no ha culminado la educación básica primaria o la secundaria. Sin embargo, todos están llenos de sueños, como María, cuya ilusión es estudiar ingeniería de sistemas.
De ahí, la necesidad de hacer de Bogotá una ciudad que responda a las necesidades de esa población, acabando con esa desigualdad de oportunidades. ¿Pero cómo hacerlo? Cerrar esas brechas no es sencillo y para lograrlo se debe conectar a diversos actores y articular las instituciones públicas que inciden en la juventud, para atacar todos los frentes. Esto, aunque parece evidente, no sucedía en la ciudad, según explica Diego Escallón, subsecretario de Integración Interinstitucional de la Secretaría de Educación, sobre el programa ‘Jóvenes Oportunidades’, que beneficiará este año a 2.000 jóvenes como María y alcanzará a 40.000 jóvenes en lo que resta del cuatrienio.
“Con el programa buscamos unificar la visión de la ciudad, integrando esfuerzos de diferentes entidades, para abordar conjuntamente las problemáticas de esta población. Es una apuesta de carácter intersectorial, en la que involucramos a cuatro entidades: las secretarías de Educación, Integración Social y Desarrollo Económico, así como la Agencia de Educación Superior (Atenea). Esta colaboración busca brindar mejores oportunidades a aquellos jóvenes que no estudian ni trabajan, detalla Escallón.
Rutas de educación
Desde el barrio Las Ferias en Engativá, Michel Dayana Forero Moreno, de 19 años, sueña con ser una gran contadora. En este momento está terminando el colegio a través de educación para jóvenes y adultos y trabaja para una empresa que fabrica camisetas. “Me destaco mucho en los números”, dice y agrega que un obstáculo que le ha impedido pensar en su sueño como algo tangible es el acceso a la educación superior. “Me gustaría estudiar algo profesional, pero la economía no me lo permite”, resalta.
“En el tema de educación tenemos unas problemáticas muy sentidas. Una es que nuestros jóvenes llegan a noveno y solo el 77% se gradúa en el momento oportuno. Otra es que nuestra tasa de absorción a la posmedia sigue siendo bajita para las expectativas de desarrollo y de construcción de proyectos de vida que debe tener una sociedad; por eso, tenemos una meta muy grande, poder incrementar esa tasa para que llegue al 70% al final del cuatrienio, es decir, que el 70% de los que se gradúen de bachillerato puedan acceder a formación posmedia. Con este proyecto lo que queremos es volver a traer a esos jóvenes que no terminaron el bachillerato o no tuvieron acceso a una oportunidad de educación posmedia para que estudien acompañados de una transferencia monetaria, de manera que puedan enrutarse y tener un camino de emprendimiento o empleabilidad, porque la idea es llegar a todos los que se han sentido excluidos de la oferta”, señala la secretaria de Educación, Isabel Segovia.
Con ‘Jóvenes con Oportunidades’, el Distrito busca eliminar esas barreras que exponen María y Dayana. El plan es ofrecer, a los jóvenes que hoy en día no estudian ni trabajan o están en informalidad, la oportunidad para que terminen su bachillerato mediante un modelo flexible de educación para jóvenes y adultos, y un programa de formación terciaria de ciclo corto o largo, beneficiándolos también con subsidios condicionados, acompañamiento socio ocupacional e intermediación laboral. Pero antes de acceder a los programas, a cada joven se le realizará un proceso orientación gracias a un diagnóstico que se levantará con plan similar a un “triage médico”.
Diego Escallón describe el proceso, en el que se evalúan las expectativas de los candidatos y se les brinda acompañamiento, para que puedan estudiar o trabajar, dependiendo de sus intereses y necesidades. “Los jóvenes reciben orientación socio ocupacional, para ayudarlos a decidir qué quieren hacer y se les acompaña en el proceso de toma de decisiones”.
Víctor Saavedra, director de Atenea, explica que cada ciclo de formación está pensado para que vaya en línea con las tendencias del mercado laboral. En primer lugar, los programas de ciclo corto y/o certificaciones que promueve la Agencia pueden abarcar desde habilidades técnicas específicas hasta competencias blandas, que permitan a los jóvenes adquirir rápidamente conocimientos y destrezas relevantes, para aumentar sus posibilidades de empleabilidad y capacidad para adaptarse a cambios tecnológicos y sectoriales.
“La meta es formar a cerca de 20.000 jóvenes en programas de ciclo corto a través de nuestro programa Talento Capital y en articulación con la Ruta Distrital de Jóvenes con Oportunidades. En el marco del programa, venimos trabajando en mejorar y escalar la oferta de estas certificaciones. Este año hemos hecho cuatro convocatorias: Construcción, Habilidades Digitales, BPO e inglés. Con esto se han beneficiado cerca de 7.000 personas en estos sectores”, puntualizó Saavedra.
Adicionalmente, con la ruta de formación de ciclo largo en la educación universitaria, técnica y tecnológica y en educación para el trabajo y el desarrollo humano, se beneficiarán otros 12.000 jóvenes, para beneficiar con educación durante el cuatrienio de esta administración distrital al menos a 40 mil jóvenes que actualmente no estudian ni trabajan.
Apoyo económico
“Estudiar y trabajar simultáneamente es un reto que implica disciplina y compromiso”, anotó María. Y esto lo sabe la administración, por lo que, la Secretaría de Integración Social jugará un papel fundamental en la ruta, con transferencias monetarias condicionadas, para garantizar que los beneficiarios permanezcan y concreten sus ciclos académicos, sin el impedimento económico. Diego Duque, Subdirector de Juventud de Integración Social, explica el rol de la entidad en la ruta de oportunidades: “Desde la Secretaría Distrital de Integración Social se abordan las desigualdades que enfrentan los jóvenes, mediante diversas iniciativas, destacándose el programa Jóvenes con Oportunidades. En este programa proporcionamos transferencias monetarias condicionadas, para facilitar su acceso y permanencia en el sistema educativo”.
Y agrega: “Además, ofrecemos acompañamiento psicosocial y orientación laboral, promoviendo su inclusión social y productiva. A través del programa, se busca, no solo mejorar la situación educativa, sino también brindarles herramientas para su desarrollo integral y participación en la sociedad y la economía”, puntualiza. El valor de las transferencias depende del tipo de ruta de formación a la que acceda cada beneficiario. Por ejemplo, las transferencias del ciclo de formación corta cuentan con giros de hasta $1′200.000 y las del ciclo largo, de hasta $4′700.000.
“Para ser beneficiario de las transferencias monetarias condicionadas del programa Jóvenes con Oportunidades, los jóvenes deben cumplir con un proceso de selección, el cual asegura que, quienes más lo necesitan, puedan acceder a los beneficios. Una vez dentro, se les orienta hacia rutas de formación diseñadas para mejorar sus habilidades y competencias, con actividades que contribuyen a su desarrollo personal y profesional. Para hacer parte del programa se debe contar con tres siguientes requisitos: tener entre los 14 y 28 años; ser residentes en el Distrito Capital, y contar con SISBEN IV de Bogotá”, añade el Subdirector.
Vinculación laboral
“En un contexto donde la tasa de empleo juvenil es de 16,1%, aproximadamente 7 puntos por encima de la tasa de desempleo nacional, un programa integral enfocado en jóvenes con vulnerabilidades, que corrija las principales barreras de acceso al mercado laboral, es fundamental”, anota María del Pilar López Uribe, secretaria de Desarrollo Económico.
Esta cartera lidera el proceso de enrutamiento laboral, a través del desarrollo de habilidades blandas y competencias técnicas, incrementando las probabilidades de enganche laboral. “Además, el equipo de intermediación laboral y gestores empresariales facilita la participación en convocatorias y ferias de empleabilidad, con el objetivo de que al menos el 30 % de los jóvenes, que acceden a estas oportunidades, logren concretar una oferta laboral”, añade.
El director de Atenea complementa que la nueva oferta de formación será más pertinente con el escenario laboral y “contribuirá a que más ciudadanos accedan a nuevos empleos y a que, quienes ya hacen parte de esta industria y están vinculados, mejoren sus competencias para ascender a nivel laboral y elevar sus ingresos”.
La entrega de estos incentivos, a lo largo de estos cuatro años, será así: 40.000 jóvenes se beneficiarán con transferencias monetarias condicionadas y acompañamiento psicosocial. De estos, 8.000 accederán a la educación para personas jóvenes y adultas, con la oferta por ciclos, para finalizar su bachillerato; otros 20.000 fortalecerán habilidades laborales con cursos cortos, para acceder al mercado; y 12.000 accederán a formación en ciclos largos de educación superior y de educación para el trabajo y el desarrollo humano. Alrededor de 33.180 estarán en procesos de intermediación laboral, a través de Talento Capital. La meta es emplear a más 10.000 mujeres y hombres jóvenes.
María y Michel Dayana ya empezaron a cursar los primeros módulos de la ruta de formación de ‘Jóvenes con Oportunidades’. “La atención comienza con formación psicoemocional y nos han enseñado a conocernos a nosotras mismas y así direccionar nuestros sueños hacia dónde queremos, con las oportunidades que se empiezan abrir”, dijo la joven, que sueña ser contadora.
‘Jóvenes con Oportunidades’ llegará a 17.000 beneficiados en 2025
El programa Jóvenes con Oportunidades se establece en el marco del Plan de Desarrollo Distrital 2024- 2027 “Bogotá Camina Segura”. El objetivo de este programa es contribuir a la inclusión social y productiva de jóvenes en pobreza extrema, pobreza moderada y vulnerabilidad por inseguridad alimentaria. Esto se espera lograr a través de una estrategia intersectorial que incluye transferencias monetarias condicionadas, oportunidades de finalizar su formación académica, acompañamiento psicosocial e intermediación laboral efectiva.
En todo el cuatrienio se espera impactar positivamente la vida de 40.000 Jóvenes entre 14 y 28 años, en el programa intersectorial para la inclusión social y productiva de jóvenes en Bogotá. En 2025 se beneficiarán 17.000 jóvenes; en 2026 serán 12.000 y en 2027, 9.000. Este año el programa arranca con 2.000 jóvenes que ya están inmersos en las primeras fases de formación para un futuro con oportunidades.
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María Arias Chaparro tiene 24 años, vive en el barrio Villa Anita (Usme) y es una de esas jóvenes bogotanas que intenta forjarse un futuro, en una ciudad donde uno de cada seis jóvenes, entre los 18 y 28 años, está en exclusión productiva. Pero su futuro empieza a aclararse: es una de las primeras 40.000 jóvenes que se beneficiarán este cuatrienio del programa ‘Jóvenes con Oportunidades’, que le apuesta a cerrar las brechas de acceso a la educación y al trabajo, a través de una ruta integral y articulada entre varias entidades del Distrito Capital bajo el liderazgo del alcalde Galán. “Cuando eres joven y estás a punto de elegir tu camino, pones en una balanza lo que quieres y lo que necesitas. Es un tiempo de incertidumbre”, dice María.
Bogotá hoy es hogar de casi un millón ochocientos mil jóvenes, que representan el 22% de la población, pero alrededor de 390.000 viven en pobreza monetaria, el 16,5% no estudia ni trabaja y el 13,6% trabaja en informalidad. Adicionalmente, el 61% la población joven más excluida que ha terminado sus estudios de educación media no ha accedido a oportunidades posteriores, y un 14% no ha culminado la educación básica primaria o la secundaria. Sin embargo, todos están llenos de sueños, como María, cuya ilusión es estudiar ingeniería de sistemas.
De ahí, la necesidad de hacer de Bogotá una ciudad que responda a las necesidades de esa población, acabando con esa desigualdad de oportunidades. ¿Pero cómo hacerlo? Cerrar esas brechas no es sencillo y para lograrlo se debe conectar a diversos actores y articular las instituciones públicas que inciden en la juventud, para atacar todos los frentes. Esto, aunque parece evidente, no sucedía en la ciudad, según explica Diego Escallón, subsecretario de Integración Interinstitucional de la Secretaría de Educación, sobre el programa ‘Jóvenes Oportunidades’, que beneficiará este año a 2.000 jóvenes como María y alcanzará a 40.000 jóvenes en lo que resta del cuatrienio.
“Con el programa buscamos unificar la visión de la ciudad, integrando esfuerzos de diferentes entidades, para abordar conjuntamente las problemáticas de esta población. Es una apuesta de carácter intersectorial, en la que involucramos a cuatro entidades: las secretarías de Educación, Integración Social y Desarrollo Económico, así como la Agencia de Educación Superior (Atenea). Esta colaboración busca brindar mejores oportunidades a aquellos jóvenes que no estudian ni trabajan, detalla Escallón.
Rutas de educación
Desde el barrio Las Ferias en Engativá, Michel Dayana Forero Moreno, de 19 años, sueña con ser una gran contadora. En este momento está terminando el colegio a través de educación para jóvenes y adultos y trabaja para una empresa que fabrica camisetas. “Me destaco mucho en los números”, dice y agrega que un obstáculo que le ha impedido pensar en su sueño como algo tangible es el acceso a la educación superior. “Me gustaría estudiar algo profesional, pero la economía no me lo permite”, resalta.
“En el tema de educación tenemos unas problemáticas muy sentidas. Una es que nuestros jóvenes llegan a noveno y solo el 77% se gradúa en el momento oportuno. Otra es que nuestra tasa de absorción a la posmedia sigue siendo bajita para las expectativas de desarrollo y de construcción de proyectos de vida que debe tener una sociedad; por eso, tenemos una meta muy grande, poder incrementar esa tasa para que llegue al 70% al final del cuatrienio, es decir, que el 70% de los que se gradúen de bachillerato puedan acceder a formación posmedia. Con este proyecto lo que queremos es volver a traer a esos jóvenes que no terminaron el bachillerato o no tuvieron acceso a una oportunidad de educación posmedia para que estudien acompañados de una transferencia monetaria, de manera que puedan enrutarse y tener un camino de emprendimiento o empleabilidad, porque la idea es llegar a todos los que se han sentido excluidos de la oferta”, señala la secretaria de Educación, Isabel Segovia.
Con ‘Jóvenes con Oportunidades’, el Distrito busca eliminar esas barreras que exponen María y Dayana. El plan es ofrecer, a los jóvenes que hoy en día no estudian ni trabajan o están en informalidad, la oportunidad para que terminen su bachillerato mediante un modelo flexible de educación para jóvenes y adultos, y un programa de formación terciaria de ciclo corto o largo, beneficiándolos también con subsidios condicionados, acompañamiento socio ocupacional e intermediación laboral. Pero antes de acceder a los programas, a cada joven se le realizará un proceso orientación gracias a un diagnóstico que se levantará con plan similar a un “triage médico”.
Diego Escallón describe el proceso, en el que se evalúan las expectativas de los candidatos y se les brinda acompañamiento, para que puedan estudiar o trabajar, dependiendo de sus intereses y necesidades. “Los jóvenes reciben orientación socio ocupacional, para ayudarlos a decidir qué quieren hacer y se les acompaña en el proceso de toma de decisiones”.
Víctor Saavedra, director de Atenea, explica que cada ciclo de formación está pensado para que vaya en línea con las tendencias del mercado laboral. En primer lugar, los programas de ciclo corto y/o certificaciones que promueve la Agencia pueden abarcar desde habilidades técnicas específicas hasta competencias blandas, que permitan a los jóvenes adquirir rápidamente conocimientos y destrezas relevantes, para aumentar sus posibilidades de empleabilidad y capacidad para adaptarse a cambios tecnológicos y sectoriales.
“La meta es formar a cerca de 20.000 jóvenes en programas de ciclo corto a través de nuestro programa Talento Capital y en articulación con la Ruta Distrital de Jóvenes con Oportunidades. En el marco del programa, venimos trabajando en mejorar y escalar la oferta de estas certificaciones. Este año hemos hecho cuatro convocatorias: Construcción, Habilidades Digitales, BPO e inglés. Con esto se han beneficiado cerca de 7.000 personas en estos sectores”, puntualizó Saavedra.
Adicionalmente, con la ruta de formación de ciclo largo en la educación universitaria, técnica y tecnológica y en educación para el trabajo y el desarrollo humano, se beneficiarán otros 12.000 jóvenes, para beneficiar con educación durante el cuatrienio de esta administración distrital al menos a 40 mil jóvenes que actualmente no estudian ni trabajan.
Apoyo económico
“Estudiar y trabajar simultáneamente es un reto que implica disciplina y compromiso”, anotó María. Y esto lo sabe la administración, por lo que, la Secretaría de Integración Social jugará un papel fundamental en la ruta, con transferencias monetarias condicionadas, para garantizar que los beneficiarios permanezcan y concreten sus ciclos académicos, sin el impedimento económico. Diego Duque, Subdirector de Juventud de Integración Social, explica el rol de la entidad en la ruta de oportunidades: “Desde la Secretaría Distrital de Integración Social se abordan las desigualdades que enfrentan los jóvenes, mediante diversas iniciativas, destacándose el programa Jóvenes con Oportunidades. En este programa proporcionamos transferencias monetarias condicionadas, para facilitar su acceso y permanencia en el sistema educativo”.
Y agrega: “Además, ofrecemos acompañamiento psicosocial y orientación laboral, promoviendo su inclusión social y productiva. A través del programa, se busca, no solo mejorar la situación educativa, sino también brindarles herramientas para su desarrollo integral y participación en la sociedad y la economía”, puntualiza. El valor de las transferencias depende del tipo de ruta de formación a la que acceda cada beneficiario. Por ejemplo, las transferencias del ciclo de formación corta cuentan con giros de hasta $1′200.000 y las del ciclo largo, de hasta $4′700.000.
“Para ser beneficiario de las transferencias monetarias condicionadas del programa Jóvenes con Oportunidades, los jóvenes deben cumplir con un proceso de selección, el cual asegura que, quienes más lo necesitan, puedan acceder a los beneficios. Una vez dentro, se les orienta hacia rutas de formación diseñadas para mejorar sus habilidades y competencias, con actividades que contribuyen a su desarrollo personal y profesional. Para hacer parte del programa se debe contar con tres siguientes requisitos: tener entre los 14 y 28 años; ser residentes en el Distrito Capital, y contar con SISBEN IV de Bogotá”, añade el Subdirector.
Vinculación laboral
“En un contexto donde la tasa de empleo juvenil es de 16,1%, aproximadamente 7 puntos por encima de la tasa de desempleo nacional, un programa integral enfocado en jóvenes con vulnerabilidades, que corrija las principales barreras de acceso al mercado laboral, es fundamental”, anota María del Pilar López Uribe, secretaria de Desarrollo Económico.
Esta cartera lidera el proceso de enrutamiento laboral, a través del desarrollo de habilidades blandas y competencias técnicas, incrementando las probabilidades de enganche laboral. “Además, el equipo de intermediación laboral y gestores empresariales facilita la participación en convocatorias y ferias de empleabilidad, con el objetivo de que al menos el 30 % de los jóvenes, que acceden a estas oportunidades, logren concretar una oferta laboral”, añade.
El director de Atenea complementa que la nueva oferta de formación será más pertinente con el escenario laboral y “contribuirá a que más ciudadanos accedan a nuevos empleos y a que, quienes ya hacen parte de esta industria y están vinculados, mejoren sus competencias para ascender a nivel laboral y elevar sus ingresos”.
La entrega de estos incentivos, a lo largo de estos cuatro años, será así: 40.000 jóvenes se beneficiarán con transferencias monetarias condicionadas y acompañamiento psicosocial. De estos, 8.000 accederán a la educación para personas jóvenes y adultas, con la oferta por ciclos, para finalizar su bachillerato; otros 20.000 fortalecerán habilidades laborales con cursos cortos, para acceder al mercado; y 12.000 accederán a formación en ciclos largos de educación superior y de educación para el trabajo y el desarrollo humano. Alrededor de 33.180 estarán en procesos de intermediación laboral, a través de Talento Capital. La meta es emplear a más 10.000 mujeres y hombres jóvenes.
María y Michel Dayana ya empezaron a cursar los primeros módulos de la ruta de formación de ‘Jóvenes con Oportunidades’. “La atención comienza con formación psicoemocional y nos han enseñado a conocernos a nosotras mismas y así direccionar nuestros sueños hacia dónde queremos, con las oportunidades que se empiezan abrir”, dijo la joven, que sueña ser contadora.
‘Jóvenes con Oportunidades’ llegará a 17.000 beneficiados en 2025
El programa Jóvenes con Oportunidades se establece en el marco del Plan de Desarrollo Distrital 2024- 2027 “Bogotá Camina Segura”. El objetivo de este programa es contribuir a la inclusión social y productiva de jóvenes en pobreza extrema, pobreza moderada y vulnerabilidad por inseguridad alimentaria. Esto se espera lograr a través de una estrategia intersectorial que incluye transferencias monetarias condicionadas, oportunidades de finalizar su formación académica, acompañamiento psicosocial e intermediación laboral efectiva.
En todo el cuatrienio se espera impactar positivamente la vida de 40.000 Jóvenes entre 14 y 28 años, en el programa intersectorial para la inclusión social y productiva de jóvenes en Bogotá. En 2025 se beneficiarán 17.000 jóvenes; en 2026 serán 12.000 y en 2027, 9.000. Este año el programa arranca con 2.000 jóvenes que ya están inmersos en las primeras fases de formación para un futuro con oportunidades.
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