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En las últimas horas, el juez 31 de control de garantías de Bogotá dejó en libertad a Juan Felipe Montoya Jiménez, alias Pipe, uno de los quince capturados de la banda ‘Los relojeros’, que operaba en la capital y en Medellín.
Dentro de los argumentos, el togado señaló que la Fiscalía no había sustentado de manera oportuna la imputación de cargos y que fue el abogado defensor quien puso en conocimiento los antecedentes. “Sabía que el señor Juan Felipe Jiménez fue condenado por el delito de hurto. El juzgado no sabía y lo sabe ahora gracias a la defensa que él cumplió su pena y recibió libertad condicional en 2021″.
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Su libertad se suma a la de otros nueve integrantes y a cinco, quienes fueron los únicos con medida de aseguramiento.
El ‘modus operandi’ de la estructura criminal consistía en captar a las víctimas en aeropuertos y centros comerciales, para, posteriormente, cometer los hurtos. Este grupo estaba al mando de alias ‘Sangre’, y contaba con cerca de 20 integrantes que, ejerciendo violencia, hurtaban relojes de alta gama y joyas, en las ciudades de Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Cartagena y Barranquilla. Cada integrante tenía un rol definido: marcadores, conductores, perpetradores de los hurtos y receptadores. Se les atribuye al menos 16 eventos en un valor a cercano a los 1.500 millones de pesos.
Apelarán la decisión del juez
“Somos respetuosos de las decisiones de la justicia y apelamos a través de los canales institucionales. En este caso, respaldamos la petición que hace la Fiscalía, dado los elementos probatorios que existen en el caso”, indicó el alcalde Galán.
Y subrayó que hubo personas que denunciaron estos hechos violentos, poniendo en peligro su vida, por lo que la libertad de los delincuentes puede representar un peligro para las víctimas que rompieron el silencio. “Una de las prioridades de la política de seguridad de Bogotá y del trabajo conjunto entre la Secretaría de Seguridad, la Policía y la Fiscalía ha sido luchar contra las bandas que se dedican, particularmente, al hurto violento”, afirmó el alcalde.
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Por su parte, el secretario de Seguridad, César Restrepo, señaló lo siguiente: “Quien compra uno de estos relojes robados, es tan responsable del delito como a aquel que pone un arma en la cabeza de un ciudadano para robarlo. En este caso, los receptadores quedaron libres y son los que se encargan de ordenar el mercado criminal. Su peligrosidad es de igual magnitud o peor que aquel que opera el arma. A estos individuos en la calle no les cuesta nada volver a instrumentalizar a otros delincuentes y volver a armar la ruta”.
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Por Redacción Bogotá
