Justicia y verdad, acorraladas en caso de Mauricio Leal y Marleny Hernández
Tras dos años del crimen del estilista Mauricio Leal y su madre Marleny Hernández, el proceso judicial ha estado marcado por discordias entre la Fiscalía y la defensa, así como de maniobras dilatorias en uno de los casos más estremecedores de la última década. ¿Dónde queda la verdad y la justicia?
Juan Camilo Parra
Entre la noche del 21 de noviembre de 2021 y la madrugada del 22 ocurrió uno de los crímenes más estremecedores de los últimos años en el país: el asesinato del reconocido estilista Mauricio Leal y de su madre, Marleny Hernández. La escena del crimen, en la casa de La Calera, parecía sacada de un relato de la escritora de misterio Agatha Christie: los cuerpos de madre e hijo apuñalados, con excesos de violencia, sobre una cama; una carta que hablaba de suicidio y claves de cuentas bancarias; una mansión llena de pistas, y un hermano e hijo, Jhonier Leal, quien pasó de ser doliente a una suerte de Caín, acusado del doble crimen.
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Entre la noche del 21 de noviembre de 2021 y la madrugada del 22 ocurrió uno de los crímenes más estremecedores de los últimos años en el país: el asesinato del reconocido estilista Mauricio Leal y de su madre, Marleny Hernández. La escena del crimen, en la casa de La Calera, parecía sacada de un relato de la escritora de misterio Agatha Christie: los cuerpos de madre e hijo apuñalados, con excesos de violencia, sobre una cama; una carta que hablaba de suicidio y claves de cuentas bancarias; una mansión llena de pistas, y un hermano e hijo, Jhonier Leal, quien pasó de ser doliente a una suerte de Caín, acusado del doble crimen.
Esto en medio de un drama familiar que se tomó las primeras planas de los medios. Y a dos años de teorías del caso, especulaciones, cientos de pruebas, dilaciones y discordias, la verdad de lo que allí ocurrió esa noche sigue escondida entre los egos de investigadores y los intentos de un hermano en la ruina y recluido en La Picota, intentando demostrar su inocencia frente a los delitos que en una ocasión aceptó.
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Retrospectiva
A sus 46 años, Mauricio Leal era uno de los estilistas más reconocidos del país. Personalidades de la farándula colombiana, como la cantante Fanny Lu, y la presentadora Carolina Cruz acudían a él, no solo para arreglarse el cabello, sino como amigo. Antes de su asesinato, Leal planeaba abrir una sede de su peluquería, en el norte de Bogotá. Para entonces había acogido en su casa, ubicada en el conjunto Arboretto (de La Calera), a su hermano mayor, Jhonier, quien perdió su negocio, producto de la pandemia. La convivencia duró poco más de dos meses, hasta aquella fatídica noche del 21 de noviembre.
Tras el doble homicidio, pocos imaginaron que Jhonier fuese a ser el principal sospechoso. Incluso dos semanas después de los trágicos hechos, el 8 de diciembre dio una entrevista a Noticias Caracol contando cómo él y el chofer de Mauricio (Jair Ruiz, pieza clave del caso) encontraron los cuerpos. Pero las investigaciones avanzaron y la noche del 14 de enero del 2022, el CTI allanó su vivienda y lo puso tras las rejas.
Allí empezaron a barajarse las versiones, su negación, su aceptación y posterior retractación. El 17 de enero, en la primera audiencia, durante la imputación de cargos, dijo ser inocente e incapaz de asesinar a su hermano y a su madre. Casi 24 horas después, en la continuación de la diligencia, cambió su versión, aceptó ser el asesino y le pidió perdón a su familia y al país. Cuatro meses después, el 22 de abril, se retractó, volvió a su versión de inocencia, argumentando que había aceptado su responsabilidad por presiones de la Fiscalía.
Este es el primer momento del proceso que resalta Élmer Montaña, abogado que representa a las tías de Mauricio, como víctimas en el caso. Según él, todo pudo terminar ahí, si no hubiese sido por la actuación de la Fiscalía, representada por Mauricio Burgos, un filoso fiscal que se convirtió en otro personaje protagónico de esta parte de la historia.
“Por el afán de protagonismo se agotó esa etapa en la que se pudo cerrar el caso. Jhonier había confesado, pero el fiscal metió la cucharada y dijo que esa confesión estaba supeditada a un preacuerdo con la Fiscalía. Fue un error no validar la aceptación, porque eso sirvió para que el procesado luego alegara que había confesado por presión”, cuenta Montaña a El Espectador.
Ana Julieth Velásquez fue la abogada de Jhonier hasta el pasado 7 de septiembre, cuando renunció en pleno juicio. Ella cree fielmente en la inocencia de su excliente y señala que fue un error que hubiese dicho en un inicio que era culpable. “Me mantengo: este caso es un homicidio-suicidio”, señala y explica que su teoría del caso es que Mauricio asesinó a su madre y luego se quitó la vida.
Tras retractarse, la Fiscalía le imputó a Jhonier, el 8 de julio de 2022, los cargos de homicidio agravado en concurso con ocultamiento y/o destrucción de material probatorio. Montaña recuerda que insistió en que, además, le imputaran tortura y evaluaran si el crimen de su madre Marleny era feminicidio. En concreto, tanto el abogado de las víctimas como la exdefensora de Jhonier coinciden en que el proceso fue apresurado.
“La Fiscalía adelantó la investigación en 53 días, no evaluó todas las posibilidades”, indicó la Velásquez. Por su parte, Montaña añade que “es un caso paradigmático, que ojalá sirviera para que se hiciera una reflexión del sistema penal acusatorio. La Fiscalía debe estar más orientada al establecimiento de la verdad y a que se haga justicia antes que vender la idea de que se está haciendo algo. Sobre todo, los fiscales que se casan con una línea de investigación y descartan otro tipo de posibilidad, le hacen daño al sistema penal”.
En juicio
El pasado 12 de mayo se inició el juicio, en la que ambos bandos han presentado testigos y pruebas ante la jueza 55 penal de Bogotá. La Fiscalía se armó con más de 200 evidencias, para demostrar cómo el acusado alteró la escena del crimen, envió audios falsos y usó el celular toda la noche, cuando dijo estar bajo efectos de valeriana. Por su parte, la defensa tiene más de 100, en las que se encuentran testigos y peritos forenses. Ha sido una etapa accidentada y demorada, en la que la atención se la llevaron los choques entre la antigua abogada de Jhonier y el fiscal Burgos.
Una de las consecuencias del manejo del fiscal, según la exabogada Ana Julieth Velásquez, fue su renuncia al proceso, que desde el inicio estuvo marcado por las confrontaciones. Aunque en medio, vale destacar, también estaban las aparentes dilaciones de su parte, por situaciones personales y médicas. “Es un fiscal particular, trata de relucir más de lo que la dignidad manda. Y han sido evidentes los choques con la defensa de víctimas”, analiza el abogado penalista Juan José Castro.
La abogada Velásquez recalca que renunció al ser “víctima de bullying, de ataques personales y de amenazas de la Fiscalía”, señaló. Su renuncia dio un vuelco al caso y, a falta de recursos del acusado, la defensoría del pueblo asignó a Daniel Felipe Peña como nuevo defensor de Jhonier. Su estrategia se mantiene en demostrar la teoría de Velásquez y, para ello, presentó una testigo -amiga de Marleny Hernández- que intenta cambiar el relato y afirmar que el medio hermano de Mauricio, Carlos Andrés García, podría tener algo que ver en el caso. Por su parte, García, preso en Jamundí por abuso sexual, la denunció por injuria y calumnia, ya que él ha negado haber participado en el doble crimen.
Por el estrado han pasado Jair Ruiz, conductor de Mauricio; su hija Karen Ruiz, que trabaja con el estilista; peritos forenses, colegas y amigos colaboradores cercanos, que han dado cuenta de las relaciones que había entre la familia Leal Hernández, pues una cosa que ha rondado el misterio de lo que pasó, es lo que motivó tal atrocidad. La audiencia más reciente se celebró el 21 de septiembre. Allí la jueza anuló la presentación de un testigo (perito forense) que quiso emplear la defensa de Jhonier. Al final, el abogado apeló esta decisión diciendo que la situación económica de Leal no le permite acceder a un perito autorizado.
Una sola verdad
En estos dos años la familia Leal Hernández ha atravesado un proceso agónico, según cuenta Élmer Montaña. “Pasaron de creer a ojo cerrado en la inocencia de Jhonier, para después tener la convicción de que era culpable y más tarde a dudar. Eso es un carro de emociones, que da giros viendo cómo los medios distorsionan a veces las cosas. Ha sido doloroso para ellos, pues había una relación cercana, no solo con Jhonier, a quien querían mucho. No era la oveja negra de la familia, era un buen hijo y hasta donde sé, también un buen hermano. Tendría intereses, pero era muy querido”, dijo el abogado.
Lo mismo sucede con Jhonier y su familia, a quienes tampoco les ha tocado fácil. “Su esposa y sus hijos han pasado situaciones apretadas de dinero, y han sufrido anímica y emocionalmente. Sin embargo, él mantiene la fe intacta y yo me doy cuenta de que la opinión de las personas ha cambiado a lo largo de este juicio. Muchas personas mantienen la duda”, cuenta Velásquez.
Mientras se toma una decisión sobre la validez del testigo que presentó la defensa del acusado, se espera que el otro año se defina una sentencia en primera instancia. La Fiscalía pide la máxima pena contra, que en Colombia es de 60 años, pero será la jueza la que se decida qué es lo más cercano a la verdad de lo que ocurrió aquel 21 de noviembre en La Calera.
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