Lo que une y separa a Carlos Fernando Galán de Claudia López
La tarde de ayer, en el Liévano, se cerró con el primer empalme oficial entre Galán y López. Aunque con algunos reparos, la gerencia del nuevo alcalde no distaría mucho de la administración saliente.
Miguel Ángel Vivas Tróchez
Todo está listo para empezar en serio el empalme entre la administración de saliente, de la alcaldesa Claudia López, y la del gobierno de Carlos Fernando Galán. Si bien, con la de ayer van se completan dos reuniones, allí se aprovechó para definir el cronograma y los temas de la transición, que comenzarán el 7 de noviembre y se extenderán hasta el 22, en jornadas de medio día. Y para llegar bien empapado de todos los asuntos, Galán y sus asesores pidieron a la mandataria un dosier con informes de la situación jurídica, fiscal y contractual de la ciudad que recibirán.
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Todo está listo para empezar en serio el empalme entre la administración de saliente, de la alcaldesa Claudia López, y la del gobierno de Carlos Fernando Galán. Si bien, con la de ayer van se completan dos reuniones, allí se aprovechó para definir el cronograma y los temas de la transición, que comenzarán el 7 de noviembre y se extenderán hasta el 22, en jornadas de medio día. Y para llegar bien empapado de todos los asuntos, Galán y sus asesores pidieron a la mandataria un dosier con informes de la situación jurídica, fiscal y contractual de la ciudad que recibirán.
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El Espectador pudo conocer que hubo interés especial en documentos relacionados con los pormenores de las grandes obras en curso y en licitación; la existencia de procesos de concurso para la contratación de personal de planta; la minuta de los pleitos judiciales en los que la ciudad está envuelta; los detalles en torno a la política de Manzanas de Cuidado, y, por supuesto, el informe de los recursos para 2023 y la vigencia 2024.
A los contratos de infraestructura, los nuevos créditos para el metro y la situación financiera de la administración, seguro se sumarán cuantiosos pleitos judiciales abiertos en varios frentes. En primer lugar, las demandas contra el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que Claudia López aprobó por decreto; los líos jurídicos con la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Salitre, así como las dificultades para avanzar en la PTAR Canoas. Más adelante, en el compilado de litigios a resolver, el alcalde entrante encontrará la demanda por detrimento patrimonial por la creación del operador de transporte público La Rolita.
Además, lo que se podría considerar una “papa caliente” para su administración: el considerable cúmulo de procesos en contra de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP), que es, tal vez, la entidad con más procesos judiciales. Entre ellos, el enfrentamiento con CGR, el operador del relleno de Doña Juana, las disputas con los operadores de barrido y aseo de la ciudad, los problemas con el alumbrado público y, el más reciente, la operación de los cementerios públicos de la capital.
Con este panorama de problemas heredados, Carlos Fernando Galán acudirá a las próximas sesiones al Palacio Liévano con su ronda de preguntas y su análisis de los informes, que podrá resolver con los responsables de las 15 secretarías. Lejos de afrontar el reto solo, el nuevo alcalde conformó un equipo de 14 asesores, en su mayoría mujeres, para que lo apoyen en los aspectos técnicos. Los nombres que más destacan son los de la economista Carolina Soto (esposa de Alejandro Gaviria), la concejal Lucía Bastidas, la docente Sandra Borda y las exministras Cecilia M. Vélez y Ángela María Orozco.
Distancias entre Galán y López
“Construir sobre lo construido” fue uno de los mantras que más repitió Carlos Fernando Galán en su campaña. Dicho eslogan hace creer que su gestión, como él mismo lo ha dicho, caminará por un rumbo pragmático, de mantener lo que funciona y descartar lo que no. De lo que no le gusta, es fácil identificar divergencias entre Galán y López. La más evidente: seguridad.
Según el plan de gobierno del mandatario entrante, la estrategia de orden público tendrá cambios que, según dice, se notarán en los primeros 100 días de administración. Contrario a lo que ha hecho López, que ha priorizado los operativos en los que han sido arrestados los eslabones más abajo de la cadena del crimen, Galán dice que apuntará directamente a los cabecillas de las bandas delictivas.
Nota relacionada: Este es el equipo que acompaña a Carlos Fernando Galán en la reunión de empalme.
En la visión de orden público de Galán figura la instalación de cámaras de seguridad y la creación de una comisión de inteligencia para desmantelar los activos económicos de las bandas delictivas, algo novedoso respecto a lo que ha venido haciendo la administración López. Asimismo, Galán dice que no comparte la idea que impulsa López de una policía local.
Jorge Cuervo, experto en políticas públicas, dice que la diferencia más pronunciada entre ambos está en el corredor verde, en especial, porque fueron dos del Nuevo Liberalismo quienes lograron frenar el impulso que tenía la licitación. Lo más probable es que el nuevo alcalde plantee una nueva alternativa para la séptima, como la de incluir carriles para vehículos particulares.
Lo que une a López con Galán
Tanto Jorge Cuervo como el analista político John González le dijeron a El Espectador que el proceso de empalme entre ambos mandatarios será “el más tranquilo, tras las elecciones regionales en el país”. Según Cuervo, “hay una línea de continuidad porque tienen el mismo enfoque de ciudad en la mayoría de los temas”. González complementa este enunciado diciendo que “en los temas de infraestructura, que son los que marcan realmente el rumbo, las prioridades son idénticas”. Galán opta por la continuidad del viaducto de la primera línea del metro, el proceso de adjudicación para la segunda, y el desarrollo de los cables de San Cristóbal y Potosí. Además, se comprometió a seguir políticas sociales como las Manzanas del Cuidado y Jóvenes a la U.
Sobre esta línea continuista, opina Gabriela Soto, profesional en administración pública, que deriva de un espectro administrativo latente en Bogotá durante los últimos ocho años. “Después de tres períodos consecutivos de izquierda, los ciudadanos eligieron candidatos que representan un paradigma de gobierno neoinstitucionalista. Aquí el bienestar público ya no reposa únicamente sobre el Distrito, sino que se traslada a los esfuerzos conjuntos con el sector privado. Este actor, en los gobiernos de Peñalosa, Claudia López y ahora Galán, juega un papel decisivo en la toma de decisiones y en la inversión pública”, destacó Soto, quien resaltó el papel que la figura asociativa APP tuvo en las dos últimas administraciones y en el rol que, probablemente, tendrá en la de Galán.
No obstante, la barrera del presupuesto podría ser la que divida la supuesta continuidad. Los indicadores actuales parecen están en norma, pero bajo condiciones limitadas. Las dos líneas del metro, los cables y demás obras, sumadas al gasto público, dejan a la ciudad con una deuda cercana a los $17 billones; la más alta de la historia. Aunque, según la Secretaría de Hacienda, la calificación crediticia de la ciudad es de AAA, el margen fiscal para la vigencia 2024 podría apretar las aspiraciones del alcalde entrante. Esto originaría, según los analistas, que Galán tuviera que dar macha atrás a algunos programas de López que desea continuar.
A menos de dos meses de que comience el gobierno de Carlos Fernando Galán, la ciudadanía espera que la aparente armonía entre los dos haga que las promesas de campaña, cuando afirmaba aquello de construir sobre lo construido, sean realidad. En caso de ser posible una sinergia entre los dos gobiernos, Bogotá podría ser un oasis de estabilidad en medio de las que, seguramente, serán una gama de transiciones difíciles en otras regiones del país, en las que el cambio de mando, al contrario que en la capital, dio un giro de 180 grados.
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