“Los teleféricos están preparados para la crisis energética”: gerente de Doppelmayr
Alejandro Zambrano, gerente de la compañía para Colombia, habló de los proyectos de movilidad sostenible en la ciudad y el futuro de los teleféricos que construye la compañía extranjera, en medio de la crisis energética.
Miguel Ángel Vivas Tróchez
La compañía de origen austriaco, Doppelmayr, ha sido protagonista del desarrollo de teleféricos en la ciudad. Desde el emblemático cable de Monserrate, hasta el Transmicable de Ciudad Bolívar, la filial de esta compañía en nuestro país ha dicho presente. Hoy, después de ganar los procesos licitatorios correspondientes, están al frente de la construcción de los futuros cables de San Cristóbal y Potosí, los cuales, al igual que sus antecesores, tienen el potencial de cambiar la vida de los residentes de Bogotá para siempre.
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La compañía de origen austriaco, Doppelmayr, ha sido protagonista del desarrollo de teleféricos en la ciudad. Desde el emblemático cable de Monserrate, hasta el Transmicable de Ciudad Bolívar, la filial de esta compañía en nuestro país ha dicho presente. Hoy, después de ganar los procesos licitatorios correspondientes, están al frente de la construcción de los futuros cables de San Cristóbal y Potosí, los cuales, al igual que sus antecesores, tienen el potencial de cambiar la vida de los residentes de Bogotá para siempre.
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El Espectador habló con Alejandro Zambrano, gerente de la compañía para Colombia, sobre el futuro de los nuevos proyectos, las perspectivas a futuros, y los retos que tiene la movilidad sostenible en medio de la crisis energética por la que atraviesa nuestro país, y el mundo entero.
¿Cómo evalúa la inmersión de la empresa en el país?
La empresa lleva en Colombia un poco más de 10 años. La experiencia ha sido positiva ya que hemos logrado construir teleféricos muy representativos y de gran contribución social y al desarrollo de la región. Confiamos en el sistema legal colombiano, en la seguridad económica, y en que los fondos están garantizados para obras públicas. Lo único más o menos negativo es la irregularidad del mercado: teleféricos no se hacen todos los días.
¿Por qué ocurre esto?
A pesar de que nosotros recibimos muchas consultas de zonas en Colombia interesadas en hacer estos teleféricos, en las primeras visitas nos damos cuenta si puede o no ser viable, y si puede o no ser sostenible en el tiempo. Por ejemplo, si puede convertirse en una carga excesiva para el municipio y después un elefante blanco. A pesar de que seguimos entre 15 y 20 proyectos en Colombia, solo es posible que se materialicen uno o dos, o ninguno. Hay que seguir esperando que el mercado siga su curso, pero eso no es un tema negativo, sino algo quizás necesario. Es un desarrollo que debe darse y se debe seguir investigando y escuchando las voces de quienes creen que podrían necesitar un teleférico como solución de movilidad. Hasta este momento ha sido satisfactorio y seguiremos en la búsqueda de nuevos proyectos en Colombia.
¿Qué tal ha sido la experiencia en Bogotá, con el Transmicable del Tunal y en los otros dos que están trabajando?
El transmicable en Ciudad Bolívar fue una experiencia magnífica. Realmente fue todo un reto construir teleférico en el barrio considerado, hasta hace mucho tiempo, como uno de los más peligrosos de Bogotá. Durante la ejecución lo que ocurrió fue todo lo contrario. La comunidad se apropió del proyecto, nos acogió de una muy buena manera, y siempre estuvo pendiente de nosotros. Creo que eso se refleja después en el éxito del proyecto realizado, la posterior aceptación de la comunidad, y la manera como lo cuida.
¿Cree que este tipo de proyectos, más allá de su mera utilidad, cambian realidades sociales?
Realmente es impresionante como ha cambiado la vida de la comunidad. Puedo decir que uno puede ir a la Ciudad Bolívar, bajarse en cualquiera de las estaciones y encontrar un barrio totalmente diferente. La gente tiene una actitud muy positiva y es algo fascinante. Independiente de si el medio de transporte es un teleférico, las conexiones de transporte generan conexiones vitales para el desarrollo las zonas marginadas. De manera que llevar transporte eficiente y en el menor costo a una comunidad que no ha tenido acceso, tiene un vuelco muy positivo hacia un desarrollo acelerado que debió tener años antes. Asimismo, el valor del terreno y de la propiedad, también aumenta.
¿Cómo ha transcurrido la etapa de operación desde que se entregó el cable?
Nosotros nos encargamos del primer año de mantenimiento, no de la operación. A partir de ahí, el proceso de mantenimiento quedó a cargo de empresas. Esto, hasta diciembre pasado, que quedó la operación y mantenimiento a cargo de La Rolita. Nosotros éramos asistentes técnicos que podíamos proveer, de primera mano, un conocimiento de parte de nuestro departamento técnico como fabricantes. Cualquier recomendación adicional se remite a los manuales que hemos escrito con motivo particular hacia esta instalación. También hicimos recomendaciones pertinentes para que la instalación tenga la mayor disponibilidad posible, ya que presta un servicio público.
En esta fase de operación… ¿El transmicable excedió las expectativas de demandas que tenían?
Sí, efectivamente. Se hizo un estudio de demanda previo a la construcción, como debe hacerse en cualquier proyecto de transporte. Ese estudio decía que sobre el año 20, debían alcanzarse los 25.000 viajeros diarios. Pero esa demanda del año 20, ya se alcanzó en el año 5, de manera que el impacto ha sido muy positivo, al igual que la aceptación de la comunidad.
¿Cómo van las obras del Transmicable de San Cristóbal?
Es una obra que empezamos, con obra material como tal, hacia diciembre del año pasado. Ahora ya más fuerte estamos en cimentaciones de algunas torres y de estaciones. La ejecución de construcción durará dos años, por lo que está previsto que terminemos hacia principios de 2026.
En diciembre se les adjudicó la construcción del cable de Potosí. ¿Cómo avanzan en ese frente?
En este momento estamos en etapa de diseño y recolección de información. Es una etapa muy temprana. Solamente tenemos comisiones de topografía y exploraciones geotécnica. Esta etapa de diseño debe terminar hacia diciembre, por lo que sobre enero deberíamos empezar la obra como tal, que también durará dos años. El escenario es prácticamente el mismo en los tres teleféricos: son zonas que no contaban, o no cuentan, con un medio de transporte eficiente de comunicación. Una de las ventajas más notorias, y que más agradecen los habitantes, es la reducción del tiempo de viaje. En Ciudad Bolívar, la gente de la última estación tardaba más de una hora en llegar y ahora lo hacen en 13 minutos. En San Cristóbal, de la última estación a la tercera, tardaban entre 30 y 35 minutos, y ahora la van a hacer el 9 o 10. En Potosí será lo mismo. El proyecto tendrá cuatro estaciones y una longitud de 3.3 kilómetros. Es muy parecida al de Ciudad a Bolívar. De verdad que el beneficio de la comunidad es muy grande, y muy esperado por todos.
¿Tienen en la mira otros proyectos?
La alcaldesa Claudia López en su gobierno incorpora en el Plan de Ordenamiento Territorial otros proyectos de teleférico, además de los de Ciudad Bolívar, San Cristóbal y Potosí. Hay dos en el centro. Uno conectado a la futura estación de metro en la calle 26 y otro que sobrevolará en el costado sur, por los barrios colindantes. Bajo nuestro punto de vista creemos que son muy convenientes y que están bien planteados.
Para el proyecto del centro, hubo algunas objeciones de sectores políticos y de los vecinos… ¿Cuál es la situación ahí?
Sabemos que el proyecto, en este momento, está en una etapa de desarrollo de factibilidad a cargo del Instituto de Desarrollo Urbano. Nosotros, como fabricantes, y futuros interesados en la construcción, no podemos estar involucrados en etapas previas, como la factibilidad o prefactibilidad. No es algo que esté en nuestra competencia. Estamos muy pendientes de lo que pueda ocurrir, pero el IDU está desarrollando estas gestiones.
¿Por qué cree que se dan estos descontentos?
Porque obviamente debe contar con un beneficio a la comunidad y analizar cuáles son los motivos de la comunidad. Creo que va más en el sentido predial y que puedan ser desplazados de sus casas para generar una edificación que pueda servir a los demás miembros de la comunidad.
Pero entonces… ¿Todos los cables contemplados en el POT son viables, desde el punto de vista técnico?
Todos los cables contemplados en el POT son viables desde el punto de vista técnico, desde el punto de vista de la ingeniería se pueden llevar a cabo sin ningún problema. Lo más importante en estos casos es que el medio de transporte aporte y supla la necesidad para la cual está diseñado. Tendremos que esperar a que estas conversaciones y diálogos realmente lleguen a buen puerto y generen un intercambio de ideas positivo, en donde puedan salir soluciones que puedan ser incorporadas.
¿Cómo se prepara la industria de la movilidad sostenible frente a una actual, y futura crisis energética en Bogotá y en el país?
Es cierto que puede haber momentos ahora en el mundo y en Colombia, en los que puede haber alguna deficiencia energética debido a fenómenos naturales. No obstante, eso no nos debe detener en cuanto al fin que todos debemos perseguir en un largo plazo. El objetivo es dejar de depender de combustibles fósiles y es por eso que de todos debemos movilizarnos hacia generación de energía eléctrica, por hidroeléctricas, eólica, solar, etc. Entonces sí puede haber estos momentos de dificultad, especialmente fortalecidos por el fenómeno del niño, pero creemos que todos está desarrollando en beneficio de nuevas formas de generación eléctrica y así debe ser. Por su parte, los teleféricos, si bien necesitan de esta generación eléctrica, si hacemos un estudio comparativo de la cantidad de energía que requieren los cables, frente a unos buses, por ejemplo, el teleférico necesita menos de la décima parte de energía que se necesitaría transportar la misma cantidad de gente en buses que utilicen combustibles fósiles.
¿Hay avances tecnológicos para solventar posibles contratiempos energéticos?
Estamos adelantando, en esta materia, algunos tipos de teleférico capaces generar electricidad en el mismo sistema de transporte. Por ejemplo, en los teleféricos de vaivén, como el de Monserrate, ya tenemos un sistema en el cual el sistema de frenado, en ambas estaciones, la energía del frenado se recopila y se convierte en energía eléctrica para que el sistema requiera menos electricidad de la red. Tenemos otros teleféricos, por ejemplo, como el que desarrollamos el año pasado, donde dos cables son portadores fijos, es decir, que no se mueven, como el de Monserrate. Estos fijos van sobre unos rieles, en donde hay unas ruedas y unos carros que desplazan la cabina sobre ruedas, y el girar de estas ruedas genera electricidad para las necesidades eléctricas de la cabina, ya sea comunicación, la iluminación dentro de la cabina, o si hay pantallas de televisión que brinden algún tipo de información a los usuarios.
Y en los procesos de licitación ¿han tenido algún tipo de problema de índole económica?
La volatilidad de la moneda es un gran reto financiero. No podemos presentar un precio 30% más alto con el fin de asumir el riesgo cambiario de la moneda local a la que manejamos nosotros, que es el euro. En este punto debemos ser sinceros con las administraciones y decir mi sistema, vale tanto, aquí hay un pequeño porcentaje, que es mi utilidad, por ser una empresa privada y así me va bien o mal, con el riesgo cambiario. Entonces eso es un reto que se va a sentir localmente.
¿Tiene algún ejemplo concreto de esta problemática?
Si hubiera una licitación en donde nos quisieran pagar en pesos colombianos únicamente sin ningún tipo de consideración cambiaria con el euro, entonces no podríamos presentarnos. Tal fue el caso de la primera licitación de San Cristóbal, donde esas eran las condiciones, y pues decidimos no presentarnos porque, para nosotros, representaba un riego, pero luego esto se corrigió.
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